lunes, 2 de mayo de 2016

Sobre subsidios que otorga el Estado (I)




El Estado como agente económico influye de diversas maneras en la economía. Para ello cuenta con diferentes herramientas, que las va a aplicar con el fin de obtener un beneficio social mayor al que hubiese sin la participación del mismo. Cuenta con políticas monetarias y fiscales. También conocidos como subvenciones constituyen un tipo de transferencia que representan beneficios selectivos otorgados sin contraprestación por los entes jurisdiccionales (Nación, provincias y municipios) a determinados destinatarios del sector privado de la economía.

Son políticas que reducen los costos o complementan los ingresos de los consumidores y productores. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es posible definir a los subsidios como el resultado de una acción de gobierno que confiere una ventaja a los consumidores o productores con el objetivo de complementar sus ingresos o reducir sus costos. De forma similar, el Fondo Monetario Internacional (FMI) los define como ”pagos corrientes sin contrapartida que las unidades gubernamentales hacen a las empresas en función de los niveles de su actividad productiva o de las cantidades o valores de los bienes o servicios que producen, venden, exportan o importan”. En esencia, son transferencias realizadas por la Administración Pública a empresas o consumidores para permitir que determinados bienes y/o servicios sean consumidos (o producidos) a un precio (o costo) inferior al necesario para cubrir los costos de producción. Estas transferencias suelen tener dos objetivos principales: fomentar el acceso a esos bienes o servicios por parte de segmentos específicos de la población e impulsar el desarrollo de sectores productivos determinados

Los subsidios a la energía ocurren en la práctica en muchas economías y responden a diversas circunstancias. La OECD) los ha estimado 2012 en 0.7% del PBI mundial, mientras que en la Argentina fue según cifras oficiales más de 4 veces superior en 2014. Existen diversas mediciones para varios países que muestran una amplia gama de formas en que estos subsidios se implementan, sea a través de menores precios de productos energéticos utilizados para el transporte, la industria y los hogares o más recientemente a través de subsidios a la energía renovable,

En términos generales – refiriéndonos ahora a los transportes, los bienes o servicios privados son provistos por las empresas a un precio o tarifa que permite cubrir los costos de operación e inversión y generar un margen de rentabilidad. En ese contexto, los consumidores que no pueden pagar el precio o la tarifa quedan, por definición, excluidos del consumo de ese bien o servicio.

En el caso de los servicios públicos las situaciones son muy particulares. La exclusión de determinados sectores económicos o grupos sociales del servicio como resultado del nivel de la tarifa puede representar un costo social y generar situaciones de inequidad. De esta manera, los Gobiernos usualmente buscan asegurar el acceso a los servicios públicos de la población independientemente del nivel de la tarifa. En particular, el transporte tiene características distintivas de otros servicios públicos.

La existencia de servicios de transporte responde a la necesidad de movilizar a las personas, bienes y servicios en el espacio. Expresan también la necesidad de integrar regionalmente a los territorios nacionales o regionales. La provisión del transporte ocurre a través de distintos medios como vehículos motorizados públicos y privados y servicios guiados como subterráneos, ferrocarriles, barcos y aviones. En términos económicos, el transporte es una demanda derivada, donde los beneficios de consumir servicios de transporte surgen de la posibilidad de acceder a otros bienes y servicios. A diferencia de otros servicios públicos, el transporte es en muchos casos una respuesta del sector privado a una demanda de movilidad de determinados grupos de la población.

(continuará)


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