Referente a la ganadería, es necesario puntualizar que desde el año anterior técnicos y analistas de hacienda advertían sobre el peligro de la escasez de carne en Argentina. En sólo un año se perdieron 13 kilos en el peso promedio de faena y para el 2011 anticipan que faltará carne. Cada vez se agranda más la brecha entre el precio al mostrador y lo que recibe el productor. Entre 2001 y 2005 había algo previsible: se exportaba y abastecía al mercado interno. Pero los problemas comenzaron a fines de ese año cuando se tomó la medida de limitar el peso mínimo de faena y en marzo del 2006 se cerraron las exportaciones. Estos y otros acontecimientos que ocurrieron, son los que le quitaron expectativas al sector.
Es bien notorio que actualmente existe un gran diferencia entre el precio que recibe el productor y el que paga el consumidor, y cada vez se amplía más debido a la cantidad de intermediarios. La industria frigorífica también está en problemas porque no sabe cuándo y cómo van a dejar exportar, tienen un 75% de su mercadería volcada al mercado interno. No se está cumpliendo el convenio de abril, donde se permitía exportar 670.000 toneladas anuales,(incluidas las 10.000 ton mensuales de vaca conserva). En lo que va del año sólo se exportaron 256.691 toneladas de res con hueso (el 38 % de lo convenido) y es muy probable que no se llegue al volumen pactado.
Hay también un hecho evidente: en el país, una parte importante de las vacas están preñadas y ante las necesidades, muchas se mandan a la venta, o sea con terneros que tendrían que estar en la góndola del 2011. Lamentablemente, la política pública está llevando a un grado de incertidumbre y al desánimo del sector ganadero, generando serios problemas. El ciudadano argentino podría seguir consumiendo carne a precios accesibles subsidiando los cortes populares a través de la exportación de los de mayor valor que son los que hoy compra la clase alta. Para mayor de males, la sequía causó mucha mortandad de hacienda.
Aún puede existir un pensamiento positivo: si sabemos aprovechar este fuerte impulso de precios, la demanda de carne que hay en el mercado mundial, mas la fuerte reacción que tuvo el sector ganadero entre 2001 y 2005 y sabiendo que Argentina estaría en condiciones de aumentar un 50% su producción de carne como mínimo en los próximos 4 o 5 años, lejos de estar en un problema, a partir del 2011 podría estar en un círculo virtuoso de aumento de producción y consumo.
Al igual que en la agricultura, la citricultura argentina ha realizado en los últimos años importantes inversiones y mejoras productivas. Trazando un parangón con la ganadería, no ha contado con suficiente apoyo para la exportación y si bien la actividad tiene retenciones del 5%, este aporte se constituye en una barrera importante a la hora de competir con otros países.
Con respecto a los productores citrícolas debido a su profunda tradición y a la permanente mejora en sus establecimientos ofrecen productos de buen calidad. Las principales provincias productoras de mandarinas y naranjas son Entre Ríos y Corrientes, ubicadas en la Región Mesopotámica. La Región del Noroeste Argentino (NOA), conformada por las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán, aportan su excelente producción temprana y tardía. Provincias que se encuentran en la Región Litoral, constituyen una zona inmejorable de la Argentina en cuanto a la producción de cítricos.
Pero para incentivar esta actividad, son necesarias políticas de Estado que favorezca la exportación, tal y como se lleva a cabo en países vecinos como Chile, Uruguay y Perú. Precisamente Perú, logró en los últimos años una mejora sustancial en productividad y principalmente, en ventas al exterior.
El presidente de Banco Provincia de Buenos Aires, admitió que se percibe una contracción de la economía pero consideró que "no va a ser dramática", y afirmó que hasta ahora el traspaso de depósitos en pesos a depósitos en dólares, no ha sido un aluvión sino "un goteo".. Por otra parte, precisó que el sistema financiero argentino es "muy pequeño, con un nivel de depósitos de alrededor de 250.000 millones que representa cerca de 20 % del PBI", e indicó que de esa cifra de depósitos, lo que se presta es poco más de la mitad.
Las estadísticas de la Secretaría de Turismo de la Nación indican que la llegada de visitantes del exterior descendió más del 22% con respecto al año anterior y que el gasto de los visitantes se redujo el 35%. Los operadores turísticos locales no tardaron en sentir el embate de la crisis. La Asociación de Hoteles de Turismo (AHT), que agrupa a los establecimientos de cuatro y cinco estrellas, encargó una investigación para dimensionar la caída en la ocupación y delinear una estrategia. El principal efecto de la crisis es que le cambia la mentalidad a la gente. En un marco de incertidumbre, se posterga el consumo y el resultado es que no sólo vienen menos turistas, sino que los que vienen gastan menos.
La suba del dólar, en justa combinación con la crisis y el clima electoral incidieron en las ventas de notebooks iniciada hace casi dos años, y la caída podría profundizarse si se aprueba un proyecto del Poder Ejecutivo, que elevaría un 34% los precios de estos equipos y otros artículos electrónicos como teléfonos celulares y pantallas de LCD. Compañías agrupadas en la Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina (Cicomra) reconocieron que entre enero y abril pasados las ventas cayeron un 20% interanual por el aumento del 17% en los precios, producto de la variación del tipo de cambio. Entre las firmas agrupadas en la entidad hay grandes jugadores, como Hewlett Packard, BGH, Dell, Lenovo, Sony, Telecom, Telefónica, IBM y Microsoft.
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