En blogs anteriores (de fechas 5/12/07, 26/11/07 y 26/508) hemos considerado a la globalización como algo sustancial para el crecimiento en el mundo actual siendo particularmente la movilidad de las comunicaciones junto con la aparición de la “nueva economía”, la dinámica más importante. Aunque también se dejaron entrever algunos casos donde las posibilidades de desarrollo no serían parejas y la distorsión podría traer problemas a determinadas regiones.
Actualmente, el mundo vive un proceso de desglobalización. La exclusividad de Estados Unidos ha sido desplazada por nuevos competidores: la Unión Europea, el noreste asiático --donde despunta China, Hong Kong, Taiwán, y Singapur - que incluso han dejado atrás a Japón ; y como nuevos actores emergentes Rusia, India y Brasil. Perturbar el equilibrio financiero y económico mundial, suele traer consecuencias serias. Ante este panorama, en los próximos años se puede presentar una globalización suave y reformada, o bien la regionalización del mundo y el surgimiento de economías mixtas.
Hoy - ante la crisis imprevista que ha repercutido en forma general con desajustes y con políticas económicas discutibles -, existe un nuevo perfil en la consideración de lo bueno de la globalización y con los efectos producidos, que contribuyen a un pensamiento más cercano a la desglobalización.
La palabra “desglobalización” refleja la posibilidad de que, ante la crisis actual del mundo global e interconectado de los últimos años, aparezca un movimiento de contracción, de ensimismamiento, de refugio dentro de las fronteras nacionales. En definitiva: un movimiento de fragmentación. Pero esto no puede ser de carácter permanente porque detrás de la globalización inicial hay datos tecnológicos irreversibles.
Ello no quita que en lo inmediato, se hayan producido cambios que modifiquen la globalización, algunos de los cuales perdurarán y otros tenderán a desaparecer. La disponibilidad tecnológica en las comunicaciones, la transmisión instantánea y de bajo costo, junto con las redes mundiales, están allí y seguirán estando. Los cambios se dan en varios frentes: el financiero, el comercial, el monetario y el de las ideologías y paradigmas dominantes. Cada uno de estos cambios tienen y tendrán efectos y duración diferentes.
El mundo sigue interconectado a través de las telecomunicaciones, las artes, la cultura e Internet. Pero los expertos consideran que el paso firme de la globalización económica hoy registra un repliegue, como mínimo temporario, por el estancamiento financiero y el nacionalismo económico. Si bien el comercio mundial se cuadruplicó desde 1982. hay quienes ven ese crecimiento exponencial como una cara más de la mayor burbuja crediticia de la historia. El desplome mundial de las exportaciones cierra fábricas desde China a Europa del Este.
El Banco Mundial estima que este año la crisis sumirá en la pobreza a 53 millones más de personas en los países en desarrollo. También ya se nota que las remesas que los trabajadores envían a sus países se están reduciendo, desde América Latina a Asia Grandes países como China aún tienen enormes reservas de dinero. Pero otros países se hunden. Los inversores huyen por ejemplo, de Corea del Sur tan rápido, que la deuda de corto plazo del país podría superar, para fin de este año, sus reservas.
Los gobiernos de las grandes economías, con sus salvatajes y nacionalizaciones, están gravitando de una manera nueva y profunda sobre los bancos y multinacionales que antes ayudaron a dar el sustento de la globalización. Pero en la actualidad, el mensaje es que no hay nada mejor que la patria para la creación de empleo y para invertir.
Un ejemplo muy significativo lo da Singapur. Se puede decir que este país fue la cuna de la globalización. El boom del comercio mundial hizo de esta ciudad Estado, en la intersección de Oriente y Occidente, el puerto más activo para petroleros y cargueros. Mientras el comercio mundial cae por primera vez desde 1982, el puerto antes dinámico se ha vuelto un estacionamiento de mar, donde anclan en fila cargueros ociosos de Asia, Europa, EE.UU., Sudamérica y Oriente.
El Instituto Kof de Tecnología de Zurich lleva un índice de la globalización. Toma en cuenta: el comercio mundial, la inversión directa y los flujos de capital entre fronteras, además del turismo y las transferencias. Todos estos pilares de la globalización se están comprimiendo, algunos tan fuertes como la inversión extranjera directa, que retrocedió 21% (promedio) en un año. Con la recesión que avanza, países grandes y medianos deciden orientar sus recursos a proteger los empleos dentro de su territorio. Además, por primera vez, los flujos transfronterizos están creciendo menos que los domésticos; es una tendencia que se debe contener para evitar el riesgo de una peligrosa espiral mundial de desglobalización.
En un contexto de desglobalización financiera, el costo de financiar desequilibrios aumenta. Así, el flujo neto de capital a EE.UU. en 2007 fue de dos billones de dólares, o 19% del total mundial – por debajo del 23% que los activos americanos representan en la cartera global de inversiones -. Si los flujos de capital cayeran a la mitad, el fondeo americano habría representado cerca del 40% del total de flujos – casi el doble de la proporción de stocks – un rebalanceo de cartera que requeriría una tasa de interés más atractiva que la actual.
La escala y la velocidad de la contracción global es hoy sin precedentes con la caída libre de la producción en los países industrializados y la rapidez con que se desglobalizan las exportaciones, las importaciones, el consumo global, la inversión extranjera y el crédito internacional. Esto pronostica que la economía mundial descenderá de 1 a 2 % este año. Será la primera vez que no se expande desde la II Guerra Mundial.
Todas las grandes empresas transnacionales, desde las constructoras de autos hasta las productoras de aparatos electrónicos, ven con alarma la disminución del consumo de sus productos y optan por reducir su producción, cerrar sus factorías y despedir miles de trabajadores en todos los continentes. Asimismo, los países que contrataban gran cantidad de trabajadores extranjeros están despidiéndolos y tomando medidas contra la inmigración. Se considera que este año habrá entre 22 a 52 millones de desempleados adicionales en el mundo. Hoy, los tres factores de la producción, el capital, las mercancías y el trabajo se están desglobalizando.
Los 36 países mayores exportadores del mundo han disminuido sus envíos al exterior en un 20% como promedio. También, los países asiáticos que eran los puntales de la globalización, por la continua expansión planetaria de sus exportaciones; son ahora el más claro ejemplo de la desglobalización. China ha reducido sus exportaciones en 18%, la India 12%, Hong Kong 40%, Taiwan 40%, Corea 17% y Singapur 16%. Esta disminución del comercio está dejando miles de barcos, alrededor del mundo, con las bodegas vacías. El comercio de contenedores ha colapsado en un 30%. Todo esto parece indicar que hay un nuevo escenario impuesto por la desglobalización.
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