El Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de
Asociación Económica (TPP) es un tratado de libre comercio multilateral
entre las economías de la región del Asia-Pacífico (Estados Unidos, Australia,
Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y
Vietnam) que busca expandirse a las 21 naciones del APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation); países que representan
alrededor del 40% del PBI global. Su objetivo es el de flexibilizar las barreras
aduaneras y reglamentarias, así como armonizar las diferentes
legislaciones para facilitar los intercambios comerciales. El acuerdo no
incluía a China.
Es considerado por el gobierno de los Estados Unidos como el
tratado complementario a la Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP), un acuerdo similar entre Estados
Unidos y la Unión Europea.
Las negociaciones
del TPP se centran en más de 20 mesas de trabajo, incluyendo agricultura, aduanas, bienes industriales,
reglas de origen, textiles, servicios, servicios financieros, movilidad de
personas de negocios, inversión, telecomunicaciones, competencia/empresas
comerciales del Estado, comercio y medio ambiente, compras de gobierno,
derechos de propiedad intelectual, comercio y trabajo, medidas sanitarias y
fitosanitarias, obstáculos técnicos al comercio, remedios comerciales, y temas
legales/institucionales.
El subsecretario de Comercio de los
EE.UU., señalaba que el marco para el acuerdo TPP "representa un logro
histórico", ya que contiene todos los elementos que se consideran
deseables para los acuerdos comerciales modernos. Elimina todas las barreras arancelarias y no arancelarias al comercio,
tiene un enfoque regional para promover el desarrollo de las cadenas de
producción y suministro en toda la región, facilita la burocracia reguladora,
aborda las preocupaciones de las nuevas industrias, como la tecnología limpia y
la economía digital, y es lo suficientemente flexible que puede ser ajustado en
el futuro para hacer frente a los acontecimientos que puedan surgir.
El funcionario adelantó, además, que en estos tiempos de desaceleración del crecimiento global, es
importante que los países resistan las presiones para erigir barreras
proteccionistas, ya que frenarían el ritmo de la recuperación económica.
"Los compromisos para una mayor apertura al comercio y a la inversión, que
han sido hechos por los países miembros de la Alianza Trans-Pacífico son
clave para generar mayores niveles de confianza que pueden promover un mayor
crecimiento", manifestaba a la audiencia.
El acuerdo ha sido motivo de controversias debido a lo secreto de las
negociaciones que se han realizado en los últimos cinco años y la amenaza
percibida de una serie de grupos de interés, desde los trabajadores de la
industria automotriz en México a las granjas productoras de leche en Canadá.
La ronda final de
negociaciones en Atlanta, se había estancado por el interrogante sobre cuánto
tiempo debería permitirse un monopolio de medicamentos biotecnológicos
de última generación, hasta que Estados Unidos y Australia alcanzaron un
compromiso. Los equipos negociadores habían estado enfrentados sobre el periodo mínimo de protección para los
derechos de datos utilizados para producir medicamentos biológicos.
Estados Unidos buscaba un periodo de 12 años de protección para alentar
a las farmacéuticas a invertir en costosos tratamientos biológicos como el
tratamiento para el cáncer. Australia, Nueva Zelanda, y grupos públicos de
salud querían cinco años para reducir los costos y la carga de programas
médicos subsidiados por el Estado.
Conforme a lo expuestos, aún faltan algunos detalles importantes para
concretar el acuerdo oficialmente.
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