Modificaciones operativas y de estructura en el Fondo Monetario Internacional (FMI)

Durante ejercicios pasados, el Directorio Ejecutivo y la gerencia del FMI estudiaron propuestas de los países miembros sobre la forma de ajustar las cuotas y el número de votos para que reflejaran el papel cada vez mayor de los países de economías emergentes en la economía mundial, y para dar más voz a los países miembros más pequeños. En las deliberaciones volvieron a examinarse cuestiones relacionadas con la fórmula empleada para calcular las cuotas. Muchos directores reiteraron su respaldo a favor de una fórmula más sencilla y transparente. La mayor parte consideró que dicha fórmula debía basarse en la actualización de las variables económicas y financieras tradicionales y que, como máximo, debían utilizarse cuatro variables: el PIB, como el indicador más importante de la magnitud económica de los países, e indicadores de apertura, de variabilidad de los ingresos corrientes y de los flujos netos de capital, y de las reservas. Aunque las opiniones de los directores acerca de los objetivos de sencillez y transparencia de las fórmulas de las cuotas coincidieron, se expusieron puntos de vista discordes respecto a la forma de lograrlo y al peso que se asignaría a las variables, y unos cuantos directores estimaron que llegar a un acuerdo sobre una fórmula nueva era parte esencial de cualquier ajuste de las cuotas vigentes. Sin embargo, muchos otros directores señalaron lo prolongadas que fueron las deliberaciones pasadas en torno a este tema y las dificultades que probablemente surgirían para forjar un consenso oportuno sobre una nueva fórmula, y estimaron innecesario vincular el ajuste de las cuotas a un acuerdo con respecto a una fórmula revisada. La reforma, iniciada en 2006, parecía estancada. En plena reunión del FMI de octubre de 2007, Brasil había insinuado la posibilidad de fundar su propia organización paralela al FMI si la reforma no satisfacía sus deseos. Luego fue uno de los principales impulsores de los planes de reforma. En los últimos años, dos tercios del crecimiento económico mundial correspondieron a países que no estaban entre los más industrializados del mundo. La reforma propuesta de cuotas y voz del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue aprobada con el 92,93% de votos a favor. Las modificaciones, que requerían el 85% de los votos para ser aprobadas, aumentará el poder de decisión de las economías emergentes del planeta a cambio de reducir sensiblemente el control de las economías industrializadas tradicionales. De los 185 países representados en el FMI, 180 ejercieron su voto. De ellos 175 lo hicieron a favor. Además de modificar las cuotas y la voz, la reforma aumentará el peso del voto de más de dos tercios de los países miembros. Aumentará también la voz y la participación de los países de menores ingresos a través de la triplicación de los votos básicos. Entre los países que se beneficiarán se encuentran México, China, India, Corea del Sur y Brasil. Otros podrían perder la actual proporción, como en el caso de Rusia, Irán, Arabia Saudita y Argentina. México, China, Corea del Sur y Turquía, que fueron objeto de un sustancial aumento de cuotas desde la reunión de Singapur de 2006, recibirán además un aumento mínimo nominal de cuotas de 15%. De esta forma México pasará de tener una cuota de 1,21% a 1,52% y una proporción de voto de 1,19% a 1,46%. Cada cinco años, la Junta Ejecutiva se reunirá para recomendar alineaciones adicionales a fin de elevar la proporción del voto de países representados insuficientemente. La aprobación de estas modificaciones convierte al FMI en la primera institución global en implementar tal programa de reformas. Aunque la mayoría de países emergentes y de menores ingresos habrían deseado una reforma más profunda, los cambios ahora aprobados en el FMI son históricos, pues suponen la primera modificación de la estructura básica de una de las instituciones internacionales creadas tras la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, las economías más avanzadas, que hacía tiempo se resignaron a tener que ceder parte de su poder, apoyaron una reforma necesaria. Además, el resultado fue importante para reforzar la legitimidad del FMI con sus miembros. Además, como dijimos, se establece un sistema por el que cada 5 años se debe revisar el peso de la votación de los estados. El objetivo, que se ceda otro 2.7% en 5 años y la misma cantidad dentro de 10 años, para acercarse a que ambos grupos queden equilibrados en el 50% cada uno. La nueva estructura representa un importante paso adelante hacia una redistribución de las cuotas de votos hacia los dinámicos mercados emergentes y los países en desarrollo. Es oportuno también comentar otro tema referente al FMI: los países miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobaron reestructurar el mecanismo de ingresos del organismo multilateral de crédito, algo que incluye vender parte de sus reservas de oro. La aprobación de la Junta de Gobernadores sobre un mandato de inversión más amplio permitirá al Fondo incrementar el retorno promedio esperado, afirmó el organismo en un comunicado. La propuesta de venta de 403 toneladas de las reservas de oro del Fondo Monetario debe ser aprobada ahora por los Congresos de los países.