Los comentarios generales hacen referencia a la caída del dólar en los últimos días. Tiene su origen en la enorme emisión de esta moneda que realizó, y realiza EE.UU. para paliar la situación creada por los bancos. La devaluación general del dólar ante las monedas del mundo, tuvo su consecuencia por la suba experimentada por casi la mayoría de las “commodities”.
Ante esta situación el dólar desciende: 7% contra el real brasileño; 6% contra la libra esterlina; 5% contra el yen y el euro, y 4% contra el peso chileno y el franco suizo. O sea, la moneda estadounidense retornó a sus valores de septiembre del año pasado antes de la caída que tuvieron los mercados del mundo por la crisis financiera. Con la baja del dólar el peso argentino sigue perjudicado: el billete de Estados Unidos está en $ 3,75, su mayor precio en siete años y el euro alcanzaba los $ 5,18, también un valor sin precedentes.
La debilidad del dólar continuará y también declinará el euro, por lo tanto ante esta expectativa la gente no se posesiona en esa moneda como refugio. La baja internacional del dólar estaría recomponiendo las cotizaciones de las materias primas. Repuntó el petróleo que de 32 dólares hace seis meses, se ubicaba en 60 dólares por barril. Los metales básicos también, habían avanzado, aunque no tanto.
Con dólar devaluado y soja firme, los títulos argentinos siguen con posibilidades. Los bonos argentinos lograban subir 3,5% y el riesgo país se encuentra cerca de los 1400 puntos básicos.
China cree que tanto Europa como EE.UU. deberán subir sus tasas de interés para controlar las presiones inflacionarias cuando las economías se recuperen y que eso alterará de modo consistente el comportamiento cambiario internacional.
Mientras Wall Street ganaba 0,6% en la semana, con San Pablo y México acumularon una suba del 2%, la Bolsa de Buenos Aires lograba un ascenso del 8%. Como el mediano plazo sigue luciendo firme, los inversores no quieren vender y resisten. Sin embargo la crisis no ha terminado, seguirán los problemas y es casi seguro que sobrevendrá una toma de ganancias, haciendo que los precios de los próximos meses sean menores que los actuales.
En cuanto al valor del dólar en Argentina, dirigido por el Banco Central, el peso argentino se siguió devaluando. Tanto el dólar como el euro subieron 23% en el mercado local a lo largo de los últimos seis meses. Se asegura que el Central lleva al dólar de la manos de la información del INDEC y con eso el tipo de cambio se aprecia casi 10% por año. Los industriales solicitan un dólar entre $ 4,50 y 5 pesos porque la inflación local sigue quitándole competitividad al tipo de cambio. Para otros, habría que llevar el dólar a una banda entre 4.15 y 4,30 pesos. Finalmente, para un ex funcionario del BCRA el precio actual de la moneda estadounidense estaría hoy mucho más próximo al valor de equilibrio de hace apenas un mes.
Respecto de las tasas de interés para plazo fijo en dólares que pagaban el 2 y el 4% anual, han disminuido entre 0,7 y 3 % anual. La diferencia estaría dada por la débil posición del dólar y por el menor uso de billetes en el comercio con Brasil. Sobre los plazos fijos en pesos se pagan tasas que oscilan entre el 11 y el 16% anual, o sea, en todos los casos con rendimientos negativos considerando la inflación real que estaría cerca del 18% anual.
Si bien los bancos tienen en exceso pesos y prácticamente no están buscando tomar nuevos depósitos, en los últimos días muchos empezaron a pagarles a sus clientes minoristas tasas de interés levemente más altas si colocaban plazos fijos a más de 60 días. El objetivo: pasar las elecciones sin sobresaltos. Fuentes del Banco Central reconocen que están previendo un escenario similar para junio, dado que la gente tiende a dolarizarse, utilizando para ello parte de los pesos que tiene depositados.
Sobre la base de datos del Banco Central (BCRA), las tasas que pagan las entidades financieras por plazos fijos de más de 60 días de plazo pasaron en la última semana del 12,9 al 14,7% anual en promedio. Mientras que las tasas de los plazos fijos más cortos, de hasta 30 días, se mantuvieron estables en torno al 11,6 y 12%, en señal de la gran liquidez de la que hoy gozan los bancos.
Referentes a los bonos de nuestro país los inversores parece que se van convenciendo de que se van alejando las posibilidades de un nuevo default. Los bonos tuvieron una fuerte suba en los meses últimos. El Bonar V gana 90%, el Bonar VII remonta 78%, el Boden 2012, 65%, y el Boden 2015, 62%. En las tres semanas que lleva mayo, cinco bonos suben entre 25 y 30%: el Boden 2º15, el Boden 2014, el Discount, el Discount NY, el Bonar V y el Discount Argentino. Con estos repuntes, los bonos en dólares prometen tasas futuras del orden del 40% anual, entre 12 y 15 puntos menos que hace dos meses, en tanto que los bonos en pesos tienen tasa a vencimiento todavía superiores al 50%. Lo notable que hay que destacar es que estas tasas más bajas se presentan en una situación en que nuestro país tiene desaceleración económica y menos superávit fiscal.
Hay que pensar que el Boden 2012, tiene un vencimiento de capital e intereses en los primeros días de agosto por unos 2.300 millones de dólares. Además, deberá enfrentar de este mismo papel un vencimiento por más de 5000 millones de u$s., antes de la próxima elección presidencial. El 80% del Boden 2012 se encuentra en manos de inversores institucionales (Bancos y ANSES). Se comenta que Economía ofrecerá un bono más largo para eludir los vencimientos finales.
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