domingo, 4 de mayo de 2008

La Economia China

La evolución de China a partir de 1978 constituye un fenómeno de crecimiento económico notable de la economía mundial. En 25 años cuadriplicó su producto y en la década de los 90, logró duplicarlo en sólo nueve años (implica una tasa sostenida de crecimiento superior al 9% anual). El impulso a la creación de riqueza procede, básicamente, de las fuertes exportaciones que realiza el país. China había ya obtenido registros económicos elevados en 1994. Entonces, el PIB registró una evolución anual del 13,1%. Sus exportaciones crecían sostenidamente y en el 2003 superaron los 440 mil millones de dólares, que representaban el 6% del total mundial. También las importaciones se incrementaban llegando a 415 mil millones en el 2003. La mitad de ese importante volumen de comercio se canalizaba hacia países del Asia-Pacífico, principalmente Japón, Hong Kong, Corea y Taiwan. El intercambio con Estados Unidos, destino de una cuarta parte de sus exportaciones, es favorable a China. Los reiterados superávit comerciales, sumados al fuerte ingreso de capitales registrados en la última década, explican el alto nivel de reservas de esta economía, del orden de 450 mil millones de dólares. Su deuda externa, que alcanza a 150 mil millones de dólares, resulta poco significativa con relación a sus exportaciones, PBI o volumen de reservas. Para evaluar en toda su dimensión el fenómeno chino hay que considerarlo en el contexto de las otras economías pujantes de la región Asia-Pacífico, donde ya se concentra un tercio de la producción mundial. Para el 2020 China junto a Japón, India, Indonesia, Corea del Sur y Tailandia se encontrarán, junto con EEUU y Alemania, a la vanguardia de las potencias económicas del mundo. El gobierno chino ha canalizado con eficacia las inversiones del exterior y supo mantener bajo control el efecto distorsivo y la volatilidad generada por el ingreso de capitales de corto plazo. Este país, no es una economía pastoril, como algunas viejas imágenes pretenden mostrar. Si bien la mitad de su fuerza laboral (unos 750 millones de trabajadores) se desenvuelve en el campo, la producción agrícola representa sólo un 15% del PBI, mientras que la industria (incluyendo la construcción) alcanza al 51%. Aumentó notablemente su producción nacional, montada sobre una ola sin precedentes de industrialización, urbanización e inversiones que tuvo lugar después del ingreso del país a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Lo notable ha sido su transformación en un motor industrial triplicando su participación en la producción mundial en los últimos años. En un tiempo relativamente breve, la contribución de China a la producción mundial se elevó de 2,2 % a 6,9 %. La economía China tuvo un crecimiento importante al alcanzar un 9,5% en 2004. En el 2005, dejó atrás a Gran Bretaña y Francia. Aumentaba su posibilidad de convertirse en una de las principales naciones en el concierto mundial, respecto de obtención de PBI. La economía creció un 10,7% en 2006, su ritmo más veloz en más de una década, ya que la inversión y las exportaciones continuaron agresivas a pesar de una serie de medidas gubernamentales para mantener controlada la expansión. El crecimiento de la economía china en 2007 era el mayor de los últimos años (en 1994, el aumento del PIB fue de un 13,1%). Y continuaba por tanto tras EE UU, Japón y casi alcanzando a Alemania. El crecimiento de la economía china continuaba fuerte y sostenido, a pesar de que ha sufrido una ligera desaceleración en el primer trimestre de 2008. El PIB aumentó un 10,6% en los tres primeros meses- respecto al mismo periodo del año pasado -, según aseguraba la Oficina Nacional de Estadísticas. La preocupación se centraba principalmente en la inflación: un 8,3% en marz2008. Se ha visto cómo el índice de precios se ha disparado -especialmente en alimentación, donde ha subido un 21%-, lo que está causando cierto malestar. El gobierno chino ha tomado varias medidas destinadas a evitar la anunciada crisis por recalentamiento. Esas medidas están destinadas, principalmente, a frenar la expansión del crédito, aumentar el tipo de interés y brindar más solvencia al sistema financiero. Uno de los temas actualmente mas debatidos es el futuro de China y el eventual aterrizaje de una economía que para ciertos analistas se encuentra sobrecalentada. Las cifras correspondientes al primer trimestre del 2004 fueron espectaculares e indicaban ya una aceleración vertiginosa en el crecimiento del PBI (9.7%) y la inversión en activos fijos (43%). Para algunos aún existía aire suficiente para continuar el gran desempeño de los últimos 25 años. Para otros, China estaba atravesando un fenómeno de burbuja similar a la que precedió el colapso de los tigres asiáticos en 1997-99. Para estos últimos, la discusión se centra sobre las consecuencias de un aterrizaje inevitable, en forma "brusca" o "suave". Obviamente, los efectos negativos de un enfriamiento de China se harían sentir sobre el conjunto de la economía mundial y particularmente sobre Japón. Argentina, también se encontraría entre los afectados atento el alto grado de vulnerabilidad de nuestra principal fuente de divisas: las exportaciones del complejo soja. Si el enfriamiento adopta la forma de un aterrizaje abrupto, el crecimiento del PIB chino podría ser sustancialmente inferior al 7%. En tal caso, los efectos de repercusión global podrían ser significativos. Su producto, medido a paridad de poder adquisitivo, representa un 13% del total mundial (el de EEUU alcanza al 21% y el de la UE al 16%) y sus importaciones un 6%. Además, ha sido la gran locomotora de la economía mundial en los últimos años (se le atribuye una cuarta parte del crecimiento económico total). En consecuencia una desaceleración del ritmo de crecimiento de China tendría serias repercusiones globales. Los más afectados serían los países del área Asia-Pacífico, Japón en particular, donde se concentra la mitad de su intercambio comercial. También sufrirían las economías latinoamericanas, que verían derrumbarse los precios de las materias primas que constituyen la base de sus exportaciones, desde la soja al cobre. Un problema que preocupa a las autoridades Chinas, es la inflación que se proyecta de manera inquietante. Los precios al consumidor en los últimos cinco años oscilaron en los siguientes porcentuales: 2003, 1,1%; 2004, 3,9%; 2005, l,8%; 2006, 1,5% y 2007, 4,8%. Se observa un fuerte avance en los primeros meses de 2008. La inflación china fue del 4,8 por ciento en 2007, muy por encima del 3 % que se había impuesto como objetivo el Gobierno y a pesar de las medidas de ajuste monetario que se tomaron para controlar los precios Sin duda, el país chino tendrá la oportunidad de exponer su notable expansión cuando sea anfitrión de los Juegos Olímpicos. Extensión territorial: 9.596.960 km2. Población 1.321.851.888 (2007). Esperanza de vida: 70,6 años los hombres y 74,2 años las mujeres. PBI: u$s. 10.000.000 millones (2006); por sectores: Agropecuario, 11,9%; Industria, 48,1%; Servicios 40% (2006). PBI per cápita, u$s. 7.600 (2006). Desempleo 4,2% (2005). Inflación: 4,8% (2007). Reservas Internacionales: u$s 560.000 millones (2004). Deuda pública externa: u$s. 305.600.000.000 (2006). Exportaciones: u$s. 974.000 millones; Importaciones: u$s 777.900 millones (2006). Moneda: el yuan (7,64 yuanes por 1 dólar – 2007)

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