martes, 26 de abril de 2011

Desactualización de algunas teorías económicas

Hay que reconocer que, en tiempos normales, los modelos macroeconómicos reflejan resultados óptimos. Pero una gran cantidad de teorías fracasan cuando tienen que explicar grandes desfasajes en el funcionamiento de la economía. Esto ha sucedido, no solo con el modelo neoclásico, sino también con muchas otras teorías económicas.
¿Por qué en economía ciertas ideas se consolidan mientras que otras son descartadas? Paul Krugman (premio Nobel de Economía) sostiene que la reticencia de los economistas a pensar sobre los temas difíciles de formalizar les ha llevado a ignorar ideas que han resultado ser, retrospectivamente, muy buenas. Krugman examina la evolución de la geografía económica y de la teoría del desarrollo económico con la intención de entender la naturaleza de la investigación económica.

Lo que se vislumbra es una nueva era, donde la teoría económica dominante será una unión de varias escuelas, una fusión de ideas que a priori están en las antípodas pero que pueden complementarse de la mejor manera. ¿Un ejemplo? Las nuevas exploraciones indican que un exceso de confianza vuelve a los inversores más agresivos, pero que la aversión a perder los torna más conservadores. La pregunta es ¿cual es la idea que prima en los agentes económicos? ¿Como saberlo? .

Probablemente, los economistas del mañana tengan que usar métodos y teorías distintas – a veces contradictorias entre si, cosa que sucede en otras ciencias – para abordar diferentes problemas. Cada fenómeno será muy complejo, y deberá ser abordado desde distintos ángulos y metodologías. El fracaso de la teoría neoclásica para entender la última crisis financiera había dejado como primera defensa contra la depresión al modelo keynesiano.
Sin embargo, la economía mundial siguió cayendo y a muchos expertos la teoría de Keynes les pareció que se quedó corta frente al desastre de las finanzas internacionales. No es nada nuevo decir que la crisis financiera que aún estamos viviendo dio por tierra varias teorías económicas que, hace tan solo un par de años, parecían eternas.
El escenario teórico económico aparece definitivamente más diversificado. Los principios básicos del neoclacicismo están siendo duramente objetados, pero el cambio de paradigma aparece como no inminente. Lo que se está viendo es una apertura de la teoría neoclásica – muy rígida en sus principios – frente a nuevos desarrollos aparecidos post-crisis, absorbiéndolos e incorporándolos en una nueva teoría económica. Las claras y muy serias limitaciones de la teoría dominante en etapas pasadas – la neoclásica – son más que evidentes.
En el entorno globalizado que caracteriza a esta primera década del siglo XXI, es innegable el rumbo que deben seguir los procesos de creación y transferencia del conocimiento. Una de las nuevas corrientes que creció en estos últimos años es la Economía del Comportamiento (que nosotros ya la hemos comentado en nuestro blog de fecha 17/09/2009), una rama que ataca el supuesto de “racionalidad de los agentes económicos” de la teoría neoclásica en base a descubrimientos recientes, basados en “errores sistemáticos” en lo que incurren la conducta de los mismos, como por ejemplo exceso de confianza, aversión a perder, etc.
Otro modelo – contrario a los conductistas (ver nuestro trabajo de Economía Conductual en blog del 03/01/2009) – es la Teoría de los Juegos, que señala que los esquemas de incentivos explican todas las decisiones tomadas por las personas. Aquí, se dice que la gente actúa en forma irracional a veces, pero en casos excepcionales.
Hicimos mención a un trabajo del economista Paul Krugman quien describe en uno de sus libros cómo la teoría del desarrollo perdió su enorme influencia y prácticamente desapareció del discurso económico al quedar patente que algunas de sus principales constataciones no podían modelarse con claridad. Parece que hasta la geografía económica tuvo un sino aún peor, al evitar los estudiosos todos los temas relacionados con el espacio porque no se adaptaban a los instrumentos disponibles.
El libro de Krugman no es, sin embargo, una llamada al abandono de los modelos económicos. Por el contrario, explica por qué vale la pena insistir en la construcción de modelos económicos aunque esto fuerce ocasionalmente a los economistas a desechar buenas ideas. En paralelo con este análisis, este destacado economista ofrece una visión panorámica de los avances más recientes en geografía económica y en teoría del desarrollo económico.

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