jueves, 13 de mayo de 2010

El euro y sus expectativas

En algunos escritos en este blog habíamos comentado posiciones favorables para el euro y que se convertiría en una moneda fuerte a nivel internacional. Hubo un tiempo en que esta situación se dio. Ahora, comienzan a presentarse horizontes diferentes para la Unión Europea y su moneda única.

En estos días la atención internacional se ha centrado en el problema financiero que afecta a varios países europeos, entre los cuales se destaca Grecia. Particularmente en este país el impacto ha sido mayor debido a su alto endeudamiento y su escasa posibilidad de pago. La deuda griega alcanza aproximadamente 193000 millones de dólares, en principio repartido: 4.500 millones en instituciones financieras alemanas, 79.000 millones en bancos de Francia, 12.000 millones en firmas holandesas, y 15.000 millones en bancos ingleses. Solamente estos 4 acreedores poseen cerca del 80% de los papeles de la deuda griega.

Grecia tiene un vencimiento al inicio de la segunda quincena de este mes de mayo por aproximadamente 9.000 millones de euros y de no poder cumplir este compromiso la situación podría tornarse complicada. Ante una situación de esta naturaleza los mismos acreedores deberán recurrir al Banco Central Europeo.

El déficit fiscal y también los elevados niveles de deudas de países como Portugal y España, contribuirían a una preocupación mayor, aunque el epicentro por el momento estaría en Grecia que además se ve afectada en una fuerte reacción social que se opone a los planes de ajuste.

Los motivos de la crisis son varios, pero lo que está claro es que los mercados financieros están obteniendo con ello muchos beneficios. Un riesgo a tener en cuenta son los bancos europeos que a los fine de contribuir a una ayuda financiera a Grecia, se buscó una solución mediante una operación blindaje que prepararon los líderes europeos. Es natural que esta intervención masiva es para defender al euro que se imponía a toda costa. El plan aprobado por los ministros de los 27 por valor de 750.000 millones de euros también se dirigía contra los especuladores.

Las medidas de restricción fiscal puede provocar una recaída recesiva y otra carencia de créditos en Europa. Es indudable que lo que faltaría sería claridad en el conocimiento de cuáles serán los bancos que se encuentran en ese riesgo. Debe destacarse que la economía de la eurozona se encuentra con un pronóstico muy complicado, mientras que en los EE.UU. su economía se recupera con un mayor ímpetu que lo que se tenía pensado.

El problema de Grecia es que no puede hacer frente al servicio de su deuda.. Su déficit fiscal requería un financiamiento de casi 50.000 millones de dólares por año que el mercado seguro no le va a proporcionar a tasas razonables. Una parte importante de la deuda contraída es con acreedores privados está en manos de bancos europeos. Un default griego puede a su vez, provocar un rescate gubernamental de esos bancos.

La situación griega del día 6 de mayo pasado, produjo un colapso en las Bolsas del mundo particularmente en la de EE.UU. cuyo Down Jones descendió de modo inquietante. Para muchos, la crisis griega es solamente el inicio de problemas que ya se avecinan en Portugal y España. Consecuencia de lo ocurrido el 6 de mayo, la cotización del euro que hace pocos meses era de l,50 dólares, descendía hasta cerca de 1,25 dólares. En Brasil con un precio del dólar a fines de abril de 1,70 reales llegó a 1,85 reales. Mencionemos que también el dólar había subido en Chile, Perú, México y Canadá. Todo esto fue motivo de preocupación. Algunos muy pesimistas auguraron posibles default junto con problemas inflacionarios.

Alemania, la mayor economía europea podría ser favorecida por un euro débil, ayudando a sus exportaciones locales. Hay que tener en cuenta que casi la mitad del PBI alemán proviene de sus exportaciones. Además, el euro más barato provocará una fuente de inflación a los países que hoy se encuentran con programas de austeridad fiscal extrema. Pero si el euro se debilita habrá más dudas sobre la estabilidad de la eurozona y eso inquieta bastante al Banco Central Europeo (BCE).

La economía germana se comprometió a facilitar hasta 123.000 millones de euros en garantías para eventuales rescates a los Estados de la zona euro con dificultades de solvencia. En el aporte en % de cada Estadp al BCE, lo que corresponde a Alemania será del 28%. Pero el país que recurra a estas ayudas financieras deberá someterse – como en el caso de Grecia – a un plan de ajuste financiero desarrollado en cooperación de la Comisión Europea, el BCE y el FMI.

Europa siente que la única forma de inmunizarse es mediante programas de ayuda fiscal, condición no negociable para recibir la asistencia de los importes comentados. Lo mejor sería diseñar una salida ordenada de Grecia del euro y un plan de reestructuración. Si la Unión Europea no analiza una solución ordenada para Grecia, la política forzará a una solución desordenada. El consenso, en la actualidad, es que el default y su salida del euro serían inevitables.

No se ve la posibilidad de que un país abandone la Unión Monetaria sea un riesgo significativo. Sigue existiendo muchas dudas sobre los planes fiscales. Lo que Grecia y sus vecinos se han comprometido es algo bastante difícil de llevar a cabo. Simplemente agreguemos que el plan para detener el déficit británico – que este año alcanzará los 178.000 millones de dólares (204.800 millones de euros), no deja de ser una cifra preocupante.

El economista N. Roubini, quien anticipó la crisis financiera mundial desatada hace dos años, señalaba que es posible que Grecia y otros países "rezagados" de la eurozona se vean obligados a abandonar la moneda común en los próximos años para impulsar sus economías. Una "depreciación real" en el euro es necesaria para restaurar la competitividad de naciones como España, Portugal e Italia. También observaba la situación de Grecia y señaló que el país quizá necesite reestructurar a la larga su deuda , ya que "el reto de reducir un déficit de presupuesto del 13 al 3% parece una misión imposible. Ni siquiera descartaría que en los próximos años uno o más de estos países rezagados en la eurozona se vean obligado a retirarse de la unión monetaria".

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