jueves, 10 de abril de 2008

Las Economías Regionales

Este tema tan importante vinculado al estudio de las distintas regiones en las que se divide el mundo, e inclusive el propio país en que vivimos, creemos no esta suficientemente instalado como una necesidad imperiosa por parte de los estudiosos y aún de un cúmulo de autoridades y de funcionarios públicos de cierto nivel de decisión que parecen desconocer las realidades de las distintas jurisdicciones en la que se divide la Nación. En un país tan extenso, como es la Argentina, donde una cantidad de provincias que la integran ofrecen una diversidad de producciones en sus diferentes modalidades y que brindan las posibilidades para el consumo interno y para la exportación, no deben dejarse de lado las perspectivas que ofrecen sus riquezas de conjunto. No debe olvidarse que hay provincias que en general ofrecen la mayor dinámica en las exportaciones. Del total de ventas al exterior continúan siendo la actividad agrícola y ganadera las que brindan, sin lugar a dudas, el potencial mayor en ingresos externos. Que se procure alentar a las actividades no tradicionales para que aumenten el canal exportador nos parece muy aceptable, pero también la inclinación a contener de una u otra forma a lo tradicional, puede resultar perjudicial. Hemos notado que en muchos de los Planes de Estudios de nuestras universidades, particularmente en los rubros correspondientes a economía se ha suprimido los puntos relacionados con la economía regional, o materias que en su momento permitían un mayor conocimiento de temas específicos como economía agraria, economía de los transportes, incluso geografía económica, etc. Durante algunos años la asignatura Estructura Económica trató de complementar esa falencia, pero también en muchas unidades académicas se han suprimido o se han incorporado con carácter de optativas. Evidentemente, en el campo de las especialidades, pensamos que el tratamiento mayor sería para las carreras de la licenciaturas en las Facultades de Ciencias Económicas, aunque también pueden incorporarse en otros niveles, dentro de las carreras de otros institutos. Pensamos que pueden ser estas las falencias en la preparación de profesionales, que desconocen la integridad de nuestro territorio y las distintas riquezas que poseen, y más aún, no pueden aplicar políticas oportunas porque no están al tanto de procedimientos relacionados principalmente con los trabajos agrarios: de producción de leche, de crianza y manutención de los principales rodeos, de los cultivos esenciales y de sus cosechas, de las características de las distintas razas de animales, etc. Nuestro país posee grandes extensiones y aunque es difícil dominar todas las especialidades, por lo menos es necesario que no se desconozca la importancia de estas regiones y los distintos productos que ellas producen y con la tarea que ello significa. Es por esa razón que hoy tocaremos brevemente el aspecto de la Economía Regional o como se denomine en sus diferentes acepciones: La cooperación y la integración regional son imperativas en la era de la globalización. Esta es la lección derivada de varias reuniones regionales celebradas en distintos países del mundo. En la literatura sobre crecimiento económico se ha venido enfatizando el rol que desempeña la geografía de un país o región como determinante de su crecimiento y desarrollo económico. Los trabajos pioneros plantean una relación a través de dos vías principales: una directa sobre la productividad económica a través de los efectos sobre los costos de transporte, la productividad agrícola, la densidad de población, la dotación de recursos y las condiciones de salud. La segunda vía actúa de forma indirecta a través de la incidencia de la geografía sobre las decisiones de política. En este punto se hace referencia a que las políticas reflejan (o están influenciadas por) la distribución espacial de la población, la morfología del territorio y la ubicación geográfica del país o región que se analiza. En el análisis también se pondrán de manifiesto dos aspectos que tienen grandes efectos sobre la estructura económica y su desempeño: el clima y la dotación natural de recursos. El clima afecta la productividad agrícola a través de la duración del período de crecimiento de los cultivos, de la temperatura, la precipitación y la erosión del suelo. Las diferencias en la dotación de recursos, a su vez, pueden resultar en diferentes orientaciones de la actividad económica y en diferentes niveles de crecimiento del PBI. Así, las regiones o países con diferente dotación de factores pueden generar más producto especializándose en la producción de aquellos bienes en los cuales tienen una abundancia relativa de sus insumos. Existe, sin embargo, una serie de planteamientos que enfocan la relación entre recursos naturales y crecimiento como dos variables cuyo comportamiento debe tratarse muy especialmente. En el estudio de los diferenciales en productividad agrícola cobran importancia aquellas variables que han sido empleadas sobre crecimiento económico, especialmente las que hacen referencia a la geografía física. La productividad agrícola es uno de los principales canales a través de los cuales actúa la geografía sobre el crecimiento y el desarrollo económico de un país. En adición a esto se han planteado otras dos vías sobre las cuales la geografía física tiene una influencia directa en el desarrollo como son la salud y los perjuicios producidos por conmociones naturales. Existen fundamentos básicos de la Economía Regional: uno importante, es identificar la dinámica del desarrollo regional relacionados con las principales cuestiones en el tratamiento del espacio, teniendo en cuenta las causas y consecuencias de los procesos de desarrollo especialmente desproporcionados. Otra, es la de proporcionar los conocimientos de algunos de los métodos de análisis instrumentales que permitan a los estudiosos profundizar en los procesos del desarrollo regional a partir de las políticas implementadas, analizando hasta qué punto fueron objetivas y respondieron a las necesidades socio-económicas. También se tratará de contribuir para tener una visión de los problemas esenciales, económicos y sociales de las políticas regionales relativas a los recursos naturales y al medio ambiente. El interior del país ha sido protagonista en la economía argentina, en reiteradas ocasiones. Según el Centro de Estudios Bonaerense (CEB), algunas economías regionales registraron aumentos en sus exportaciones de suma importancia. No sólo se expande la soja, que trasciende la Pampa Húmeda, o la producción ganadera. También crecen la producción de limones en Tucumán, de algodón en el NOA, del tabaco en Jujuy, los cítricos en Salta y la lana en La Patagonia. Repunta la forestación en Misiones, la vitivinicultura se afianza en Mendoza y en San Juan, la minería se consolida fuerte en Catamarca y San Juan. La pesca se recupera en Mar del Plata y en Puerto Deseado, mientras que el turismo brilla con luz propia en Calafate y Ushuaia. En medio de esta geografía la provincia de Santa Fé se distingue también por su ritmo de expansión y por constituir una buena síntesis de articulación entre las principales explotaciones y la actividad industrial. Aunque Santa Fé es la cuarta economía del país en términos de producto, es la más interesante porque a diferencia del resto de los distritos nacionales - que tienen una producción concentrada en uno o dos producto -, esta provincia tiene su producción más diversificada. Y esto es fundamental para tener presencia en los diversos escenarios. Santa Fe a crecido a un buen ritmo de la mano del fuerte aumento de la producción de oleaginosas, la industria frigorífica y sus efectos sobre el resto de la economía. La maquinaria agrícola es otra de las industrias beneficiadas. Hay un fuerte crecimiento de las exportaciones de las economías regionales orientadas al sector primario, principalmente porque estos productos son “commodities” y mantienen su valor en dólares. El caso más concreto es el de la soja, que en algunas regiones desplaza a otros cultivos o actividades. Con todo, los analistas aseguran que el fenómeno de la soja, como monocultivo, no tiene que entenderse exclusivamente por el unitario del producto. Hay todo un impulso subyacente que incluye a los proveedores de semillas de fertilizantes y de tecnología, lo que hace que la soja sea prácticamente un cultivo de rentistas. Precisamente, la lechería es una de las víctimas de la soja: según datos de la gobernación santafecina, al 30 de junio del 2002 la provincia contabilizaba 3.400 tambos y un año después la cifra se había reducido a 2.739. Ultimamente disposiciones fijaban precios y controlaban la producción y las ventas al exterior. La producción ganadera también sufrió en carne propia el embate sojero, a pesar de un aumento en el interés de los productores, por la recuperación de algunos mercados externos de la carne. En el 2002 las existencias de animales vacunos sumaban 3.339.334 cabezas y en el 2003 el número había caído a 3.033.065. Aquí también por medidas recientes los controles aumentaban y se detenía la exportación. Todo esto, debe promover a debatir algunas de las principales cuestiones relativas a las experiencias del desarrollo regional particularmente en el país y en América Latina.

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