sábado, 30 de julio de 2011

El temor a la cesación de pagos de EE:UU:

La crisis financiera de este país en 2008 y la frágil recuperación posterior hicieron que el gasto público se ampliara al tiempo que descendían los ingresos fiscales del Tesoro norteamericano. Esto se tradujo en un enorme crecimiento del déficit, y por ende, de las necesidades de financiamiento.
Semanas de discusiones no bastaron para llegar a un acuerdo sobre un plan de reducción del déficit acompañada de un aumento del techo de la deuda, que en mayo alcanzó su límite legal de 14,294 billones de dólares. En esas discusiones, nunca antes se habían privilegiado tanto los intereses partidarios por sobre los intereses nacionales en una situación económica tan crítica como la actual.
El presidente de los Estados Unidos expresaba que “hay muchas maneras de salir de esta situación, pero apenas nos queda tiempo. Es el momento del compromiso. Tampoco es una situación en la que las dos partes estén a millas de distancia", dijo después de que quedase bloqueada la votación en el Congreso de un plan para elevar el techo de la deuda y evitar la suspensión de pagos antes de la fecha límite del 2 de agosto. "Es claro que cualquier solución para evitar el default debe ser bipartidaria: debe tener el apoyo de ambos partidos que fueron enviados aquí a representar al pueblo estadounidense. No solamente una facción", afirmó.
Si republicanos y demócratas logran ponerse de acuerdo para elevar el techo de la deuda a último momento, las agencias calificadoras de riesgo ya habrán dicho que existe un 50% de posibilidades de que los bonos del Tesoro estadounidenses perderán de todas maneras su triple AAA, es decir, la calificación que distingue al país donde se encuentran las inversiones más seguras y libres de riesgos del mundo.

Técnicamente, el país llegó al techo de la deuda en mayo, aunque estableció una serie de medidas que le permitieron prolongar el serio problema. Pero el 2 de agosto el gobierno estadounidense llega a un límite. Es peligroso que no haya un equilibrio entre lo que ingresa y lo que se gasta. Y eso es lo que le puede ocurrir. Durante agosto deben desembolsarse U$S 307 mil millones y su recaudación, según estudios del Centro de Política Bipartidista, no superará los U$S 172 mil millones. Sea como fuere, nadie niega el impacto psicológico que tanto un default como el cambio de calificación de los bonos del Tesoro podría tener a nivel internacional.

Se incluyen algunos montos importantes como los pagos del Seguro Social del 3 de agosto, y los relacionados con la deuda. La primera gran prueba será el 4 de agosto, cuando el organismo tiene un vencimiento de deuda importante. “El primer riesgo de un default legítimo sería el 15 de agosto”. Se menciona esta fecha, porque ese día el país deberá abonar una cuantiosa suma en dólares de los cuales, la mayor parte serán intereses de la deuda. Ante esta situación, el Departamento del Tesoro debe decidir a qué pagos le dará prioridad.
Debe reiterarse que en el caso de EE.UU el gobierno tiene un límite legal sobre la cantidad de deuda que puede asumir para pagar sus cuentas. El límite (14,3 billones de dólares) fue alcanzado en mayo. El secretario del Tesoro pudo extenderlo hasta el 2 de agosto, usando varias estrategias: posponiendo pagos de jubilaciones y gracias a un ingreso tributario mejor al esperado.

Lo interesante es recordar y comentar cuál o cuales serían las razones que entorpecen el acuerdo en el Congreso: podemos responder que se debe principalmente a que el plan republicano prevé un recorte de gastos por U$S 3 billones y elevar el endeudamiento a 2,6 billones en dos etapas. La primera fase amplía la deuda en U$S 1 billón. Y la segunda etapa prevé elevar el techo U$S 1,6 billón sólo si una comisión bipartidaria logra un plan de ahorro de U$S 1,8 billón el año que viene, lo que obligaría al presidente a negociar otra vez en medio de la campaña electoral por las presidenciales de noviembre de 2012. El plan demócrata, en cambio, eleva el nivel de la deuda hasta después de los comicios e incluye -como novedad- recortes de hasta 1 billón de dólares en gastos militares en Irak y Afganistán.

Ambas partes concuerdan en general sobre los gastos que deben reducirse y en los pasos a dar en los próximos meses sobre reformas impositivas y la puesta en práctica de algún mecanismo regulador: "Tenemos muchas maneras de salir de este caos. Pero se nos termina el tiempo. Necesitamos un compromiso para el 2 de agosto para que nuestro país pueda pagar sus deudas a tiempo como siempre lo ha hecho”, expresó el presidente estadounidense.
El lamentable trámite de las negociaciones entre republicanos y demócratas en busca de un acuerdo para evitar el default de la deuda pública aumentó la percepción de que EE.UU. ya no es el sólido pilar de las finanzas internacionales como lo era antes. Hay en danza varias fechas alternativas para posponer el vencimiento del plazo oficial – que hasta ahora es el 2 de agosto de este año –, luego del cual se caerá en cesación de pagos. Una de las posibilidades que se maneja es correrlo hasta el 15 de agosto.

Agreguemos que el dólar, cuyo valor ha venido disminuyendo en los últimos tiempos se encuentra en una posición de incertidumbre. Países como China y Brasil han venido sugiriendo que el dólar, como divisa de referencia internacional, debe ser reemplazado por una canasta de monedas. En un sondeo de opinión realizado recientemente por la Unión de la Banca Suiza (UBS) entre dirigentes de Bancos Centrales, la gran mayoría pronosticó que el dólar sería reemplazado en los próximos años. Evidentemente, ese proceso podría acelerarse si Estados Unidos cae en default.

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