miércoles, 20 de agosto de 2008

Economías de las provincias argentinas: MENDOZA

Esta provincia argentina está ubicada en la zona centro-oeste del país. Mendoza canaliza hacia el exterior el 17% del petróleo y derivados; el 30% de productos hortícolas hacia el Mercosur y la Unión Europea, y el 20% de los productos frutícolas y legumbres hacia Latinoamérica. La contribución de Mendoza en el PBI Nacional es del orden del 3,3% y la participación del sector primario en el PBI provincial es de 7,4%, a lo que se agrega el 23,2% del sector agroindustrial. La viticultura aporta un 45% del Producto Bruto Geográfico (PBG) agropecuario en esa provincia. Si se considera que existen cerca de 540 bodegas en Mendoza, la participación en la economía provincial de la cadena vitivinícola resulta de gran magnitud. Hoy se exportan 45 millones de litros de vino, de los cuales el 60% son finos. Sus condiciones climáticas son variadas. Por un lado, el clima cordillerano frío y con precipitaciones invernales; por otro, el clima de veranos cálidos de las llanuras, escasamente beneficiadas por las precipitaciones. Unos 250 milímetros anuales con lluvias durante el verano otorgan identidad a las condiciones ambientales de la provincia: un espacio árido en el que los recursos hídricos condicionan el establecimiento humano y las actividades económicas. Históricamente, la agricultura ha sido uno de los factores principales de desarrollo de la industria y elemento básico para el asentamiento de la población. En la actualidad, la mayor parte de la superficie agrícola se destina a la vitivinicultura, cuyo arraigo no ha sido superado por ningún otro cultivo. La provincia contribuye a la economía nacional con un millón de toneladas de uvas, que representa más del 50% del total nacional. Es la mayor productora nacional de fruta fresca (manzanas, peras, ciruelas, cerezas, duraznos), el 70% de cuyo monto es industrializado como zumos y frutas deshidratadas, destinándose al consumo directo el resto de la producción. Los olivos aprovechan las zonas marginales de los oasis de regadío del norte de la provincia, y aportan el 40% del total nacional producido. La horticultura (tomate, papa, ajo, cebolla, zanahoria, pimiento, espárragos, legumbres) entre los cultivos perennes, destacándose la producción cercana a la capital provincial, principal consumidora de verduras y hortalizas frescas. La fruticultura configura también un rubro de primera importancia a nivel nacional, en lo que respecta a la producción de cerezas y guindas, ciruelas, damascos, membrillos y nueces. La explotación forestal surge, precisamente, como consecuencia de la necesidad de contar con cortinas protectoras y embalajes baratos para la producción frutícola. La fruticultura, que ocupa 84.385 hectáreas, es la segunda actividad en importancia y representa el 25% de la producción agrícola de la provincia. Dentro de los frutales de carozo, se destacan el durazno y la ciruela para consumo en fresco e industria y en menor proporción el damasco, el cerezo y el almendro ocupando el 55% de aquella superficie. En frutales de pepita, el manzano, el peral y el membrillo participan con un 25 % de la superficie frutícola provincial. Las hortalizas aportan el 16,4% sobre el total del valor de la producción agrícola: ajo, cebolla, tomate y papa son los cultivos que ocupan la mayor superficie. Mendoza, a través de sus mercados de concentración, es a su vez el centro de abastecimiento de provincias vecinas, existiendo un importante número de pequeños y medianos productores ubicados en el denominado "cinturón verde", dedicados especialmente a las hortalizas de hoja y finas destinadas a esos mercados y al mercado local. Los cordones montañosos de los Andes superan los 4.500 metros y culminan en la altura máxima sudamericana, con el cerro Aconcagua (6.959 m). Hacia el sur, dominan relieves modernos y volcánicos, en clara transición hacia el paisaje patagónico. El espacio más homogéneo de las planicies se ubica en el sector oriental y su ligazón con el área montañosa del oeste es resuelta por la cuenca del río Desaguadero a partir de las aguas suministradas por los caudales de los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel. El crecimiento promedio de Mendoza, para el período 2003 a 2006 fue del 12,8%. El crecimiento observado desde el piso de 2002 hasta 2006 fue del 40% punta a punta en términos reales. Por otro lado, la caída registrada desde 1998 a 2002 fue del 18% en términos reales. El sector motor y de mayor incidencia en el crecimiento de la economía de Mendoza durante 2006, fue el correspondiente a Comercio Restaurantes y hoteles que aportó el 4% de la tasa de crecimiento. La economía de Mendoza representaba el 3,16% durante 2001 y durante 2005 el aporte al PBI nacional era de 3,76%. En 2006 Mendoza representa el 3,81% de la economía nacional, medida en valores constantes de 1993. El Producto Bruto Geográfico de la provincia de Mendoza, llegó en 2006 a la suma de $12.601 millones de pesos de 1993. En valores corrientes la magnitud anterior llegó a los $26.048 millones de pesos. El crecimiento real de la economía mendocina para el año 2006, respecto de 2005 fue de 9,9%. El crecimiento nominal del producto 2006 resultó del 20,1% respecto de 2005. La tasa esperada de crecimiento real para el año 2007 era del 7,5%. Su territorio abarca una superficie de 150.839 km2, que representa el 4% del total nacional. Sus habitantes, de acuerdo a últimas informaciones llegan a 1.579.651. El 20% habita en zonas rurales; la población rural ha tenido en la última década una tasa de crecimiento negativa, a favor de las concentraciones urbanas, especialmente las ubicadas cerca del río Mendoza. Poseen derecho de riego 596.826 hectáreas. y 295.557 hectáreas constituye la superficie efectivamente cultivada. De esta extensión, 142.000 hectáreas están dedicadas a la vid, principal actividad agrícola provincial, que aporta el 65% del total de la producción vitícola nacional. Los sectores de mayor crecimiento fueron, en orden de importancia: Comercio Restaurantes y Hoteles con un 17,5%; Agropecuario con un 13,8%, Explotación de Minas y Canteras con un 11,9%, Transporte Almacenamiento y Comunicaciones con el 10,7%, Electricidad Gas y Agua con el 4,7%, Servicios Comunales Sociales y Personales con el 11,8%, Industrias Manufactureras con el 3,9%, Establecimientos Financieros con el 0,3% y Construcciones que registra un retroceso del 2,9%. El desarrollo de las manufacturas ha sido favorecido por la conjunción de tres factores: a) abundancia de materias primas de generación local, en particular agrícola; b) disponibilidad de energía barata (más de un 60% proporcionada por hidroelectricidad); y c) presencia de mano de obra calificada. La elaboración de alimentos y bebidas representa una buena parte del producto bruto industrial de la provincia y, a nivel nacional, sobresale por la producción de vino, a la que destina el 99% de la uva obtenida. La industrialización de hortalizas constituye un rol de importancia, en particular la elaboración de tomates (primera provincia productora a nivel nacional) y, en menor escala, de productos deshidratados (ajo, cebolla, perejil, pimiento, papa). La refinación de petróleo representa el 70% del producto bruto industrial provincial y procesa hidrocarburos procedentes de dos cuencas petrolíferas: Cuyana, al norte del territorio, y Neuquina, al sur. La generación de petróleo crudo ronda los cinco millones de m3 (14% del total nacional), con reservas comprobadas por cuarenta millones (12,6% del total nacional). El uranio extraído de yacimientos propios es también industrializado en la provincia, en las plantas de tratamiento de Malargüe y Sierra Pintada. El lugar donde se asienta San Rafael y sus alrededores, es de particular interés económico. Es la segunda ciudad en importancia en esta provincia, y se ha constituido en un oasis irrigado por los ríos Atuel y Diamante. Allí se cultiva maíz, alfalfa, vid, olivo, frutales (durazno o melocotón, pera, ciruela) y se cría ganado vacuno y lanar. Derivadas de esta producción hay industrias que elaboran frutos desecados, en conserva, dulces, licores y bodegas de vino de gran calidad. Hay yacimientos de petróleo y de uranio. El dique El Nihuil, con tres centrales hidroeléctricas y un dique intermediario, Valle Grande (sobre El Atuel), forman un importante potencial hidroeléctrico junto con las centrales Agua del Toro y Los Reyunos sobre el río Diamante, esta última actúa como central de punta y de bombeo. Además, esta zona es apta para actividades turísticas y deportivas, especialmente en el cañón del Atuel y en el centro internacional de esquí de Las Leñas.

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