(continuación
del blog anterior. Ultima nota)
Los mercados financieros están cerrando
2015 con una tónica en general alicaída,
y son susceptibles a un aumento de la volatilidad, pese a la continua postura
acomodaticia por parte del Banco Central Europeo y el Banco de Japón. Desde
luego, la Reserva Federal de Estados Unidos puso en marcha en diciembre lo que
pretende ser un ciclo de aumentos graduales de las tasas de interés. La
forma en que la FED gestione y comunique al mercado las alzas subsiguientes de
la tasas durante 2016 revestirá una
importancia crítica; esa tarea parece haber empezado favorablemente a finales
de 2015. Pero no cabe duda que las condiciones financieras mundiales se están
tornando más restrictivas, y los mercados emergentes y en desarrollo son
especialmente sensibles a los efectos, dadas las actuales dificultades.
Las investigaciones
deberían centrarse aún más intensamente en las economías emergentes y en desarrollo. En la década de 1980,
esas economías representaban alrededor del
36% del PBI mundial (medido en función de la paridad del poder adquisitivo,
o PPA) y aproximadamente un 43% del
crecimiento del PBI mundial (ponderado en función de la PPA). Para 2010-2015 esas cifras pasaron a ser 56%
y 79%, respectivamente. Es decir, que ver el mundo desde una óptica basada
predominantemente en las economías avanzadas es algo que está cada vez más
olvidado. El temario para las economías emergentes y en desarrollo abarca
cuestiones tradicionales relacionadas con la balanza de pagos; flujos de capitales
y su gestión, intervención en los mercados cambiarios, vulnerabilidades en los
balances externos y los factores que determinan los saldos en cuenta corriente
y las tendencias y los volúmenes del comercio.
Pero hay
muchos otros interrogantes. ¿Qué políticas y marcos de políticas son los más
adecuados para elevar el producto
potencial y su crecimiento? El crecimiento del PBI potencial parece
haber disminuido en todo el mundo, como se ha indicado en ediciones
pasadas de Perspectivas de la
economía mundial (o informe
WEO), pero las razones no están del todo claras. En la edición de abril de 2016
del informe WEO se analizarán las
reformas estructurales de las economías avanzadas en ese contexto.
Las tendencias en materia de desigualdad
también merecen atención. Pese a una considerable convergencia mundial de los
ingresos nacionales per cápita, no se ha logrado necesariamente una distribución más equitativa del ingreso
dentro de los países. Esta desigualdad tiene implicaciones para la productividad económica en general
(por ejemplo, en la manera en que inciden los resultados de salud) y para la
sostenibilidad política de las políticas de mercado. ¿Cómo se puede lograr
que el crecimiento sea más inclusivo, y cómo ésto podría a su vez
propiciar un mayor crecimiento?
Aparte de
estas cuestiones a más largo plazo sobre
crecimiento y distribución, hay muchos otros temas de estabilidad económica que precisan atención. Por ejemplo, desde
una perspectiva amplia de todas las
economías, una prioridad urgente de investigación sigue siendo la incorporación
del sector financiero en nuestros
marcos de política macroeconómica.
El FMI combina análisis de alcance verdaderamente
mundial con la capacidad de abordar rigurosamente cuestiones corrientes de
política en tiempo real. Gracias a esto, los estudios del FMI tienen un potencial casi único para guiar la
opinión mundial influyendo simultáneamente en los círculos académicos y de
política y en el debate público en sentido más amplio. El FMI hoy en día
interactúa con 188 países miembros.
El sistema monetario internacional era
mucho más simple en los primeros momentos del sistema de Bretton Woods, cuando las cuestiones clave se reducían a los tipos de cambio y a los ajustes de la balanza de
pagos. En el mundo de hoy, en el que predominan los mercados de capital
estrechamente vinculados pero aún con características nacionales muy marcadas,
la problemática es mucho más compleja. Ahora los temas cruciales tienen que ver con el vínculo entre el régimen cambiario y la estabilidad financiera, por ejemplo, y seguirán siendo objeto de intensas
investigaciones dentro del FMI.
En otros
aspectos, la misión del FMI también se ha
ampliado a medida que la economía mundial se
ha tornado más compleja e interconectada.
Fuente:
Boletines del FMI
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