miércoles, 4 de mayo de 2011

Entretelones económicos de una Boda Real

Pensarán nuestros lectores que un tema de esta naturaleza sale de los límites de un pretendido análisis económico. Pero les recordamos que en este blog no hay ningún impedimento en tratar temas internacionales aún relacionados casi exclusivamente con eventos sociales. En este caso, la Boda Real repercutió en el mundo y nunca está demás referirse al movimiento que produce en una economía acontecimientos de esta naturaleza. En estos casos, como en otros, el “efecto multiplicador” tuvo origen en una boda principesca que no obstante algunas críticas, la consideramos principalmente como una tradición muy respetable.

La boda de Kate y William fue seguida por todo el mundo desde los televisores. Los que tuvieron la posibilidad de haber estado presentes sin duda disfrutaron de la ceremonia que fue magnifica y dio ejemplo de organización y respeto hacia toda la corona británica. No faltó detalle que no fuera analizado y previsto por los organizadores y la seguridad se comportó con capacidad y solvencia. Es en general una característica inglesa la devoción que profesan por su Reina y por todo lo relacionado con los acontecimientos vinculados a la realeza. Unas 560.000 personas, entre residentes y turistas, se dieron cita en las inmediaciones de Westminster para ver a los novios, según estimaciones que PwC dedujo de una encuesta que hizo entre adultos británicos.
Nos toca a nosotros dentro de este blog comentar las repercusiones que el suceso tuvo desde el punto de vista económico. Hay estimaciones, aún no acreditadas, que hacen referencia a un costo de la boda equivalente a los 90 millones de dólares. Analistas económicos de Gran Bretaña han informado que la Boda Real podría costarle a este país unos 10 mil millones de dólares, especialmente si se agrega el feriado forzado que se hizo. La Confederación de la Industria Británica reconoce que un feriado público adicional suele costarle a la economía cerca de 6,000 millones de libras esterlinas (10,000 millones de dólares) consecuencia de producción no concretada. Los británicos esperaban que debido al suceso de la Boda Real, el turismo lograría compensar la perdida que provocaba un día feriado forzado como el que se tomó para que el pueblo pudiese compartir todas las incidencias del evento.
Algunas estimaciones de la revista Star indicaron que entre los gastos del servicio religioso, vestidos, comida, flores, transporte y las diferentes recepciones, la boda real tendría un costo cercano a los 40 millones de dólares (aún no se han dado cifras oficiales) y que sería costeado por ambas familias y donaciones de privados. Incluso los novios adelantaron que todos los regalos recibidos serán donados a un fondo solidario.
Hace 30 años, el casamiento del príncipe Carlos y Diana fue un acontecimiento espectacular y fastuoso. Tan sólo el vestido de la novia tuvo un precio estimado de U$S 40.000 en dinero de hoy. La familia real se ha encargado personalmente de aclarar que el dinero para pagar los gastos de la boda serían tomados del fondo de gobierno otorgados a la casa real, este fondo cuenta con 11.600.000 de dólares; además de destacar que la familia de la novia también cuenta con su propia fortuna personal. . Con el costo de una gran operación de seguridad sumándose a los desembolsos de la alta costura, flores etc, el precio general para las familias y contribuyentes podría bordear los 20 millones de libras esterlinas. Sin embargo, la cifra es mucho menor a las pérdidas generadas por un día menos trabajado.

Publicaciones como el Daily Mail calcularon que el operativo de protección durante la boda real insumió U$S 33 millones, una cifra más alta que la estimada debido a que debió pagarse extra a los efectivos durante los días feriados. La Federación de Pequeñas Empresas del Reino Unido (FSB, por sus siglas en inglés), afirmaba que cada día feriado tiene un costo de unos US$ 9.900 millones. El gobierno británico aportó el despliegue de 5.000 policías para garantizar la seguridad pública.
El atuendo completo al estilo de Kate Middleton, convertido en el nuevo icono de la moda tenía a los medios de comunicación en Estados Unidos obsesionados con su vestuario. En Nueva York, donde la moda es una necesidad más que una opción, los vestidos y los sombreros con plumas, que usa Kate habían despertado mucho interés. Casi a diario, las revistas y periódicos publicaban fotos de ella para completar un portafolio de lo que vestía, al igual de la vestimenta del novio. Sólo el valor del vestido de la novia se calculaba en 33.000 euros.
Pero sin duda la economía británica se benefició del fervor mundial por la boda., la cadena de supermercados Tesco comercializó una réplica del vestido azul oscuro que Kate Middleton usó el día que anunció su compromiso y en menos de una hora se vendieron todas las unidades. Otra cadena de supermercados, Asda, vendía réplicas de las tazas, platos y la vajilla que se utilizarían durante la comida del matrimonio. La boda real británica desató también en Nueva York una fiebre que incluía moda, peinados y festejos.
The Natural Sapphire Company, había vendido más de mil anillos de imitación del modelo que el Principe Guillermo le regaló a Middleton para sellar su compromiso. La tienda de muñecas de colección Franklin Mint ofrecía una réplica de Kate vistiendo su vestido de compromiso por 195 dólares y arrasó con las ventas. Los fabricantes preparan otros diseños con el vestido de matrimonio esperando que supere las ventas del primero.

Pero lo más llamativo del negocio tras la boda es el particular merchandising que se ha comercializado, donde destacan bolsas de té, muñecos de Kate y Guillermo, una moneda con la cara de ambos, protectores de celulares, uñas postizas con sus imágenes, cucharas de plata con la foto de los novios y hasta mazos de cartas con fotos de la familia real . Todos buscaron sacar provecho del matrimonio de alto perfil y uno de los ejemplos más palpables fue el de los comerciantes de clic recuerdos, souvenirs o memorabilia. Más de dos tercios de los encuestados por PwC dijeron que aprovecharían su estancia en Londres para ir de compras.
Según estimaciones del organismo de análisis empresarial Centre for Retail Research, las ventas de recuerdos en tiendas e internet habrían llegado a cerca de U$S 325 millones. Al sumarle el gasto estimado en comida y bebida, la boda real habría generado ventas de hasta U$S 869 millones. A un costo de 35 libras se podía adquirir la muñeca inspirada en la novia de la boda del siglo. Tiene accesorios y una interesante promoción. Por la compra de la muñeca se incluye una réplica del anillo de compromiso en tamaño real. Se aseguraba que Kate fue responsable del renovado interés de los zafiros como piedra preciosa para el compromiso, un mercado anteriormente dominado por los diamantes.

Pequeñas empresas en el Reino Unido se beneficiaron del creciente interés por los productos británicos. Los ganadores en el rubro fueron los grandes centros comerciales como Westfield y Brent Cross, seguidos por las tiendas en las famosas Oxford Street y Carnaby Street. Pequeñas empresas en el Reino Unido se beneficiaron del creciente interés por los productos británicos y creen que la boda actuó como un estímulo a su moral y confianza. Sin embargo, hay quienes creen que el efecto positivo de la boda es sólo de corto plazo. La asociación de comercio British Retail Consortium (BRC, por sus siglas en inglés) advertía que, pasado el buen sabor de la fiesta, la inflación, el temor por la inseguridad laboral y la caída del precio de las viviendas serían los factores que pesarán más en el ánimo del consumidor británico.

Los ingresos del comercio están cercanos a los 1.030 millones de dólares, en su estimación más optimista. Esto, producto de la demanda hotelera, los cientos de miles de turistas que llegararon a presenciar la ceremonia y del merchandising que se comercializaba desde hacía meses y que en las últimas semanas habían alcanzado su mejor posición. Se conocía que muchos visitantes amaban los rituales monárquicos y esta boda creó oportunidades extras para los negocios enfocados en el turismo. Según PricewaterhouseCoopers (PwC), firma especializada de servicios y asesoría financiera y contable, la capital británica habría obtenido un beneficio de unos U$S 177 millones sólo de lo que gastaron los que llegaron desde otras partes del país y del mundo para la boda.

Los hoteles se estima que fueron los más beneficiados con la boda. Se conoció que el fin de semana del 29 de abril más de un millón de personas llegaron hasta Londres y los hoteles de cinco estrellas habían triplicado sus tarifas. En la contratación de seguros, la boda del Príncipe William y Catherine Middleton duplicaron lo gastado en la última boda real de su padre, el príncipe Carlos.
Como se verá, de esta forma, puede aprovecharse una fiesta nacional para buscar nuevas alternativas de productos para el mercado, algo que sirve para incrementar el comercio de una de las economías más fuertes del mundo. Un ejemplo de cómo la planificación y el aprovechamiento de oportunidades pueden contribuir a los modelos de gestión.

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