domingo, 25 de mayo de 2008

Son necesarias innovaciones en el campo de la economía

La innovación es un concepto con muchas facetas que se puede clasificar de acuerdo con varios criterios. Un criterio de clasificación es el objeto: innovación de producto o innovación de proceso. La innovación de producto ofrece venta­jas competitivas. La empresa que consigue colocar en el mercado un producto nuevo, ya sea un bien o un servicio, puede obtener una ventaja competitiva durante un tiempo, en el cual tendrá su mercado dominante de aquel producto nuevo, al menos hasta que lleguen los imitadores. Por lo tanto, durante un periodo, la empresa puede fijar uno precios más favorables y disfrutar de las ventajas temporales. La otra innovación es la del proceso produc­tivo, que mejora la competitividad de la empresa. Normalmente, este tipo de innovación permite reducir los costos, aumentar la producción por trabajador y mejorar la calidad. En principio, las dos innovaciones son complementarias; las empresas necesitan mejorar el producto para ser más competitivas en el mercado y mejorar el proceso para reducir costos. Otro criterio para clasificar la innovación es la relevancia. Así, la innovación puede ser incremental o radical. Sin embargo, lo más importante que hay que tener en cuenta es que todo es innovación; el rasgo distintivo es que unas innovaciones pueden ser intensas —con productos con un mayor grado de novedad— y otras no —con productos con menor grado de novedad. Lo expresado y que conduce a lo que queremos tratar en este tema, es que un país con conciencia innovadora posee las condiciones para superarse y con el basamento de empresas y empresarios activos y capaces, puede llegar a mejorar su economía o estimularla hacia objetivos que, en general, se centrarán en la satisfacción general de sus habitantes. Para esto será necesario empresarios lúcidos que, mejorando sus empresas contribuirán al desarrollo y crecimiento del país. El impulso innovador debe ser valorado esencialmente por el Estado que participará activamente en brindar todo lo necesario para contribuir a que se materialice todo lo que conviene al bienestar general. Un Estado que no apoye o que por el contrario obstaculice el accionar empresarial, ya sea entorpeciendo transacciones, presionando impositivamente, o talvez creyéndose dueño exclusivo de la verdad en todos los aspectos comerciales, no será alguien que permitirá que toda una potencia innovadora pueda concretar sus anhelos de superación y progreso. Es muy importante dejar claro que una parte de la innovación es tecnológica, pero que hay una vertiente de la in­novación que es, no tecnológica. Este último tipo de innovación es el que hace que las empresas sean más competitivas, aumenten la productividad y tengan éxi­to en el mercado. Es decir, la innovación es un concepto muy amplio, muy general y difícil de delimitar, a diferencia de otros. Es necesario destacar la trascendencia de sus efectos en la nueva economía sobre el conjunto de actividades y relaciones macroeconómicas. Las relaciones entre la industria de la información y el resto de sectores productivos, la importancia de la globalización y las nuevas pautas de consumo en el desarrollo, las conexiones entre nueva economía y ciclos económicos, los cambios en el mercado de trabajo y las relaciones entre nueva economía y política económica, se han constituido en las principales metas de este núcleo de análisis económico. Aumentos de productividad derivados de la inversión tecnológica, consolidan nuevos patrones de consumo asociados a la diversificación productiva del sector servicios, cosa que, en un contexto de baja inflación y aumento de la riqueza, retroalimenta el trinomio inversión tecnológica - nueva producción - consumo. Asímismo, la inversión tecnológica no deja de reconocer que contribuye al cambio estructural. La economía social puede ser un vector importante de los distintos tipos de innovación desarrollados históricamente ampliando la gama de productos y servicios para sectores útiles que no son cubiertos (nuevos productos o servicios). Inicia prácticas en y entre las organizaciones de cooperación (nuevos métodos). Ofrece nuevas oportunidades a protagonistas excluidos del sistema dominante (nuevas salidas). Estimula una nueva clase de empresarios sociales o colectivos (nuevas organizaciones). Las organizaciones de la economía social tienen características que las empresas deberían tener para obtener alto rendimiento en la nueva economía del conocimiento. Pero la economía social es también interesante porque innova a nivel de la organización de la economía y de la sociedad en su conjunto. Plantea cuestiones importantes - y encuentra soluciones interesantes - para colocar la innovación y el alto rendimiento al servicio de una economía del bienestar.

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