Luego de mantener la incertidumbre por la disputa política entre demócratas y republicanos, el plan para reducir el gasto y aumentar el límite de endeudamiento de Estados Unidos fue aprobado por el Senado, - tras el visto bueno previo - obtenido en la Cámara de Representantes. El Ejecutivo lo promulgó a las pocas horas. La nueva norma eleva en US$ 900.000 millones el tope del endeudamiento. Sin duda, la disposición aumenta el nivel de endeudamiento estatal e implementará un duro ajuste. El Senado adoptó la norma por 74 votos contra 26, un día después que la medida, lograra la media sanción en la Cámara baja.
Por ese medio, EE.UU. consiguió un tiempo hasta 2013, para ir disminuyendo gastos e intentar equilibrar un poco las cuentas públicas a partir de un déficit fiscal enorme. El compromiso prevé nuevas rondas de negociaciones para reducir el déficit fiscal que, en plena campaña electoral presidencial, aumentará aún más la polarización política y aumentará, también, el riesgo de un nuevo bloqueo político.
Por el acuerdo se asegura que antes de 2013 se conseguirá al menos una reducción del déficit de 1,2 billón de dólares. Los nuevos aumentos de deuda sólo requerirán el voto de una sola cámara. Durante los próximos 10 años el recorte del gasto público será de unos 2,5 billones de dólares. El primer paso es un recorte del déficit de casi un billón de dólares y un aumento del endeudamiento de U$S 900 mil millones. El presidente de EE.UU.y el Congreso acordaron elevar en dos tramos el techo de la deuda por un valor mínimo de US$ 2,1 billones. y reducir los gastos en una cifra equivalente. Así el límite de deuda no debería avanzar de nuevo hasta 2013 evitando nuevos choques entre demócratas y republicanos en el año electoral.
Los republicanos han manifestado que recortar los gastos incidirá en el empleo, pero economistas en Wall Street han advertido que las medidas de austeridad serán una carga más para la ya alicaída economía estadounidense. La austeridad podría costarle hasta un 1,5% de crecimiento a Estados Unidos el próximo año, consideraron economistas de JPMorgan Chase. Por su parte, el economista Paul Krugman adelantaba que el acuerdo perjudicará a una economía que ya está en recesión, probablemente agrave aún más el eterno problema del déficit norteamericano y, lo que es más importante todavía, al demostrar que la presión reiterada republicana funciona y tiene costo político. Agrega Krugman que en este momento, EE.UU. atraviesa una profunda depresión y es casi seguro que la economía seguirá fuertemente deprimida durante todo el año que viene. Y es muy probable que la depresión continúe también durante 2013, o incluso más allá. Lo peor que se puede hacer en una coyuntura como ésta es recortar el gasto público, porque sólo deprimirá la economía aún más.
Las disposiciones mandan también la creación de una comisión bipartidista especial que deberá redactar otra norma con un ajuste adicional por 1,5 billones de dólares más que deberá ser votada antes de fin de año. Se espera que este ajuste afecte sobre todo a programas sociales del gobierno, como el seguro de desempleo y los sistemas de salud semipública de Medicaid y Medicare, de allí la oposición de la izquierda demócrata, que tampoco vio realizadas sus exigencias de mayores impuestos a los más ricos.
A pesar de la definición del Congreso, los mercados financieros siguieron sumidos en la preocupación por la economía del país, que aún no se recupera. En los primeros impactos, el acuerdo no bastó para levantar las expectativas de los inversionistas. El dispositivo negociado entre la presidencia de EE.UU y los líderes del Congreso incluye más de 900.000 millones en recortes en la próxima década, 350.000 millones en defensa. Un comité del Congreso tendrá la delicada tarea de recomendar recortes por otros US$ 1,5 billones, para el 23 de noviembre. De no lograrlo, se producirán recortes automáticos, sobre todo en defensa, pero dejarán intactos programas de seguridad social, respaldados por los demócratas y por el presidente. Si la comisión bipartidista no logra un acuerdo, se agregarán automáticamente otros 500.000 millones en recortes al presupuesto de Defensa, y recortarán programas de infraestructura y educación, entre otros.
La dirección del Fondo Monetario Internacional (FBI), celebró el acuerdo con “el que se ha evitado un grave trastorno económico”. “Al reducir una gran incertidumbre en los mercados y fortalecer la credibilidad fiscal de Estados Unidos, el acuerdo es bueno tanto para EE.UU. como para la economía mundial.” Deducciones de otros referentes internacionales señalaban que EE.UU. comienza ahora un período de gran ajuste fiscal que acelerará su retirada de la escena internacional. El propio presidente de EE.UU. habló de la necesidad de poner énfasis en el nivel domestico. Es decir, después de dos guerras y una de las crisis financieras más graves desde la Gran Depresión, el Ejecutivo considera que es necesario dejar de reconstruir países en el extranjero para poder poner todo el énfasis en la reconstrucción de EE.UU. Esto puede explicar, en parte, por qué el Pentágono aceleró el retiro de Afganistán y por qué la Casa Blanca dejó en manos de la OTAN las operaciones en Libia.
Consideramos interesante recordar que la agencia de calificación de riesgo Fitch anunció que mantiene su máxima nota, "AAA", para la deuda de EEUU después que el presidente ratificara el acuerdo negociado durante semanas en el Congreso para elevar el límite de endeudamiento y evitar así una temida suspensión de pagos del país. En el mismo sentido, la agencia Moody's Investors Service confirmó, al igual que Fitch Ratings, que mantendrá su calificación "AAA" para Estados Unidos, pero mantuvo la presión para que el gobierno avance hacia un plan de consolidación fiscal de largo plazo.
Por su parte, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's rebajó la calificación de la deuda de EE.UU. por primera vez en la historia al pasarla de AAA, la máxima posible, a un escalón menos AA_. Eso quiere decir que los bonos del tesoro norteamericano ya no merecen ser considerados los más seguros del mundo para invertir. Hacía 70 años que el país contaba con la mayor nota."La rebaja está motivada porque la consolidación fiscal acordada por el Congreso y la Administración se queda corta, de lo que sería necesaria para estabilizar la dinámica de deuda a medio plazo del Gobierno", indicaba Standard & Poor's en un comunicado.
Un dólar débil tiene como contrapartida precios de granos más altos y, por consiguiente, la posibilidad de aumento de ingresos para los productores exportadores y el Estado. En base a esto podríamos afirmar, que pese a la crisis de los Estados Unidos y a un dólar débil; con una Europa proyectando comprar menos; la Argentina estaría en condiciones de aprovechar ese escenario.
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