martes, 22 de abril de 2008

Hacia políticas que tiendan a solucionar el desempleo

Las recomendaciones para atenuar y salir de éste difícil problema será asignar prioridad a la creación de empleos y a la disminución de la desigualdad, ya que el crecimiento por sí solo ha probado en casos, ser insuficiente para lograr esos objetivos. En los últimos años, se presenció un verdadero cambio en la organización económica y social de las naciones: en las características del empleo, en la utilización del tiempo libre de las personas y en el contenido de las expresiones culturales promovidas por las tecnologías de información y comunicación. Especial atención merecen las pequeñas empresas, generadoras de la mayor parte de los nuevos puestos de trabajo. Ellas necesitan apoyo para acceder a los mercados de factores (tecnología, mano de obra calificada y capital). En este sentido, deben concentrarse esfuerzos en la difusión y adaptación de la tecnología. Asimismo, es necesario aumentar la eficiencia de los servicios públicos, que tienen un impacto particularmente fuerte sobre las operaciones de las unidades más pequeñas. Sobre los mercados laborales, se considera que éstos son mucho más flexibles de lo que suele estimarse y habría que pensar en formas de mejorar su funcionamiento más que concentrarse en su flexibilización. Si los países deciden seguir adelante con la flexibilización, deben acompañarla con un seguro de desempleo. El gasto social deberá ser más eficiente, con la superación de la brecha educacional como meta principal, pues el gasto en educación contribuye simultáneamente a la competitividad y a una mayor equidad. Una proporción considerable de los problemas de la mala distribución del ingreso y baja productividad registradas deriva del gran cúmulo de mano de obra no calificada, lo que refleja muchos años de educación inadecuada. En la Argentina, en su momento, fueron aprobadas las leyes Pymes y la que contiene el nuevo estatuto del Banco de la Nación Argentina. Todo esto se centra en favorecer principalmente a las pequeñas y medianas empresas. Hay que resaltar el desenvolvimiento de estas empresas que han de solucionar la creación de empleos, problema principal de nuestra economía. Las grandes empresas con suficiencia de capital tienden a crecer con poca creación de empleos adicionales. En realidad, lo que se trata es de eliminar o al menos disminuir la discriminación de que fueron objeto las Pymes en materia crediticia; esto les creaba serios problemas de costos y competitividad. Consideramos oportuno comentar nuevamente el llamado “outoplacement” que constituye una técnica que busca la reinserción laboral de las personas desvinculadas, en las mejores condiciones anímicas y en el menor tiempo posible, brindando soporte teórico y práctico en situaciones como búsquedas de empleo, transferencias, desvinculaciones, fusiones y reestructuraciones. Estos servicios comenzaron en los EE.UU. en la década del sesenta, extendiéndose a empresas canadienses, europeas, asiáticas y a mediados de los ochenta llegaron a América Latina. Destinada a unificar criterios, en 1982 se creo AOCFI, Association of Outplacement Consulting Internacional. Las medidas que se adopten para mejorar la situación laboral deberán concentrarse en evitar la destrucción de empleos. Es evidente que para atacar el flagelo hay que hacerlo por varias partes, implementando simultáneamente las diferentes políticas y también buscando cursos de acción adicionales. En este aspecto será necesario adecuar la política macroeconómica con precaución que la mezcla de instrumentos que se opten entre: alzas en las tasas de interés, disminución del gasto público o ajustes cambiarios, tengan efectos diferentes sobre el empleo y la inflación. También deben proponerse medidas que enfrenten la situación de informalidad, será necesario integrar a los que trabajan en negro en la economía formal, para ello hay quienes proponen bajar sustancialmente los aportes previsionales y permitir un blanqueo de su situación; habrá que introducir mecanismos de protección al desempleado, garantizando un ingreso mínimo que evite el desamparo. Corresponderá, además, extender la cubertura de la seguridad social, particularmente en salud, y reintroducir ciertos grados de estabilidad contractual afectados por los contratos temporales, y replantear la fiscalización en materias laborales, la que a su debilidad institucional histórica se agregó: pérdida de orientación en un marco de flexibilización creciente. En el campo laboral deberán afirmarse los principios de respetar los derechos básicos de los trabajadores y promover las organizaciones, el diálogo social y la capacidad de expresión. Las autoridades formularán planes para buscar generar empleos, constituirán programas de emergencia ocupacionaL destinados a trabajadores desocupados de baja calificación. Otros emprendimientos pueden recurrir a cupos de subsidios y estarán dirigidos preferentemente a sectores que empleen una cantidad de trabajadores y que constituyen un universo importante. En ciertos casos se aplicaron devoluciones de cargas sociales por ejemplo: a representantes de la construcción. El gobierno se comprometía a devolver esas cargas sociales durante doce meses a aquellas empresas que mantuvieran sus actuales planteles laborales. Para el campo consistía en la devolución del 100%de las cargas sociales pero para esto, era necesario que los empresarios incrementaran su nóminas de trabajadores. Otro caso podía ser para todas las empresas que incorporen como trabajador permanente a desocupados o personas que anteriormente estaban contratadas en forma temporal. En algunos casos, el beneficio empresarial consistiría en que el gobierno les otorgara un subsidio en pesos durante un año a cada trabajador, lo que incrementaría el salario pactado con el empleador. Otros sistemas son las Canastas de Programas Protegidos para la creación o el mantenimiento de Empleo (como el de Trabajar, Servicios Comunitarios y Cambio Rural) y además, financiar el Programa de Empleo Privado (Proemprl) y el Fondo de Garantías, así como la línea de créditos para las Pymes. En Trabajar, el beneficio se analizaba para 10.000 personas estimando que podrían llegar a 60.000. Es oportuno precisar la situación de las llamadas “pasantías”. Su ámbito personal de aplicación, conforme a la ley y dentro del Sistema Educativo Nacional, son los estudiantes de educación superior de instituciones universitarias, no universitarias, nacionales, provinciales, municipales, estatales, privadas e institutos universitarios. También se incluían docentes. Su lugar de desarrollo eran las empresa u organismos públicos o privados. Los objetivos estaban ligados a lo laboral: capacitar en el conocimiento de las características fundamentales de la relación laboral y formar al estudiante en aspectos que fueran de utilidad en su posterior búsqueda. En cuanto a su instrumentación jurídica se realizan mediante convenios entre la unidad educativa y la empresa u organismo nacional, provincial o municipal. La extensión tenía un mínimo de dos meses y un máximo de un año; con cuatro horas diarias en no más de cinco días. Los sujetos facultados para la elaboración de los programas de pasantía correspondían a cada institución educativa. En cuanto al número de pasantías, era ilimitado.

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