El empleo siempre ha constituido un motivo de permanente análisis y discusión por su repercusión e incidencia en el campo productivo y social. El factor trabajo constituye un elemento sustancial en la teoría de la producción y siempre ha sufrido distintas alternativas. En la actualidad, el desempleo forma parte de una problemática que se perfila a nivel mundial, aunque con ritmos y situaciones distintas conforme a los países que se consideren. Es indispensable insistir sobre lo trascendente del capital humano entendiendo por tal al valor de la educación y a las habilidades adquiridas por una persona. Esto, forma parte de la integridad humana que es bastante difícil de cuantificar, en especial cuando se encuentra afectada por causas de problemas laborales.
Lo ideal, para un país, sería que se mantuviese una relación de pleno empleo laboral, que ocurre cuando la cantidad de personas que busquen empleo sea igual al número de vacantes. Aún en estos casos podría existir algo de desempleo no trascendente, que conformaría la denominada “Tasa natural de desempleo”.
El desempleo constituye una situación en la que hay trabajadores calificados disponibles para trabajar a la tasa de salarios corrientes, que no consiguen empleo. Si bien reúnen las condiciones de edad y capacidad física y mental para realizar una tarea remunerada; aún buscando activamente trabajo, no lo obtienen.
Dentro de la definición de Población económicamente Activa (o también llamada Fuerza Laboral) se incluye el grupo de gente que desea trabajar en el mercado laboral. Comprende a los que tienen empleo y a los desempleados. Los que tienen empleo poseen un trabajo remunerado, los subocupados realizan un trabajo remunerado pero en tiempos inferiores al normal. Tasa de desempleo es el número de personas desocupadas expresado como un % de la fuerza de trabajo.
El desempleo involuntario se presenta bajo tres aspectos: cíclico-estacional, friccional o estructural.
El cíclico se une a las fases del ciclo económico; en épocas de prosperidad, bonanza y expansión de la economía se alienta al empleo, por consiguiente, hay mayor demanda laboral y disminuye la tasa de desempleo; en las fases de crisis, recesión y depresión, el impacto se advierte en un desempleo mayor, consecuencia de la reducción de los planteles ante la tendencia negativa. La explicación estacional es bien clara: hay actividades propias de temporada que decaen cuando cambia la estación
El friccional está relacionado con los procesos de cambio en la economía. Estos cambios significan que mientras ciertos sectores, regiones o empresas aumentan sus niveles de actividad, otras, están reduciéndolos y, consecuentemente, comprimiendo sus niveles de empleo. El desplazamiento de esta mano de obra desempleada hacia los sectores, regiones o empresas que se expanden, puede ser un proceso lento y difícil, y esta circunstancia es lo que determina, inevitablemente, un cierto nivel de desempleo friccional. Jóvenes que terminan la escuela y se unen a la fuerza de trabajo; personas mayores que se jubilan y la dejan, serían casos que contribuyen en parte, a estas manifestaciones.
El desempleo estructural, si bien puede tener varias expresiones, en su forma más preocupante se presenta como una falta de concordancia entre las habilidades o conocimientos que ofrece la fuerza laboral y las que demanda el sector productivo. Es un desempleo que se agudiza en los procesos de cambio, en especial de cambios tecnológicos (ej: automatización de una planta siderúrgica, nuevas industrias electrónicas, bioingeniería, servicios de bancos, seguros, etc.).
Existe también lo que podemos determinar como pleno empleo improductivo que es la situación en que se da empleo en las deficitarias empresas del Estado y hasta en las empresas privadas protegidas, donde nadie puede competir con ellas desde afuera, o sea, se tiene un pleno empleo improductivo mediante puestos ficticios de trabajo, con baja productividad por persona empleada y casi siempre ante una creciente inflación. En Argentina, en marzo de 1991, el plan de convertibilidad vino acompañado de la privatización de la economía. De ahí en más había que competir. Sólo- se alegaba- que serían mantenidos, los empleos productivos. En poco tiempo la Argentina pasó del pleno empleo improductivo al desempleo productivo.
El desempleo, - que preocupa a millones de personas -, es el mayor problema en la actualidad. Al enorme drama que significa estar sin trabajo para el hombre o la mujer, se le suma la inestabilidad social y política que tal disconformidad puede generar. El desempleo reconoce una diversidad de causas y, consiguientemente, sus soluciones serán múltiples y complejas.
Existe un costo para la sociedad al tener un volumen de mano de obra sin utilizar. Algunos estudios establecen – en especial para países desarrollados – que existe una relación entre el aumento en la tasa de desempleo, respecto de la producción de bienes y servicios (ej: por cada aumento de l punto (%) de la tasa de desempleo; la producción bajaría 3 puntos porcentuales).
Respecto de los desempleados, el impacto es mayor y puede llegar a convertirse en un estado de pobreza. Si bien el subsidio de desempleo puede interpretarse como un alivio, se trataría para los que se les concede el subsidio de facilitarles un mínimo de medios; en general subsiste la carencia de ingresos a los cuales el empleado estaba acostumbrado. Estos problemas se reiteran para el desocupado que tarda en conseguir empleo.
Hay consecuencias más graves que se une un tanto a la imposibilidad de conseguir trabajo: sería el estado de frustración, que en circunstancias, puede llegar a desembocar en la droga, el alcoholismo, incluso el suicidio. Hay una sensación que afecta al desocupado que se une a un pensamiento de sentirse cuestionado por la sociedad. Cuando el desempleo perdura puede tener consecuencias degradantes para quien se ve obligado a permanecer desocupado. Pero incluso, para la sociedad es perjudicial el que una parte de la población activa se encuentre desocupada durante un cierto periodo. Los buenos hábitos laborales y la propia productividad potencial de los trabajadores se verán afectados.
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), justificaba que la mayoría de los trabajadores sufrían de "stress" por el impacto de la revolución tecnológica y por la competencia. Depresión, ansiedad, cansancio pueden llegar a comprometer la salud del trabajador. En Alemania el 7% de los trabajadores padecían trastornos depresivos.
El desempleo constituye uno de los mayores problemas personales y de los más graves que afectan a países del mundo. Encuestas realizadas por distintas organizaciones revelaron que la situación del desempleo encabezó el principal problema de los encuestados y de su familia. En las respuestas, se percibía claramente un temor hacia el desempleo, indicando la tendencia histórica un agravamiento de esta percepción, especialmente ante cifras que señalaban una elevación en la desocupación.
El tema surge y se incrementa a medida que disminuye el poder adquisitivo y se afecta el nivel de educación y salud, esto último porque el desempleado no goza de asignaciones familiares ni de asistencia social. El empleo informal, casi siempre surge cuando las oportunidades se presentan ante una instancia determinada, que es aceptada por el trabajador que sigue preocupado y hasta llega a aceptar condiciones que no le convienen.
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