La crisis y la regulación financiera dan motivo a una serie de comentarios. Así como muchos destacan lo conveniente de los planes que se están llevando a cabo, otros no comparten los métodos usados en especial en los EE.UU. Estos últimos estiman que la política para resolver la crisis no han sido las ideales, pues intentan preservar un sistema financiero que no debería ser ayudado porque ha sido el que ha generado la debacle, con sus impactos tan lesivos.
Las medidas adoptadas en realidad no permiten que pueda reducirse la deuda como correspondería y se ha creado cierto malestar en los sindicados y en los ciudadanos comunes. Las familias han reducido sus presupuestos, han perdido el valor de sus casas, de sus ahorros, de sus pensiones, y muchos también han perdido sus propiedades en las cuales habitaban. Las ahorros que habían realizado para la educación de sus hijos también se han perdido o reducido abruptamente.
Debe alertarse que el programa para sanear los balances bancarios de activos tóxicos amenaza con privilegiar al sector privado en detrimento de los contribuyentes.
La actual crisis es fruto, en gran medida, de lo que se describe como "corrupción legal" y "captura del Estado", una situación que permitió que los intereses de una elite poderosa, como la banca de EE.UU., se antepusiesen a los del público. El sector privado "capturó" al Gobierno con aportes millonarios que propiciaron una relajación del marco regulador, y que permitió los excesos que condujeron al colapso.
Estados Unidos permitió que un grupo de intereses elitistas -los banqueros - asumiera apuestas cada vez mayores hasta que se produjo la hecatombe. ”No se trata de ayudar a la banca si no a la gente", afirmó el presidente de EE.UU. a finales de febrero ante el Congreso, donde insistió en que para que haya recuperación económica es necesario poner fin a la crisis crediticia. No se cuestiona la buena intención del Gobierno pero sí el método de rescates individuales favorecidos por el Tesoro e insiste en que la banca parece ganar el pulso a Washington. El sector financiero ha sabido explotar el temor a los riesgos sistémicos que plantearían la quiebra de bancos.
Para romper el círculo vicioso, los bancos deberían afrontar una elección: rebajar el valor de sus activos a su verdadero valor y recaudar capital en un breve plazo o pasar a control del Gobierno.
De esta conformidad, se critica porque se presta a quienes han pertenecido, o pertenecen aún, a necesidades de las entidades financieras sin preocuparse de los ciudadanos y familias comunes. Se habla mucho de regular los "derivados" (inversiones financieras muy complejas y especulativas que derivan del precio de otro bien: commodities, tasas, acciones, etc). , que han sido sin duda partes de las causales del desenlace.
La Comisión que se formó para regular la actividad bancaria en Estados Unidos, separó la banca comercial de la banca de inversión, si bien los dos bancos de inversión que quedaron: Morgan Stanley y Goldman Sachs deben aceptar una regulación, que antes no habrían considerado.
Pero también, existe una inquietud generalizada en el mundo. Así, el G20 (constituido por países desarrollados y algunos emergentes) ha sido categórico en esto, como asimismo la nueva Junta de Estabilidad Financiera. La evidencia es que participan más técnicos, hombres de negocios, instituciones privadas y públicas. Hasta el mismo parlamento Europeo ha promovido una regulación de los "hegge funds" (fondos más especulativos). El G-20 es fuerte en esto. Y también la nueva Junta de Estabilidad Financiera. Interviene más gente, se oyen más voces.
El Parlamento Europeo lleva mucho tiempo impulsando la regulación de los "hedge funds". Creemos que todos están esperando el momento para aplicar medidas concretas, y hasta el Tesoro estadounidense está empezando a reconocerlo como un tema crucial.
En el planteamiento actual se hace mayor referencia a una banca de desarrollo que es necesaria que funcione porque las economías deben de crecer con sus propios recursos. Deberán depender menos del capital externo porque crean deuda y después no la controlan. Además deberían existir controles de capitales y en esto puede estar avanzándose mucho.
En cuanto a un nuevo rol del FMI, la objeción es que puede generar un distinto ciclo de deudas. Creemos que se debe revisar la discusión original del acuerdo de Bretton Woods, sobre todo la visión que tenía Harry White (del Tesoro de EE.UU.). Será necesario manejar la cuestión de los DEG, la moneda virtual del FMI. Con ellos el Fondo compraría títulos públicos y ayudaría al estímulo fiscal en los países necesitados. Esos DEG aumentarían las reservas y luego, en unos años, el Estado recuperaría esos títulos y la deuda.
El mismo presidente de brasil, criticó al Fondo Monetario Internacional (FMI) por intentar marcar las directrices de la economía de algunos países. Señaló que el organismo debe limitar sus actividades al otorgamiento de créditos y no tratar de influir en las políticas internas de aquellos países a los que financia.
En lo que se refiere al futuro del dólar, pensamos que con el tiempo, EE.UU perderá su rol monetario hegemónico. Pero hay discusiones en Naciones Unidas, dirigidas por Joseph Stiglitz (premio Nobel de Economía) en cuanto al futuro del sistema. La mayoría piensa que la reserva mundial serán los DEG pero el problema es que no son un instrumento de transacción, sino una reserva, una unidad de cuenta. Además los DEG se crearon cuando los bancos centrales se entendían entre ellos.
Era otra época, luego el sector privado creció mucho en el mundo financiero. Hay propuestas de volver a la idea de una cámara compensadora que ya pensaba Keynes y tener una institución internacional que sea simplemente una cámara compensadora, como un banco central. Y el proceso de compensación es contra las reservas del país; Argentina pierde reservas y el otro país gana reservas. Con el tiempo pueden equilibrarse. Pero es volver a la idea de que las reservas tienen que ver con el comercio. Y la idea es que cada vez que hubo hegemonía, del Reino Unido o Estados Unidos, se ha creado desigualdad. Estados Unidos ha tenido muchas ventajas, poder pagar su deuda en dólares, etc. etc. Pero cuidado: porque si se tiene una moneda nacional usada como moneda global, eso puede ocurrir de una sola manera y es que la emisión de esa moneda debe aceptar un déficit comercial que crecería en proporciones insostenibles. Y eso pasa en Estados Unidos. Es un problema que se debe resolver, no hay mucho optimismo en cuanto a poder resolverlo rápidamente. Y obviamente, Wall Street se benefició mucho con el dólar en el centro del sistema.
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