A pesar de los avances de los últimos años, la actual crisis en Portugal comienza en 2004 - muy afectada por la falta de competitividad de sus empresas - y se agudiza en 2007 (crisis global) condicionada por su estancamiento económico, su déficit y el costo de su deuda pública ( el bono portugués había superado la barrera del 8% a 10 años y el 9% a 5 años). Para responder a esta situación, el gobierno de Portugal ha venido aprobando, desde hace más de un año, tres planes de estabilidad y crecimiento de acuerdo con la UE y el principal partido de la oposición (PSD) que no han resultado suficientes para mejorar la situación económica. A la crisis económica se ha añadido la crisis política.
El origen de la crisis se remonta a poco antes de entrar en vigor el euro. En ese momento, los tipos de interés del país estaban por encima de los de Francia o Alemania. Los bancos portugueses creyeron que había una oportunidad de obtener beneficios debido a la diferencia de tipos y comenzaron a pedir préstamos de grandes cantidades de francos franceses y marcos alemanes. Estos préstamos fueron convertidos luego en escudos portugueses y utilizados para alimentar un boom crediticio. Esta masa de dinero que circulaba por el país hizo que los tipos cayeran y tendieran a equipararse con los de Francia y Alemania, incluso antes de que el euro entrara en vigor.
Mientras tanto, la disponibilidad de dinero barato llevó a que un gran número de empresas y hogares pidiera créditos a un ritmo que era, ni más ni menos, que insostenible. El sector de la vivienda experimentó también un fuerte crecimiento. Este boom crediticio llevó a un fuerte incremento del déficit comercial y la inflación, lo cual comenzó a preocupar al Banco Central Europeo (BCE). La inflación portuguesa fue uno de los factores que motivó que el BCE mantuviera los tipos de interés altos, pese a esto perjudicaba a Alemania, Francia e Italia, entre otros países. Luego, el boom crediticio fue terminando y la economía comenzó a disminuir notoriamente el ritmo de ctrecimiento.
La crisis que sufre Portugal, considerada como la mayor de toda su historia; le llevó incluso a solicitar el rescate financiero de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el mes de abril, después de que el progresivo encarecimiento de su deuda terminara por impedir al Estado financiarse en el mercado.
A cambio de esa ayuda, concretada en un préstamo de 78.000 millones de euros, Portugal se comprometió a aplicar un severo programa de ajustes y reformas para reducir su déficit público, que incluyen una significativa reducción de la inversión estatal y un fuerte aumento de la carga fiscal. Precisamente, la magnitud y el alcance de estas medidas suscitaron polémicas en el país, donde sindicatos y oposición advierten que los recortes pueden dificultar que el país regrese a la senda del crecimiento económico.
De los 78.000 millones de euros pactados con las autoridades portuguesas para el período 2011-2014, el FMI aporta un tercio, 26.000 millones de euros, con una tasa de interés media del 5 % (aunque es variable) a un plazo de 7 años y tres meses, según la información del Ministerio de Finanzas. La Unión Europea facilita los restantes 56.000 millones de euros, con vencimiento a 12 años y una tasa de interés media del 4 %.
El Gobierno portugués está obligado a reducir drásticamente el gasto público para recibir los diversos tramos del rescate financiero. Deberá cubrir unos 34.400 millones de euros en intereses por ese apoyo. Los 34.400 millones de euros en intereses, calculados en base a las tasas pactadas en mayo - y que la Comisión Europea propuso reducir el pasado mes de septiembre -, equivalen al 45 % de la cantidad acordada con la UE y el FMI. De esta forma, Portugal deberá devolver 112.400 millones de euros por la ayuda financiera recibida, concedida a cambio de un programa de ajustes y reformas que ya ha comenzado a aplicar el Ejecutivo.
Una reciente alteración social se produjo con las centrales sindicales. En las manifestaciones que organizaron por todo el país durante la huelga, reprocharon por haber hecho recaer los peores sacrificios sobre los trabajadores, con impuestos y recortes de sueldos, pensiones y subsidios. Además, reclamaban por la evolución del desempleo que afectaba cada vez más a los trabajadores.
Sobre éste último tema y en la búsqueda de antecedentes oficiales: en 2009 el desempleo se había incrementado al 10,2% en el tercer trimestre de 2009. En 2008, en torno al 8% de los licenciados universitarios estaba en paro y una mayor proporción se encontraba efectuando un trabajo inferior a sus verdaderas posibilidades. Cerca de 60.000 personas con título universitario estaban en paro en Portugal De acuerdo al Eurostat, Portugal era el noveno país más pobre de los veintisiete estados miembros de la Unión Europea en cuanto a poder adquisitivo, para el periodo 2005-2007 La encuesta europea a trabajadores (publicada en 2007, y que formó la base de estudio de investigación de 2009) demostraba que Portugal era el quinto país europeo con menor calidad de trabajo de Europa. Para el 2011 su PBI nominal alcanzará aproximadamente a u$s. 223.700 millones.
(continuará)
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