Es una situación que se presenta reiteradamente en varios países y cuya denominación más técnica y académica es “estanflación”. Sobre este tema ya hemos abundado en detalles en nuestros blogs de fechas 09/12/07 y 28/01/08. La expresión indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede.
El vocablo en inglés es “stagflation” y combina los términos “recesión” (o estancamiento) con “inflación”, señalando la situación económica que indica la simultaneidad del alza de precios, el aumento del desempleo y el estancamiento económico, entrando en una caída que puede llegar a ser prolongada.
Las recesiones pueden tener distintas causas. En los modelos de los ciclos económicos las recesiones son”'endógenas” o “interiores”, en tanto que forman parte inherente de la estructura económica y no están provocadas por factores externos a la economía. Según un modelo simple de ciclo económico, una economía, tras un periodo de producción y empleo crecientes, sufrirá un proceso de ajuste que provocará sin duda un decrecimiento del nivel de producción. Las oportunidades para invertir en negocios rentables se agotarán, lo que provocará una disminución de la inversión. También puede ocurrir que el aumento de la producción provoque un aumento de la demanda de dinero que a su vez presionará al alza los tipos de interés, haciendo que decaiga o disminuya la inversión. Pueden existir otras causales, pero el sentido de las consecuencias es el mismo.
La inflación contra lo que piensa la mayoría no es el aumento de los precios, sino la disminución del valor de la moneda. En todo caso, el aumento de los precios, sería una consecuencia de este desnivel y siempre se cataloga como el principal responsable de la política monetaria a los gobiernos, y la inflación se debe a sus errores. La estanflación, es una combinación de ambas: recesión con inflación y ocurre cuando el gobierno en medio de un cuadro recesivo emite dinero en forma desordenada.
Formalmente, se determina que existe una recesión cuando el Producto Interno Bruto (PIB) decrece durante dos trimestres consecutivos. Cuando la recesión llega acompañada de alta inflación el proceso recibe el nombre de estanflación y está considerado uno de los complicados escenarios económicos posibles por la dificultad de su manejo y corrección. Las políticas monetarias y fiscales que suelen utilizarse para dinamizar una economía recesiva empeoran el componente inflacionario de la estanflación y las políticas monetarias restrictivas que se utilizan para combatir la inflación tienden a profundizar y ampliar su componente recesivo.
La estanflación distorsiona completamente los mercados y coloca a los hacedores de políticas de los gobiernos y sus bancos centrales en una posición delicada. En la estanflación la recesión suele ser parcial, registrándose simultáneamente el decrecimiento de algunos sectores, como la producción de bienes, junto al crecimiento de otros sectores, como la producción de servicios. Si se trata de una economía relativamente abierta y la inflación viene acompañada de un proceso de devaluación, puede registrarse una contracción de las actividades que consumen divisas y una expansión de las que generan divisas. Esto representa un desafío enorme para las autoridades pues reciben señales mixtas y contradictorias sobre la economía que hacen muy difícil decidir qué políticas aplicar, en qué secuencia y en qué momento tomarlas.
Aunque las recesiones pueden tener causas internas o externas, la estanflación siempre es de origen interno, "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario", y quienes manejan las monedas soberanas son las autoridades monetarias de cada país.
El marco económico en el que se combina la recesión con una alta inflación (fenómeno también conocido como “receflación”) llega generalmente a causa de una serie de factores estructurales y coyunturales. Entre los estructurales el más importante puede ser la excesiva dependencia de uno o pocos productos de exportación.
Los problemas coyunturales derivan en su mayor parte de la situación de inestabilidad política que puede estar viviendo un país. A esta situación pueden llegar a sumarse las huelgas generales que impactan a un país - muchas veces durante meses -, afectando muy particularmente a sectores esenciales, y por lo tanto, ocasionando una fuerte caída de los ingresos. Esto, junto con la masiva fuga de divisas, puede tener un efecto muy desfavorable sobre las economías. La situación llega a empeorar cuando se establece algún control de cambios que perjudique, tanto a la inversión extranjera como a las importaciones.
Por otro lado, el control de cambios puede provocar un aumento de la liquidez que, junto con el mayor gasto público, mantiene la inflación a un nivel muy alto. Durante todo este proceso el sector bancario suele ser el único que, financiando el incremento de deuda pública interna, logra resultados positivos a costa de reducir su papel de intermediación bancaria, por la falta de créditos privados.
Esta situación de grave crisis puede también afectar a la producción industrial, a un importante aumento del desempleo y de la economía informal, conjuntamente con una severa contracción de la demanda agregada y un empobrecimiento generalizado de la población. Se podrán dar cuenta los lectores que las consecuencias pueden llegar a ser muy contraproducentes; la economía de ese país se encontraría en una situación denominada receflación (o estanflación), que, según ya la hemos analizado, es una combinación de inflación con recesión y que es difícil de combatir.
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