martes, 19 de abril de 2011

La Economía Ecológica

La consideración de un sistema económico dentro de uno ecológico demuestra que el pensamiento económico contemporáneo está buscando alternativas a determinada visión de la economía, y se está dando cuenta que gran parte de las crisis económicas, ambientales, sociales, culturales – para citar algunas importantes -, están bastante ligadas al sistema económico actual.
El campo de la economía está atravesando una transformación que cambiará radicalmente la teoría y la política económica. Un elemento central de estos cambios es el reconocimiento por parte de los economistas que no es posible comprender el comportamiento económico si no se tiene en cuenta el contenido social y ambiental. Por lo tanto, por economía ecológica conocemos la disciplina que estudia cómo se relacionan la naturaleza con la sociedad y la economía, y cómo el desarrollo material puede afectar el medio ambiente.

La incorporación de la naturaleza a la reflexión económica implica introducir importantes restricciones y, necesariamente, una reducción de las fronteras de posibilidades de producción que no pueden ser compensadas sucesivamente por mejoras tecnológicas. Estas restricciones están cuestionando explicaciones de la economía convencional. Los plazos de la economía convencional son mucho más cortos que los plazos de la naturaleza, por lo que este desfase temporal en la toma de decisiones implica serios e irreparables daños para los ecosistemas, y, consecuentemente, para el sustento de nuestro sistema económico.
La economía ecológica plantea un nuevo marco de interrelaciones dinámicas entre los sistemas económicos y los sistemas ambientales y sociales. Procura adaptar los ciclos económicos a los ciclos ambientales, optimizar los flujos de materia y energía, y buscar un nuevo concepto de racionalidad que promueva un comportamiento económico más acorde con los recursos naturales y con el concepto de sustentabilidad. El planteamiento de la economía clásica, que arraiga en la economía circulatoria de los fisiócratas, descansa para muchos en una falacia que tiene como principal error ignorar los flujos de la naturaleza, que son el sustento de los ciclos de la economía.
En su estudio, la economía ecológica supone un nuevo paradigma, un nuevo enfoque o, simplemente, una respuesta lógica de la ciencia económica a la amenaza sobre la supervivencia del ser humano, provocada, entre otras causas, por la separación del proceso productivo de su base natural. Según sus preceptos, el crecimiento económico no puede darse de manera ilimitada, porque pone en riesgo la integridad de la naturaleza. Esta disciplina propone un enfoque multidisciplinario al abordar las cuestiones ligadas al medio ambiente.
Para este pensamiento: las consecuencias del desarrollo material sobre el medio ambiente no son del todo conocidas, y por este motivo propone que toda la sociedad pueda participar en este proceso de crecimiento económico, una vez que todos resultaremos afectados por él. Además, subraya la responsabilidad de proteger al planeta y a sus habitantes, principalmente los más indefensos.

Cuestiones como el establecimiento de límites para la extracción de los recursos naturales y sobre qué debe hacerse con los desechos de la producción de mercancías son vitales para esta disciplina, que también sostiene que los resultados de la actividad humana, sean beneficiosos o perjudiciales, deben repartirse de forma más solidaria y equitativa entre todos los integrantes de la sociedad. La economía ecológica, de hecho, destaca que la tecnología no es siempre una garantía para superar ciertas tensiones. Los avances tecnológicos en las últimas décadas ha probado la denominada paradoja de Jevons, que viene a decirnos que la mejora de la eficiencia en el uso de un recurso generalmente promueve un mayor uso del mismo, por lo que el consumo de dicho recurso se incrementa. El capital humano no puede sustituir a largo plazo al capital natural.
Los fundamentos económicos que se manejan habitualmente en los cálculos económicos de la economía de mercado se apoyan esencialmente en los conceptos de economía neoclásica. Por su parte, la escuela de pensamiento de la economía ecológica se ha orientado hacia temas “subjetivos” que no encuentran un marco idóneo de expresión con los instrumentos de la economía ambiental derivada del instrumental económico neoclásico.
La economía ambiental se relaciona con la ecológica, pero en formas diferentes. La primera genera instrumentos para lograr el manejo eficiente de los recursos. La ecológica trata de encontrar como esas transformaciones e interrelaciones entre la economía y la ecología y poder dar respuesta al problema del desarrollo sostenible. Se preguntaría: ¿Podemos seguir creciendo sin tener en cuenta los ecosistemas? ¿Cuál es el nivel de nuestro crecimiento y de nuestro desarrollo social para poder convivir con el bienestar humano y ecosistémico?.
Imágenes satelitales de la Agencia Aeroespacial de los Estados Unidos (NASA), revelaron que en 2010 la superficie verde del Amazonas se redujo el equivalente a tres veces y media el estado de Texas, unos 1,5 millón de kilómetros cuadrados. Los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático advirtieron sobre sequías extremas en el futuro.

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