viernes, 25 de abril de 2008

La problemática del transporte en el país.

El transporte en Argentina está basado en una compleja red de carreteras, cruzado frecuentemente por autobuses y por camiones de carga. El país contiene aeropuertos internacionales y nacionales. La importancia del tren en trayectos de larga distancia es menor hoy, aunque fue prioritario en el pasado. En cuanto al transporte marítimo es muy usado para el transporte de mercancías. Argentina tiene una enorme extensión, por ello el transporte a larga distancia es importante. En el territorio de la Argentina la política de transporte tiene dos ejes principales: la accesibilidad a Buenos Aires y la conexión interregional. Los prioritario de lo urbano de Buenos Aires constituye en sí un tema en el que incide de manera determinante en la estructura convergente de la demanda de viajes. En los últimos cuarenta años las políticas de gestión e infraestructura no han seguido, con toda la atención deseada, los aumentos y diversificaciones de la demanda de transporte. Hay casos de relativo éxito, como la expansión portuaria en el Gran Rosario y la finalización de la autopista a la costa bonaerense. La gravedad de los problemas actuales demuestran que la política de transporte parece no poder superar un estancamiento que la distancia, cada vez más, de las necesidades de pasajeros y cargas. Las rutas actuales en general son angostas, no están adaptadas a los grandes comiones que circulan, ni tampoco a los automóviles modernos que imprimen grandes velocidades y no tienen espacio suficiente para maniobrar con comodidad. Esto, indudablemente, puede ser uno de los motivos de los reiterados accidentes en rutas y caminos, inclusive en las mismas calles de las ciudades. Esto no impide dejar de lado las conductas de quienes manejan y sobretodo sus imprudencias que correspondería a otro punto a tener en cuenta próximamente. También esto lleva implícito la buena señalización, que en muchos tramos de nuestros caminos no se encuentran bien delimitadas. Además los peajes recaudan diariamente cifras enormes, sin embargo en muchos casos no se advierte la inversión en mejoramiento de las autopistas y especialmente en brindar atención y seguridad al viajero. La falta de pavimentación de algunas carreteras, caminos y calles también ponen de manifiesto la necesidad de una nueva reestructuración. El ferrocarril de corta y media distancia, ofrece en general un estado lamentable. Faltan vagones en condiciones tanto de transporte de viajeros, como para los traslados de hacienda y para otros materiales. Las estaciones ofrecen algunas, un aspecto deprimente La política de transporte involucra a todos los sectores sociales y todos los rubros económicos. Puede afirmarse que todo se transporta; el transporte integra territorialmente en el espacio público, a la pequeña y gran escala. Sin embargo, nuestro transporte nacional exhibe una falta de estudio y tratamiento integral, debiendo destacar e imitar las experiencias en otros países. El transporte en nuestro país posee como principal característica una inadecuación creciente entre cantidad y diversidad de usuarios por un lado, e infraestructura y pautas de gestión por el otro. En articulación con la política metropolitana, por su incidencia nacional, existen varios temas de transporte puntuales asociados intrínsicamente a la Ciudad. Uno de los primeros temas y quizá el más gráfico, es el equipamiento de los aeropuertos. Aunque ambos, Ezeiza y Aeroparque, están bajo la órbita del Estado Nacional, los principales usuarios son los habitantes de Buenos Aires. La sede del debate que nunca concluye, sobre la unificación, niebla y otros, es la Ciudad. Pero cualquier plan que se conciba tiende a constituir un fuerte condicionante en el mercado aerocomercial de todo el país. También puede mencionarse la actividad portuaria, Buenos Aires es el vértice de un encadenamiento de actividades de transporte de carga que alcanza al país y vecinos. En otros segmentos importantes del transporte, el desempeño de la oferta ha mostrado más bien estancamiento e involución. Este diagnóstico, bastante preocupante, se puede constatar al realizar un viaje: falta de capacidad en las rutas nacionales, falta de calidad o incluso de ausencias de alternativas de traslado, transporte público sin gestión ni actualización, a lo cual se suma la escasez de oferta de servicios. Es oportuno y necesario conocer algunas experiencias exitosas en ciudades similares por extensión y población a Buenos Aires, como México, San Pablo, Bogotá, Washington, Madrid, el metro de Santiago, etc. Hay otros casos donde se individualiza un camino en procura de la transformación de la gestión y de la infraestructura actual como: Chicago. No deben dejarse de lado las experiencias consolidadas por ejemplo, por París y Londres. Todo ello puede interesar desde que aportarían datos y elementos de análisis por similitud en escala, centralidad y densidades residenciales. Estos modelos de diseño de integración física y tarifaria son muy útiles particularmente a partir del esquema institucional y operativo nuevo que integró al sector privado.

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