domingo, 14 de agosto de 2011

Importancia del mercado de los VINOS en la Argentina

La vitivinicultura argentina, ha sentado su presencia en los mercados internacionales, gracias a un gran esfuerzo tecnológico y comercial. Por lo cual, podemos decir que Argentina ocupa un lugar destacado en exportación de vinos finos de mesa, gracias a la gran variedad de uvas, las cuales permiten la excelente calidad de nuestros vinos
En 15 años, la industria del vino recibió inversiones por u$s. 1.500 millones, pasó de tener del 1,5 al 5% del mercado mundial y vende en el país por cerca de 2.010 millones anuales. De las 400 bodegas que había a principios de los 90 creció hasta las 1.340 que funcionan en la actualidad. El vino argentino pasó en menos de dos décadas de ser un desconocido total en el exterior, a ocupar el 5% del mercado mundial. Hay un boom internacional por el malbec, el torrontés y ahora, de manera incipiente, por el bonarda.

La cantidad total de viñedos del país en el año 2007 era de 26.194 con una superficie de 225.846 has. Estas cifras indican un aumento en las hectáreas del 1,26% con respecto al año 2006 y del 12,30% con el año 2000 en que se realizó la Actualización Registro de Viñedos. En los viñedos el incremento del año 2007 fue del 0,23% con respecto a 2006 y del 4,03% comparado con el año 2000.

En 2010, las exportaciones de la industria vitivinícola argentina marcaron un nuevo récord. Fueron u$s. 865 millones, sumando los vinos, en sus diferentes envases, y el mosto. (en 2008 había llegado a 622 millones de u$s. y en 2009 a 631 millones.). El motor del crecimiento de las ventas al exterior fueron los productos embotellados de precios cada vez más altos, mientras que se notó una caída significativa en vinos a granel y mostos.

Será indispensable continuar el proceso de reconversión hacia viñedos de alta calidad enológica, brindando materias primas adecuadas para la elaboración de vinos conforme a las condiciones de los mercados externos. Por lo tanto, es fundamental la adecuación de la oferta a la demanda de vinos de alta gama, debiendo las empresas incorporar nuevas tecnologías, sin perder de vista el objetivo de continuar con la inserción en los mercados internacionales.

En las provincias de Mendoza y San Juan se implantaron los primeros viñedos entre 1569 y 1589, lo que dio lugar, con el transcurso del tiempo, al desarrollo de una gran industria que transformó la aridez de esta zona. Favorecida por óptimas condiciones climáticas y de suelo, la vitivinicultura manifestó un amplio y acelerado desarrollo, principalmente en las provincias andinas. Tradicionalmente, el sector vitivinícola ha trabajado con la mira puesta en el mercado interno. Durante los ochenta y principios de los noventa, se exportaba no más del 2% del total de los vinos elaborados. Debemos tener en cuenta que el consumo de vino per-cápita en nuestro país siempre ha sido de los más altos comparado con el resto del mundo.

Hoy, la vitivinicultura argentina posee un componente de gran peso a su favor que es la integración. Como lo manifestamos, nuestro país ocupa un importante lugar en el contexto vitivinícola mundial y comienza a posicionarse como un exportador altamente competitivo de los tradicionales países vitivinícolas tales como Francia, España e Italia. La inserción en los mercados internacionales ha generado una notable innovación, motivada principalmente por la necesidad de adecuarse a las nuevas exigencias de los mercados importadores.

Mientras que entre 1996 y 2002 el empleo en el sector vitivinícola argentino sólo creció 5%, entre 2003 y 2006 aumentó 31%. Los cambios en los modelos productivos y la tendencia a la mayor integración han repercutido positivamente en la creación de empleo en la última década, según lo analiza el Fondo Vitivinícola de Mendoza. Una conclusión importante es que el sector vitivinícola estaba todavía compuesto por una alta proporción de Pymes ligadas al modelo tradicional de producción.

En el sector, había un amplio predominio de Pymes; del total, 85% son pequeñas o pequeñas bodegas y el 15% restante son medianas, tendiendo a grandes y de gran escala. Del total de asalariados registrados sólo en el sector industrial, 44% de estos ocupados se desempeñaba en empresas grandes o medianas-grandes, las cuáles sólo representaban el 15% del stock de firmas del sector, lo que pondría de manifiesto un alto grado de concentración en términos de empleo por estos conjuntos de empresas. No obstante, el empleo en las firmas medianas-pequeñas significa algo más de un tercio de la ocupación del conjunto de empresas; y, junto a las pequeñas, casi 20%, responden por el 55% del empleo; algo que no sucede en otras cadenas agroalimentarias.

En el año 2007, desde Argentina se exportaron 3.597.702 hl de vinos y 203.437 hl en mosto concentrado y sulfitado, alcanzando un valor de más de 482 millones de dólares para los vinos y casi 174 millones de dólares para el mosto concentrado. Actualmente en el país hay 380 bodegas exportadoras, pero sólo 250 facturan en el exterior por encima de los u$s. 50.000.

Si bien varias bodegas están exclusivamente orientadas a la exportación, sólo un cuarto de lo que se produce aquí va al exterior. La Argentina vende aproximadamente 1.310 millones de litros por año y factura u$s. 2.625 millones, de los cuales 77% corresponde al mercado interno y 23%, al externo. Los vinos fraccionados se demandan en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Brasil, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Finlandia y México, entre otros países. Los vinos a granel se envían a Canadá, Rusia, Republica Federal de Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Reino Unido, Finlandia, Suecia, Japón y Francia, entre otros países.

En cuanto a las preferencias, se destacan la variedad Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Syrah-Malbec, Syrah, Merlot, Torrontés Riojano, Sauvignon, Malbec- Syrah y Pinot Gris entre otras variedades.

No dejamos de reconocer que las principales dificultades que puede atravesar la producción vitivinícola están relacionadas con: el granizo que ralea las viñas; la caída de rentabilidad provocada por un dólar estancado y una inflación alta; la concentración del negocio en pocas manos, y el avance de la cerveza, que hoy presenta en el país un mayor consumo per cápita.

Fuentes: Instituto Nacional de Vitivinicultura, Caucasia wine Thinking

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