El papel de la Economía en el mundo actual

La Economía en la actualidad - por la posición que ocupa entre las ciencias que más se aplican en el mundo -, revela la magnitud de su intervención en la mayoría de los procesos sociales que acontecen. La necesidad de entender la economía para ayudar a comprender este mundo globalizado - especialmente en la toma de decisiones que moldeen su futuro y para reforzar las instituciones importantes -, se hace cada vez más evidente y necesaria. La economía juega un papel muy importante en la política local, departamental o provincial, nacional e internacional. Aprender a razonar sobre temas económicos es importante porque el enfoque analítico de la economía actual difiere en algunos aspectos importantes del enfoque apropiado para otras disciplinas. Deben conocerse ciertos hechos correspondientes a la economía de cada país, incluyendo su estructura y las tasas corrientes de desempleo, inflación e interés y también cómo deben los gobiernos tratar de bregar contra el desempleo y la inflación, y cuándo y cómo debe promoverse el desarrollo económico. Nadie desconoce que la economía juega un papel central en la configuración de las actividades del mundo actual dado que proporciona los criterios de lo que es “económico” y de lo que es “antieconómico”, y no existe otro juego de criterios que ejercite una influencia mayor sobre las acciones de los individuos y grupos, así como también sobre los procederes de los gobiernos. Puede pensarse, por lo tanto, que deberíamos recurrir a especialistas de la ciencia económica cuando necesitamos consejo sobre cómo vencer los peligros y dificultades en los que el mundo globalizado se encuentra inmerso y cómo lograr planes económicos que garanticen la paz y su permanencia. Más aún, la creencia generalizada, sostenida con igual fervor por todos los partidos políticos, es que el bien común será necesariamente optimizado si cada uno, cada industria y comercio, lucha por obtener un beneficio aceptable sobre el capital invertido. Esto, se complementaría afirmando que además es imprescindible la faz social que promueve por ejemplo un desarrollo económico, instrumentado para ofrecer una mayor renta per cápita a los habitantes de un país, o sea, inclinarse hacia un bienestar general. Detectar procedimientos o hechos antieconómicos quiere significar que es como una enfermedad y que se está mejor sin ella. Se supone que el economista está en condiciones de diagnosticar la enfermedad y luego, con suerte y habilidad eliminarla. Es bien cierto que los economistas a menudo discrepan entre sí acerca del diagnóstico y, más frecuentemente aún, acerca de la curación, pero esto solamente prueba que el problema es de una dificultad poco común y que los entendidos, como todos los seres humanos, no son infalibles, pero deben sí estar bien inspirados en identificar los males y combatirlos. Así, podemos reconocer que, desde que comenzó a presentarse cada vez más pruebas del deterioro del medio ambiente, particularmente en la naturaleza viva, la perspectiva y la metodología de la economía había empezado a cuestionarse. Decir que el futuro económico está determinado por los especialistas en la ciencia económica sería talvez una exageración; pero que su influencia, o en cualquier caso la influencia de la economía, es de un gran alcance y difícilmente pueda ponerse en duda ¿Cómo se relaciona la economía con los problemas que se presentan? Cuando el economista emite un juicio acerca de que una actividad es “económicamente sana” o “antieconómica”, se nos presentan dos cuestiones importantes y estrechamente relacionadas: ¿qué significa ese juicio?, en primer lugar, y en segundo, ¿es un juicio definitivo en el sentido de que la acción práctica puede basarse razonablemente en él?.Es evidente que el razonamiento y las preguntas formuladas llevará a esclarecer en parte las cosas.