Asia, que actualmente representa más del 40 % de comercio mundial, seguirá beneficiándose de sus conexiones internacionales. El incremento en los flujos de capital de inversores no asiáticos en busca de una mayor rentabilidad y diversificación, y de los inversores asiáticos en busca de la seguridad de los productos Grupo de los 8 (G7), han creado un mercado de rápido crecimiento para aquellas instituciones que pueden conectar con éxito Asia y el resto del mundo. Se reconoce la importancia de las perspectivas de Asia en el desarrollo, en lo que a desenvolvimiento y retos se refiere. Reconocido es asimismo en mayor medida, la necesidad de esfuerzos continuos para promover una mayor interdependencia e integración económica de las regiones. Para este propósito también se ha analizado la gran diversidad de Asia en condiciones económicas y sociales, y las diferencias en las etapas de desarrollo y en la variedad de culturas y tradiciones.
Con tres de las diez economías más grandes (China, Japón e India) y más del 35% del PBI mundial, Asia es un componente clave de la economía internacional. Este dinamismo económico está incrementando el porcentaje que Asia aporta al PBI mundial. Tras superar por completo la crisis financiera de 1997–98, Asia ahora contribuye casi con un 50% al crecimiento mundial, y es la región de más rápido crecimiento. Las exportaciones de Asia han aumentado, junto con el superávit en cuenta corriente .
Así como la ascensión de Occidente transformó el mundo, la ascensión de Asia producirá una transformación equivalente. Se afirma que la expansión de Asia será positiva para el mundo. Rescatará a cientos de millones de personas del flagelo de la pobreza. Lo verdaderamente positivo es que la modernización de Asia está empezando a extenderse a todos los rincones del continente. El ejemplo de Japón fue emulado por los cuatro “Tigres”: Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong y Singapur.
Cuando China empezó a darse cuenta que los países de su periferia vivían mejor, decidió unirse a ellos con el lanzamiento de su propio programa de “Cuatro modernizaciones”. Desde hace años, China tiene la economía de más rápido crecimiento del mundo. A su vez, el éxito chino ha inspirado el progreso de la India. Hoy son miles de millones de asiáticos los que avanzan hacia la modernidad.
El porcentaje de Asia en el PBI mundial supera el de la Unión Europea y Estados Unidos. .Su dinamismo se debe en gran medida a su exitosa integración en la economía mundial. Descontando una breve recesión tras el colapso del sector de la tecnología de la información en 2001, las exportaciones de la región han aumentado sin cesar y ahora representan el 27% a escala mundial. El comercio intrarregional también está creciendo conforme los países se integran en la cadena de la oferta. El repunte de las exportaciones, junto con una atonía general de la demanda interna, ha generado superávits abultados en cuenta corriente. Pero si se excluye a China, el superávit de Asia ahora está cediendo ante el peso creciente de la importación de crudo y, en ciertos casos, la reactivación de la demanda interna. En cambio, el superávit en cuenta corriente de China aumentó en más del doble en 2005 y se situó en un 7% del PIB, gracias a un fuerte crecimiento de las exportaciones.
Hoy hay más personas que nunca en el mundo en busca del sueño occidental de una vida más cómoda. Su ideal es conseguir lo que han conseguido Norteamérica y Europa. Hay quienes aseguran que no quieren dominar a Occidente, sino reproducirlo. Para Occidente, esa universalización de su sueño debería ser un instante triunfal. Y, sin embargo, muchos de sus dirigentes comienzan sus discursos haciendo advertencias sobre lo “peligroso” que está volviéndose el mundo.
En Asia se cultiva casi un tercio de la producción mundial de cereales, en especial el arroz que aporta el 90% del total mundial. Sin embargo, es necesario importarlo para suplir la demanda interna. A pesar de la intensa modernización de la economía, más del 50% de la fuerza de trabajo está puesta en la agricultura, especialmente en las naciones del subcontinente hindú (India, Bangladesh y Pakistán). Entre los principales productos de exportación está el té, el caucho y la caña de azúcar. Asia posee el 23% de sus tierras cultivables.
La explotación minera es la principal fuente de divisas para los países del Golfo Pérsico ya que Irán, Iraq, Kuwait, Arabia Saudita y Emiratos Arabes Unidos, poseen por lo menos el 60% de las reservas mundiales de petróleo y vastas reservas de gas natural. La actividad extractiva también es intensa en la Federación Rusa – que posee cerca de un tercio del gas natural mundial y grandes reservas de carbón, petróleo, diamantes, mineral de hierro y oro, la mayor parte en Siberia. China es uno de los mayores productores de carbón
Asia está ahora más integrada en los mercados mundiales de capital, y capta alrededor de un 40% del capital privado neto que fluye hacia los mercados emergentes. Dos tercios del capital privado que se dirige hacia la región es inversión extranjera directa. Estas entradas de capital, junto con el superávit en cuenta corriente de la región, han provocado una importante acumulación de reservas. En la mayor parte de la región ha aumentado la flexibilidad cambiaria (las excepciones son China, Malasia y la RAE de Hong Kong). Si bien las fuertes entradas de capital en 2003 dieron lugar a una ingente acumulación de reservas, los flujos más recientes han producido menos acumulación de reservas y mayores fluctuaciones del tipo de cambio. La implantación de la APEP, sigla en inglés que equivale a Cooperación Económica de Asia y el Pacífico, propicia intercambios entr5e países del continente y América.
Se prevé que en los próximos años, la región representará un porcentaje creciente de la economía mundial, en gran medida gracias al dinamismo de India y China. El reto consistirá en afianzar la demanda interna estimulando la inversión en los países emergentes de Asia y el consumo en China.
Al igual que en otras regiones, se piensa que en Asia aumentará la proporción de ancianos, sobre todo en Japón, donde la población está disminuyendo. Al aumentar el gasto en pensiones y atención de la salud, el fenómeno del envejecimiento reducirá el crecimiento potencial del PBI y ejercerá presión sobre las finanzas públicas. Asia tiene que hacer rendir sus superávits y planificar cómo enfrentará el problema del envejecimiento de la población. Excepto en China, la acumulación de reservas se ha moderado desde 2004, conforme se han flexibilizado los tipos de cambio. En los últimos años se ha registrado un marcado aumento de las reservas de divisas.
Asia presenta contrastes de riqueza. Se encuentran productores de petróleo en Oriente Medio, y también naciones industrializadas (Japón), y recién industrializadas (China, Corea del Sur, India Taiwán, Tailandia y Singapur).
Asia: Superficie: 44.614.000 km2 (incluyendo la parte asiática de Rusia). Población 3.905.980 habitantes (Junio/07), que representa el 59,4% del total mundial. Esperanza de vida: 66 años (hombres) y 70 años (mujeres).
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