En nuestro blog de fecha 18/02/2008 hicimos una breve referencia sobre la actividad en nuestro país, relacionada con la olivicultura. En la actualidad, las noticias nos informan de un proceso que preocupa, consecuencia de factores que inciden de una manera muy particular. Por lo tanto, vamos a comentar, la situación planteada, que, evidentemente, tiene sus efectos económicos para una importante industria y para la economía del país.
El panorama de la olivicultura en Argentina preveía para dentro de cinco años un total de 100.000 hs. en explotación en distintas provincias. Así lo asegura un informe del diario Los Andes de Mendoza. En la campaña 2010 o en la del año 2011 a más tardar, la producción de aceitunas podría alcanzar los mejores niveles. El número impacta por sí mismo. Más aún, si se tiene presente que prácticamente equipara a lo que fuera la media histórica de toda la producción nacional, antes de la acelerada expansión de la superficie cultivada en las provincias del Norte.
La proyección surge de suponer que, dentro de 4 ó 5 años, hectáreas implantadas aquí habrán logrado un muy alto nivel de producción. Y de estimar - siendo prudentes - un rendimiento promedio que rondaría los 6.000 kilos por hectárea, en ciclos productivos normales y sin considerar la eventual incidencia de factores climáticos como heladas o vientos en época de floración.
De manera que, al final de esta década, la provincia podría incrementar en casi un 50% la producción de aceitunas - por sobre los registros de 2005. Pero el volumen de aceite elaborado - unas 4.800 toneladas en el presente ciclo, y alrededor de 8.000 proyectadas hacia 2007 - podrían superar holgadamente las 15.000 toneladas al cierre del próximo quinquenio. Hasta aquí la información parcial que proviene de Mendoza y que constituían las proyecciones hasta entonces.
Por su parte de La Rioja se informaba que el gobierno riojano, había declarado una emergencia olivícola a la provincia, que esperaba una cosecha récord. La decisión se debe a la caída de los precios internacionales, además de la falta de trabajadores para levantar la cosecha, temerosos de perder sus planes sociales. La cosecha, corre peligro por la falta de trabajadores golondrinas para levantarla. Además, el tema de los planes sociales , como la asignación universal por hijo, que se interrumpen cuando el desocupado consigue trabajo, hace que la gente desconfíe de que después se lo vuelvan a dar, entonces no quieren ir a trabajar, y si van, no quieren registrarse.
La Rioja en esta cosecha espera recolectar unas 120.000 toneladas de aceitunas, cultivadas en unas 30.000 hectáreas en total. La situación del sector viene siendo objeto de preocupación de los productores y de la Federación Agraria Argentina.
La información fue proporcionada por el ministro de Infraestructura de la provincia, quien anunció que se lanzarán varias líneas de crédito para que los productores puedan acceder a máquinas cosechadoras cuyo valor es de unos 350.000 dólares. Todo hace prever que los industriales se volcarán a mecanizar cada vez más la cosecha, lo que significa utilizar cada vez menos mano de obra.
Para ello, la provincia gestionará créditos nacionales e internacionales que permitan levantar las cosechas y mejorar los establecimientos y ratificó que el gobierno nacional había manifestado que los beneficios sociales no se perdían por el trabajo temporario.
Es decir, que con una cosecha extraordinaria de aceitunas, estimada en más de 120 millones de kilos, corre el riesgo de quedar en los olivos riojanos debido, principalmente, a la falta de cosecheros. La cosecha 2011, que ya se está desarrollando, es un 30% mayor a la del año pasado. Pero esto, en lugar de conformarlos, les plantea una delicada situación a los productores e industriales ya que, además de la falta de cosecheros, el precio de la aceituna bajó y Brasil, el principal cliente, se está inclinando hacia las aceitunas españolas y peruanas.
Para la Cámara Olivícola Riojana, este complicado escenario pone a las empresas “en una rentabilidad casi nula”. La Rioja es la principal productora de aceitunas del país, con 80%, y la Cámara agrupa a 33 empresas, que nuclean el 75% de la producción provincial.
El presidente de la Cámara, y el gerente de la entidad, explicaron que el año pasado “se pagó entre 65 y 70 centavos de dólar el kilo de aceituna de conserva y, este año, se está pagando apenas 45 centavos” , con un costo de cosecha de 20 centavos, “o sea que solamente la cosecha se lleva el 50% del valor del producto ”, puntualizaron. La producción de aceitunas aceiteras está “muchísimo más afectada”, ya que el kilo está alrededor de los 25 centavos de dólar, con un costo de cosecha de 18 centavos.
“Los costos de producción están subiendo un 20% o 30% todos los años”, afirmaron, debido a las subas salariales, “pero nuestro precio está atado al dólar, que es el precio internacional, y esto de tener un dólar casi quieto, con una inflación tan alta, nos va sacando de los mercados”. Los principales destinos son Brasil y EE.UU. y, en menor medida, el resto de Latinoamérica, Europa y Asia. “Pero estos mercados empiezan a estar comprometidos por los costos internos, que han crecido de forma significativa y no nos permiten llegar con precios competitivos”.
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