Se está aplicando mucho un sistema (feedlot) que permite el engorde de animales. Este sistema intensivo de producción de carne trata del engorde de la hacienda vacuna en corrales. La novedad, en este caso, es que el total del alimento consumido es suministrado diariamente por el hombre. En la mayoría de los casos los productores argentinos utilizan la terminación a corral como un complemento ideal para aumentar las cargas o receptividades de sus campos, utilizando las pasturas para criar y recriar la hacienda, y dándole los últimos kilos con granos, consiguiendo así terminaciones uniformes y de calidad, valoradas en el mercado. FEED-LOT significa “lote de alimentación”.
Es una tecnología de producción de carne en donde los animales se encuentran en corrales, bajo un estricto control sanitario y nutricional, recibiendo dietas de alta concentración energética (generalmente basadas en maíz) y alta digestibilidad. De esta manera también se está dando valor agregado al maíz, convirtiendo proteína vegetal en proteína anima, la cual es de mayor valor biológico.
Luego de 10 años de vida, la Cámara Argentina de Feedlot cuenta con unas 490 empresas asociadas, de las cuales 470 son establecimientos con capacidad de encierre de un millón de cabezas, y su producción en el año 2009 fue de 2,5 millones de cabezas aproximadamente, de engorde a corral.
Para plantear el engorde a corral es necesario entender primero que será el propio ganadero quien definirá la composición de la dieta del animal, cuánto va a comer y cómo lo hará. Es posible realizar encierres simples, con pocos insumos y lograr engordes aceptables. Las primeras definiciones pasan por la categoría a encerrar y la cantidad de animales. Luego hay que resolver aspectos relacionados con la ubicación en el campo, el alimento y su suministro. Estos dos últimos son frecuentemente los condicionantes más relevantes del planteo en términos físicos y económicos. Finalmente, será importante tener en cuenta los aspectos del diseño que puedan afectar la calidad del proceso de producción, entendiéndose como el diseño de las instalaciones y el manejo de distintas alternativas que se producirán. Estos factores pueden condicionar la gestión productiva en el mediano y el largo plazo.
La elección de la categoría a engordar depende de la naturaleza del negocio. Las categorías más jóvenes y livianas, terminadas rápidamente, con pesos bajos pero de gordura adecuada al mercado, son las más rentables en el escenario económico argentino por su mayor eficiencia de conversión de alimento a aumento de peso. La composición del alimento a utilizar es el componente central de la definición del costo. Las dietas pueden variar en su grado de complejidad yendo de las más simples que sólo son ingredientes utilizados como ingresan al campo y mezclados por el mismo productor, hasta aquellas en las que éste procesa los ingredientes (comúnmente los granos) e incluso compone su propio núcleo vitamínico y mineral.
Los bovinos son más eficientes para producir carne o leche en climas templados y secos que en climas cálidos y húmedos. Están más preparados para adaptarse al frío que al calor. Por ello, de tener elección, la instalación de feedlots de gran escala en el mundo ocurre en climas templados, a templados fríos y semiáridos. Además, de ser posible, el grueso del engorde debería ocurrir durante los meses de otoño, invierno y primavera, tratando de reducir el tamaño de los encierres en verano. En regiones subtropicales y tropicales también se encuentran engordes a corral pero la adecuación a las condiciones ambientales exige mayores costos e impone menor eficiencia económica. En la elección del sitio sería conveniente considerar primero las posibilidades.
Debemos también comentar que este sistema ha sido analizado sobre los posibles riesgos que puede provocar, especialmente para los consumidores del producto obtenido por esa vía. Hay quienes manifiestan que la aplicación de este método produce modificaciones en el valor nutricional de la carne, como la acumulación de grasas que aumentarían el colesterol. Además, (aunque esto pareciera que aún no está definitivamente constatado) podría transmitir al consumidor la encefalitis conocida como la de la llamada “vaca loca” especialmente ante la incorporación de determinadas harinas. Otros de los elementos contraproducentes estarían vinculados a la cantidad de medicamentos antes determinadas de hormonas que podrían perjudicar al consumidor del producto obtenido mediante esa vía.. También habría incidencias perjudiciales en el ambiente por la contaminación que provocaría por la producción de desperdicios.
En fin, aunque el procedimiento llegaría a ser rentable y en cierta medida eficiente, sería bueno y razonable realizar todas las experimentaciones previas para evitar los inconvenientes que pueden ocasionar al ser humano y provocar trastornos en su salud.
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