miércoles, 9 de abril de 2008

La particular situación financiera en los EE.UU. y su incidencia mundial

Hace seis meses, el mundo descubrió que los festejos del crédito otorgado benignamente habían llegado a su fin. Desde entonces, la atención se centró en la actuación de los bancos centrales, o sea, en las políticas de fijar las tasas de interés y su capacidad para paliar la primera escasez generalizada de liquidez en varias décadas. Las instituciones aplicaron las recetas estándar disponibles pero no están seguras de haber creado la receta perfecta para evitar que los mercados se precipiten de nuevo. Ninguna de las instituciones en el corazón de la crisis – la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra – se han sentido cómodas durante el último medio año. En Tokio, un informe del Foro de Estabilidad Financiera –un comité de bancos centrales y supervisores – advirtió que persistía el riesgo de que nuevos desenlaces puedan hacer reaparecer graves presiones sobre la liquidez. Además, el presidente del BCE, señalaba que se experimentaba una corrección continua del mercado, muy significativa, y que afectaba a varios sectores. Sobre la situación de algunos bancos que habían experimentado pérdidas y dificultades financieras, se aseveraba, por ejemplo, que la situación del Credit Suisse era peor que la prevista. El mismo banco informó que tuvo que modificar sus cifras de resultados para 2007 debido a “errores e irregularidades intencionales” por parte de un grupo de operadores en el área de Collateralized Debt Obligations (CDO), que valuaron mal sus posiciones. El Credit Suisse manifestó que ha puesto el foco sobre los controles y esto puede significar que ahora sea uno de los lugares más difíciles para esconder pérdidas, y que pasará un buen tiempo en formalizar todo y obtener ganancias. El Bear Stearns también ha demostrado lo mal que pueden salir las cosas. Varios legisladores estadounidenses manifestaron que analizarán si los bancos de inversión deben seguir estando regulados por la Securities and Exchange Commission (SEC) o se les debe imponer normas más severas bajo la órbita del banco central. La regulación sería más estricta para los bancos de inversión, especialmente tras la decisión de la FED de ofrecer financiación de emergencia. Son repetidos los problemas que se les presentan a fondos de cobertura o hedge fund; recientemente la Carlyle Capital, informó la inusual cifra de u$s 31 de deuda por cada dólar de capital. Estos colapsos son propios del modelo vigente que habrá que discutir. Los hedge funds o fondos de cobertura tuvieron su peor comienzo de año de la historia, porque marzo fue uno de los meses de más bajo desempeño para las estrategias tradicionales de inversión. Además, varios fondos tuvieron sus impactos serios. El mal rendimiento de marzo sigue a los penosos resultados de muchos grandes fondos del segmento de relative value, que hacen sus apuestas aprovechando las discrepancias en los precios y usan generalmente altos porcentajes de endeudamiento. Varios de los grandes fondos especializados en determinadas estrategias sufrieron por las fuertes fluctuaciones en los spreads de los bonos japoneses, lo que forzó ventas en otros mercados en los que operaban. Fue un mes muy complicado para obtener beneficios con las estrategias de renta fija. Fondos de cobertura que usan otras estrategias también tuvieron problemas porque la generalización de la apuesta por los commodities y los problemas del sector financiero se volvieron en su contra. Los ingresos del sector de banca de inversión en 2008, sin contar el descenso de los precios de los títulos valores, probablemente disminuyan al menos 20%. UBS, una de las víctimas más golpeadas por la contracción del crédito, y tendrá que recortar costos fuertemente. Cualquier nueva posición probablemente sea muy problemática. Preocupa con qué velocidad UBS volverá a ser rentable, el banco está recortando costos debido a la merma de los ingresos. Una cantidad de firmas estadounidenses están tratando de seguir el ejemplo de UBS, que trasladó sus títulos valores vinculados con las hipotecas norteamericanas a una subsidiaria independiente con la idea de finalmente, reducir su exposición a los activos con problemas, que hasta ahora han generando pérdidas superiores a u$s 30.000 millones.Por otro lado, los bancos de Wall Street están estudiando diversos planes para separar sus castigados activos del resto de sus unidades de negocio, en un esfuerzo por cercar los problemas y restablecer la confianza de los inversores en el sector financiero.Los planes de los bancos de Wall Street, que todavía no están listos, les permitiría eliminar de sus balances al menos algunos de los activos devaluados mediante la venta de grandes participaciones de sus fondos. Mientras tanto, entidades de préstamo estadounidenses y europeas también estudian la creación de un fondo común que compre activos devaluados. No descartan usar el dinero de los contribuyentes para reconstruir el capital de los bancos. También se apelaría a la compra directa de valores por parte del gobierno. O sea, gobierno y bancos centrales evalúan métodos radicales para luchar contra la crisis de crédito, incluyendo la suspensión temporal de requerimientos de capital, la recapitalización de los bancos financiada con dinero aportado por los contribuyentes y la compra pública directa de valores con respaldo de hipotecas. Entre las ideas mencionadas figura la de lograr que un grupo numeroso de bancos importantes revelen simultáneamente sus posiciones financieras utilizando un formulario tipo que incluya datos sobre los precios atribuidos a los diferentes valores y a las metodologías usadas para derivarlos. Esto implica información estandarizada sobre la exposición a Obligaciones de Deuda Garantizadas (CDO), valores con respaldo de hipotecas residenciales y comerciales, financiamiento apalancado, exposición a situaciones fuera de balance y recursos de liquidez. Lo expuesto, pone de relieve la seria situación de Estados Unidos y sus consecuencias en las finanzas mundiales.
Es la época de valorar los riesgos y tomar medidas oportunas para poder contrarrestar las oscilaciones muchas veces inesperadas en este mundo de intensa volatilidad. El FMI, recientemente, señalaba que los embates de la crisis crediticia siguen haciéndose sentir en los mercados. Por ello, consideraba que se hace necesaria la intervención gubernamental global para afrontar los embates de la misma. El máximo responsable del FMI advertía que los problemas en los mercados pueden llegar a afectar el crecimiento mundial.

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