martes, 30 de agosto de 2011

Cumbre de premios Nobel de economía procurando soluciones a la situación crítica actual (II)

(continuación del blog anterior)

Robert Mundell, premiado en 1999, sostuvo en su exposición en la Cumbre que para recuperarse definitivamente de la crisis, los países desarrollados deberían volver a un sistema de tipos de cambio fijos, como el que existía hasta hace 40 años, cuando Estados Unidos desvinculó al dólar del oro, que funcionaba como “ancla”. Desde entonces, el sistema monetario internacional está a la deriva: funcionó primero bajo un esquema de tipos de cambio flexibles hasta 1999, con un gran número de divisas relevantes, incluyendo el marco alemán, el franco francés, el yen, la libra esterlina y el dólar. Posteriormente, y con la aparición del euro, surgió un sistema de “áreas cambiarias fluctuantes”, donde Europa, Estados Unidos y China son hoy las zonas del mundo alrededor de las cuales giran el resto de las naciones.

El problema, explicó Mundell, es que este sistema cambiario está demostrando ser demasiado fértil para las crisis sistémicas y una alta inestabilidad de las monedas. “Mi tesis, que no es muy popular, es que detrás de todas estas crisis están las grandes fluctuaciones de los tipos de cambio ”, Las ideas de Mundell no son la corriente principal del pensamiento económico, pero han comenzado a tener eco en la ultra derecha republicana en EE.UU. En el estado de Utah, por ejemplo, las autoridades permiten desde mayo de este año que las monedas de oro y plata acuñadas en el país sean aceptadas como moneda de curso legal.

Mundell reconoce que volver a tipos de cambio fijo, incluyendo al oro o sin él, no será una tarea fácil. ¿Podría reestablecerse un nuevo Bretton Woods (el acuerdo de 1944 que creó el FMI e impuso al dólar como moneda internacional) con un nuevo precio del oro?, se preguntó Mundell. Para un arreglo de este tipo, el precio del oro debería subir hasta 2.000 o 2.500 dólares la onza, respondió. Además, es improbable que la UE y EE.UU.se pongan de acuerdo sobre este tema.

Edmund Phelps, un neokeynesiano y Nobel en 2006 comentaba que la crisis mundial ha abierto el juego a especulaciones que desafían las reglas existentes en políticas económicas. “En todos mis años de carrera he visto saltar por los aires a todo tipo de reglas”. Phelps, hizo su comentario sobre éste nuevo campo emergente que explica la conducta de los consumidores o inversionistas. Muy apropiado para momentos como el actual, en el que la economía se encuentra en estado crítico. Edmund Phelps abogó para que tanto en los países desarrollados como en los pobres haya más espacio para "los emprendedores y la innovación". Los problemas actuales surgieron por "el excesivo nivel de endeudamiento en Estados Unidos y en Europa" y por el "capitalismo corporativo" de países menos desarrollados, como el mundo árabe.

Daniel McFadden, premiado en el 2000, expresó su convencimiento de que la actual crisis provocada por la alta morosidad de las hipotecas de alto riesgo (subprime)en Estados Unidos seguirá golpeando a los mercados financieros y a la economía mundial. No pronosticó, sin embargo, cuándo se vislumbrará la recuperación. “Mientras siga la crisis vamos a ver muchas quiebras empresariales”, dijo el economista estadounidense, que sólo avanzó propuestas para que no se repita una situación como la actual. McFadden abogó por fundar una entidad similar a la Administración de Alimentos y Fármacos de EE. UU., que supervisará y certificará los nuevos instrumentos financieros que salen al mercado para evitar así la creación de burbujas especulativas y su efecto dominó cuando estallan. Este economista, hijo de banquero, planteó esta iniciativa porque opinaba que alguien debe preocuparse de los afectados. “Antes, los banqueros actuaban como abogados de sus clientes, ahora ya nadie se comporta así”, dijo. Además agregaba que el FMI y la Reserva Federal no estuvieron a la altura de los desafíos. Necesitamos nuevas instituciones para enfrentar la crisis”.

Por su parte, el británico James Mirrlees, premiado en 1996, exponía acerca de la relación entre la lucha contra la pobreza y el precio de los alimentos, un tema sensible para el futuro de la economía argentina. Mirrlees sostiene que si las políticas para aumentar la equidad y reducir la pobreza que llevan adelante muchos gobiernos son exitosas, los precios de los alimentos podrían subir y mucho, dependiendo de la respuesta de la oferta. James Mirrlees, enfatizó que las respuestas no se encuentran en otros marcos teóricos como el marxismo, el estructuralismo o las corrientes postkeynesianas, sino más bien en la reformulación y adecuación de las ideas hegemónicas.

El Nobel de Economía, John Forbes Nash se ocupó de la inflación. Apuntó a que los países que quieren atraer inversiones a largo plazo deben bajarla a menos de dos dígitos.

En cuanto a la participación de Robert Merton, destacado por sus trabajos para calcular el precio de las opciones financieras, reconoció que ahora es mucho más pesimista que hace un año sobre las dimensiones que ha tomado la crisis. Opina que ésta se está alimentando de las pérdidas de las empresas financieras y la expectativa de que se reconozcan cada vez más está siendo subestimada por las autoridades.

Según Myerson, la macroeconomía avanzó mucho desde la Gran Depresión, cuando casi no se conocía nada sobre la política monetaria y fiscal, hoy estamos mucho mejor gracias a esos avances. Todavía tenemos mucho que aprender, pero se hicieron grandes progresos en materia teórica que mejoraron sensiblemente la vida de las personas”. “Tenemos que aprender sobre cómo lograr la estabilidad macroeconómica”, admitió este profesor, de la Universidad de Chicago.
También debemos comentar que en otros paneles se discutió el futuro de los sistemas de jubilación y salud, justo cuando varios países redefinen la edad de retiro de sus ciudadanos en el marco de los programas de ajuste fiscal encarados por la crisis, "La gente con rasgos más simétricos tiende a ser más saludable y atractiva, pero también más autosuficiente y menos dispuesta a cooperar con otros", indicaba su propuesta. Entre varias ponencias, el economista argentino de las universidades Di Tella y Princeton Juan Ortner aportaba la visión local desde la microeconomía.

Resumiendo: en esta Cumbre donde participaron alrededor de trescientos jóvenes y prometedores economistas de casi sesenta países de todo el mundo retornaron a sus lugares de origen preocupados. Tras días de reuniones con un grupo de premios Nobel de Economía en la localidad alemana de Lindau, el resultado no fue muy favorable. La Conferencia de Lindau puso en evidencia que en materia económica no hay un saber técnico único, sino diversas visiones y teorías para responder a un mismo hecho. Los cruces entre varios galardonados con el Nobel en Economía, fueron una demostración evidente.

Fuente: Grabaciones y comentarios obtenidos del evento.

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