Hemos leído y analizado un interesante artículo elaborado por la presidencia de la Fundación Mediterránea, donde el conflicto es visto desde la teoría de los Juegos. Esta teoría la consideramos en nuestro blog de fecha 19/10/07, donde hacíamos referencia sobre la vida del premio Nobel de Economía John Nash, precursor de esta teoría. La teoría se basa fundamentalmente en el accionar de jugadores. En el juego se presentan los movimientos tanto propios como el de los rivales.
En el mencionado trabajo de la Fundación se asimila la consistencia de esta teoría particularizando en el actual conflicto por las retenciones entre los productores rurales y el Gobierno. Esta situación concreta una relación entre rivales. La ocasión no deja de arrimar costos entre estos jugadores (Gobierno y productores) dentro del periodo que dure la rivalidad hasta llegar a una solución.
Se espera que alguno de ellos o los dos jugadores cedan y aparezca la negociación. Hay que ver que las consecuencias del conflicto la sufren no sólo los participantes en la contienda sino los habitantes del propio país donde sucede. Esto implica, entonces, la necesaria celeridad del arreglo, para incluso disminuir los futuros impactos económicos y sociales.
Las alternativas se presentan de parte del Gobierno que requiere mantener o aumentar su gasto público, con presión fiscal para financiar estos gastos particularmente mediante las retenciones. Para el sector del campo resulta preocupante las posibilidades de rentabilidad en el actual momento como en un futuro y no asegura que el Gobierno insista con una nueva presión tributaria. Una situación también preocupante sería para otros jugadores como las provincias que pierden recursos en sus recaudaciones, nivel de actividad e incidencia política y desde ya, con economías agrícolas a las cuales repercutirá en una menor producción y también sufrirán los transportistas de productos agrícolas.
Los adversarios en este juego están dispuestos a sufrir mayores costos si alguno o ambos no ceden en sus pretensiones. Si los rivales aceptan negociar, la expectativa es que el acuerdo se produzca antes que los costos se acumulen por los participantes en este proceso, se eleven y se llegue a un empate muy particular. Las ramificaciones del conflicto con los bloqueos y cortes de rutas por los transportistas de granos sugiere que podemos estar yendo en esa dirección.
Si bien la teoría de los juegos es muy apta para describir los incentivos de los rivales y sus estrategias óptimas en este juego no cooperativo, es menos útil para ofrecer soluciones cooperativas que eviten estos costos. Los equilibrios que ocurren cuando el comportamiento de uno es óptimo, dado el comportamiento del rival que propone, son aquellos en los que uno de los oponentes cede de inmediato, algo que evidentemente ya no es posible, o el conflicto es llevado hasta el extremo en que uno de los dos no tolere más los costos, algo que no se presume hasta donde puede llegar. El análisis concluye en que el conflicto deje de ser una “guerra de atrición” y se transforme pronto en un juego cooperativo y que lleve a una solución mutuamente satisfactoria. Deberán hacerse propuestas (movimientos estratégicos) concretas e inteligentes por parte de ambos contendientes, salvaguardando el bienestar de todos.
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