sábado, 19 de julio de 2008

Economía y Finanzas del Vaticano

El Estado de la Ciudad del Vaticano se encuentra dentro de Roma (Italia). Es el Estado Soberano más pequeño del mundo; perteneciente a la zona del euro; su área es de 0,44 km2. Es lugar de residencia del Sumo Pontífice actual Benedicto XVI. Su economía gira sobre el uso del euro con un tipo de cambio, a junio/07 de 0,74 por 1 u$s. Sus fuentes de ingresos comprenden: Fondo de San Pedro (donaciones), Instituto para las Obras religiosas (Banco del Vaticano), Administración del Patrimonio de la Santa Sede (intereses sobre inversiones), IOR (Instituto de obras de Religión) o Banco Vaticano. Además percibe ingresos por: visitas a museos del Vaticano, renta de propiedades, por el producido de sus casas editoriales así como de la agencia de televisión y de la distribución de imágenes del Papa en todo el mundo. En especial depende de las contribuciones voluntarias de católicos de varios países para poder sufragar buena parte de sus gastos corrientes. El año pasado esas contribuciones ascendieron a casi ochenta millones de dólares, una cuarta parte de las cuales provino de católicos en los EE.UU. Los católicos alemanes e italianos también son contribuyentes sustanciales. La Prefectura, oficialmente controla los capitales y bienes "destinados a obras de religión y de cristiana piedad". Funciona como un banco y acepta cuentas sólo de dependientes del Vaticano, institutos y congregaciones religiosas, diplomáticos acreditados ante la Santa Sede y seglares que se comprometan a dedicar parte de su dinero a obras de religión. Ha sido últimamente este banco el que se ha hecho cargo de todas las deudas de la Santa Sede, Conocer a fondo el sistema financiero del Vaticano es una cosa bastante compleja, pues funcionan toda una serie de pequeños sectores autónomos y sin comunicación entre ellos. Pablo VI fue el primero que intentó poner un poco de orden e incluso publicar los balances de las finanzas de la Santa Sede. Pero en ese tiempo no lo consiguió. Fue él quien creó, sin embargo, la llamada Prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede (PAE). La presidencia pertenece a la Secretaría de Estado. La Administración de la Sede Apostólica (PSA), también denominada Obolo de San Pedro, que vive de donaciones y de fondos que percibe. Y lo es también Propaganda Fide, que costea los gastos de la congregación para la evangelización de los pueblos. Además, vive de títulos y propiedades inmuebles urbanas y rurales. Respecto del Obolo de San Pedro (cobro utilizado para hacer donaciones de caridad), mencionemos que es donde proviene buena parte de los ingresos del Vaticano, la mayoría de donaciones de católicos del mundo entero. Estados Unidos fue el contribuyente más importante del Obolo de San Pedro. La colecta anual del Obolo, ascendió en 2007 a cerca de u$s. 79 millones. El envío de EE.UU. fue de casi 19 millones de dólares. Los cálculos sobre la riqueza del Vaticano varían, pero algunos la ubican en el orden de los 7900 millones de dólares. Otra fuente de ingresos, aunque algo más pequeña, la constituyen los recursos papales, que pasan al Servicio Asistencial del Santo Padre. Se trata del dinero en moneda que el Papa tiene en su despacho para hacer obras de caridad personal. La PSA controla también los ingresos del Estado del Vaticano, que oficialmente vive de la venta de sellos, medallas y billetes de ingreso a los museos, más las ganancias del famoso economato vaticano, donde se venden productos extranjeros que no pagan IVA.Tiene dos secciones: la ordinaria y la extraordinaria. La primera controla el núcleo original de los bienes de la Santa Sede, sobre todo el patrimonio de inmuebles, una parte del cual está exenta de contribución, según el artículo 16 de los Pactos Lateranenses. La segunda recoge la Administración especial, creada por Pío XI en 1929 para utilizar los fondos recibidos como indemnización. Se trata de un patrimonio amplio compuesto por títulos, obligaciones, depósitos bancarios, etcétera, que en 1978 representaban unos 1.200 millones de dólares. Al saneamiento económico de la década de los noventa ha acompañado a una cuidadosa campaña de imagen que hiciera olvidar los escándalos del pasado (con los casos de Sindona y Calvi), el Vaticano perdió muchos millones). El Vaticano dedicó en estos años parte de sus ingresos a ayuda humanitaria, principalmente en África. El superávit de las celebraciones tuvieron también un destino social, como el Jubileo de 2000, que se utilizó para habilitar un edificio destinado a los minusválidos en Roma. Dentro de los desembolsos podemos señalar que el Vaticano cuenta con 4543 personas que trabajan y cubre pensiones a cerca de 1500 retirados. Las cuentas anuales son revisadas por un comité de cardenales de todo el mundo. El Vaticano registró 23 años de déficit hasta 1993. La situación varió cuando los obispos de todo el mundo decidieron asistir directamente al Vaticano. Pero el saldo negativo reapareció en el 2001 y se le atribuyó a la depresión financiera mundial agravada por los ataques terroristas a Estados Unidos. A partir de la década del noventa, Juan Pablo II se esforzó personalmente en mejorar la financiación. Nombro una Comisión de cinco cardenales para velar permanentemente por el funcionamiento ortodoxo del IOR. El Vaticano presentó su informe financiero anual. Según el informe, la Santa Sede reportó ingresos para 2002 por 216,5 millones de euros (245,1 millones de dólares) y costos de 230 millones de euros (260,4 millones de dólares) para un déficit de 13,5 millones de euros (15,3 millones de dólares). El déficit de radio Vaticano también pesó en las finanzas, sobre todo por los gastos de gestión de los 1.511 funcionarios y empleados, en su mayoría laicos, de la emisora. Las donaciones personales al Papa subieron a 1,80%. Las finanzas del Vaticano registraron nuevamente números rojos en 2007, con un déficit de unos US$ 14,1 millones (9 millones de euros), después que en los últimos tres años (2004, 2005, 2006) cerraron positivamente. El déficit de 2007, surgió después de registrar gastos por u$s. 387 millones - equivalentes a 246 millones de euros – y con ingresos que representaron u$s. 373 millones (237 millones de euros) Balances anuales publicados así lo confirmaban. Las razones principales que justificarían el último saldo negativo estaría en la incidencia de la depreciación del dólar (en especial las donaciones que hacen los fieles); aportes de EE.UU.(28%), Italia (13%) y Alemania (6%). La divisa norteamericana había experimentado un descenso marcado en relación con el euro afectando las arcas de la Santa Sede ya que sus gastos se contraen en euros. Como lo señalamos, antes que la caída del dólar afectara a sus ingresos el Vaticano había registrado tres años de ganancias por un total de 15 millones de euros. La parte mediática del Vaticano, que incluye Radio y un diario oficial, habían perdido el año pasado 14,6 millones de euros. En cuanto al presupuesto para el año mostraba ingresos por 236,7 millones de euros, mientras que los gastos totalizaron los 245,8 millones. El Vaticano también atribuyó el déficit a los elevados costos del personal y a la creciente misión diplomática de la Santa Sede. Pero agregó que las contribuciones del año pasado al Pontífice subieron ligeramente, un incremento que disminuyó los temores de que pudieran bajar debido al escándalo sexual protagonizado por religiosos en Estados Unidos y otros países. Destaquemos que el Vaticano posee una política que prohibe realizar ciertas transacciones, como vender su arte que incluye 460 pinturas de maestros como Giotto, Caravaggio y Rafael. Refiriéndonos a otro aspecto vinculado ahora con las posesiones del Vaticano, no podemos dejar de considerar algo que permanentemente se critica a la Iglesia sobre todo por el lado de la economía. Al contemplar la suntuosidad de catedrales, santuarios y basílicas, protestan airadamente de "la riqueza de la Iglesia". Pero podríamos decir lo mismo de los templos que vemos por el mundo, católico o no. La fe de los humanos se ha expresado desde siempre en los mejores monumentos arquitectónicos de la humanidad, desde Luxor y Karnak del antiguo Egipto, hasta la catedral protestante de San Juan el Divino en Nueva York, pasando por los templos prodigiosos de Kyoto en Japón, o de Benares en la India. Todas las civilizaciones de la historia (Teotihuacán o Palenque, etc...) han adorado al Dios o a sus divinidades paganas con lo mejor de su arte y arquitectura. La fe católica no tendría porqué ser una excepción, sobre todo sabiendo como sabemos que Jesucristo permanece oculto pero muy realmente en el Santísimo Sacramento del Altar y que en cada Misa se renueva el Sacrificio del Calvario. Nada es bastante para honrar a Dios. Para explicar un poco dicha situación, será preciso antes que nada aclarar lo que se entiende por Iglesia al atacarla. Los que rechazan las riquezas de la Iglesia, en realidad están refiriéndose a la jerarquía eclesiástica, al clero, olvidando evidentemente que la Iglesia somos cerca de 850 millones de católicos en el mundo, de los cuales las tres cuartas partes son de muy escasos recursos por pertenecer a sectores en subdesarrollo, algunos en peores situación que en otros. Podríamos decir con absoluta justicia que la Iglesia Católica es digna de solemnidad, por el aporte valioso que brinda al mundo en generosidad y amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cordial saludo. Muy interesante su publicación. Le consulto: existe posibilidad de acceder a los informes anuales del Vaticano?