martes, 3 de mayo de 2016

Sobre subsidios que otorga el Estado (II)



(continuación del blog anterior. Ultima nota)


Los subsidios se fueron convirtiendo en una herramienta fundamental dentro de la política económica, insumiendo una parte cada vez mayor del gasto público nacional. El sostenido aumento del gasto en subsidios y las dudas sobre su equidad distributiva y eficiencia en la asignación de los mismos, sugieren la necesidad de estudiar con mayor detalle este tema. En este sentido, de acuerdo a los datos que publica la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), en 2013 los subsidios económicos alcanzaron una cifra cercana a los 135 mil millones de pesos (5% del Producto Bruto Interno). El grueso de las transferencias fue destinado al sector energético (61%) y al transporte (26%).
Generalmente la aplicación de subsidios específicos al consumo o a la producción de un producto cualquiera tiene su origen en la intención de los Estados de alcanzar metas sociales, o bien para favorecer (por distintas razones) a determinadas personas, actividades o zonas de un país. El subsidio se aplica para estimular al consumo o la producción. Son los mecanismos contrarios a los impuestos. También suele otorgarse desde el Estado a las empresas privadas, con el fin de evitar que posibles aumentos de tarifas lleguen a los consumidores finales de los productos o servicios que ellas proveen, y así proteger la economía regional (principalmente en épocas de inflación).
Los subsidios habitacionales son una ayuda directa para familias que requieren apoyo en el financiamiento de su primera vivienda; se complementan con el ahorro familiar y, en algunos casos, con créditos hipotecarios y/o aportes de terceros. También existen subsidios para mejorar el equipamiento barrial, las viviendas y su entorno urbano.
La cantidad de subsidios que el Estado entrega depende de un presupuesto anual, por tanto estos beneficios están dirigidos a ayudar a las familias que más los necesitan.

Los subsidios pueden aplicarse tanto a la oferta como a la demanda. Subsidios a la oferta (los otorgados a los productores de bienes y servicios). Los de demanda (reducen lo que paga el usuario, por debajo del costo del bien o servicio. Los subsidios pueden ser directos que son los que el Gobierno paga directamente una parte del servicio a algunos consumidores. Otros se denominan cruzados (entre diferentes usuarios): En este caso la Empresa calcula su tarifa general (que cubre los costos totales) pero no cobra el mismo monto a todos los clientes. Subsidios a la producción, que: son pagos corrientes, sin contrapartida, que el Gobierno hace a las empresas en función de su participación en la producción. También están los subsidios sociales (ej. los que se otorgan por los hijos).

“Los subsidios han crecido en forma exponencial desde 2006 hasta llegar a representar más del 5% del PBI”, indica el director de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). Para los analistas, el crecimiento exponencial de los subsidios económicos - las transferencias al sector privado destinadas a compensar el atraso tarifario - y la inequidad que éstos generan son motivo de una seria preocupación. Una de las distorsiones que generan los subsidios es que desincentivan las inversiones. Esto ocurre porque la ganancia de los empresarios ya no depende del consumo que generen sino que está atada a las transferencias públicas.
La primera apreciación sobre los subsidios suele estar puesta en el impacto que éstos tienen sobre las cuentas públicas. De hecho, el (Cippec). destaca que “el crecimiento exponencial de estas partidas se dio en la era de los superávits fiscales, cuando el resultado positivo alcanzaba al 3% del PBI”.
Esos tiempos han pasado. El déficit público ya supera el 5% del PBI, y según  proyecciones, el gobierno anterior terminó su mandato con un rojo fiscal de la misma magnitud que el que existía en la década del ‘80. Partiendo de la base que parte del aumento del gasto está vinculado a los subsidios; lo que la reducción de estas partidas será uno de las principales temas a considerar muy especialmente.
Conforme últimas informaciones de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), durante los primeros tres meses de este año (2016)  la caída en los subsidios fue del 21% respecto del mismo período de 2015. Según la ASAP, las transferencias de carácter corriente (subsidios) demandaron hasta el mes pasado un total de $ 35.000 millones, un 21% menos en términos interanuales. De estos, corresponden, aproximadamente: $ 16.500 mill. al sector energético: $ 13.700 mill. al transporte; $3.850 mill. a empresas públicas no vinculadas a anteriores áreas (Aysa, Radio y Televisión Argentina S.E. y Correo Argentino) y $ 554 mill. para el sector agroalimentario.


Fuente: C | E | D | L | A | S Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales – UNLP) – OEC – FMI – CIPPEC, ASAP.


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