lunes, 14 de abril de 2008

Valor del "yuan" y la política monetaria China

La reticencia de China a exponer completamente su moneda a las fuerzas del mercado (lo cual podría provocar un alza aún mayor del yuan) ha sido fuente de críticas por parte de sus socios comerciales, quienes argumentan que eso abarata injustamente las exportaciones chinas. Pero incluso algunos críticos extranjeros estarían tomando nota del rápido avance de la moneda desde el año pasado. Cuando parecía que el dólar caería por debajo de 7 yuanes, una importante autoridad monetaria de Estados Unidos había manifestado que la acelerada apreciación había sido un paso muy importante e inteligente. La moneda china no ha estado tan fuerte como lo está ahora. El fortalecido yuan y la fuerte economía china indican que los inversionistas en el extranjero están trasladando dinero al país rápidamente. Durante los primeros tres meses de este año, la inversión extranjera directa subió 61% a US$ 27410 millones, tras alcanzar un total de casi US$ 75000 millones el año pasado. En los años noventa, cuando comenzaron las reformas económicas el régimen vigente en China apoyó el tipo de cambio en una tasa artificialmente elevada para distender los costos de importación del país. La moneda China había experimentado ascensos en estos últimos tiempos, de manera ininterrumpida. Hace tres años el gobierno chino decidió abandonar una convertibilidad que había durado una década, de 8,11 yuanes por dólar, y a partir de entonces administró una revaluación gradual de su moneda, del orden del 0,6% mensual y recientemente quebraba hacia abajo el piso de 7 yuanes por dólar, algo que no sucedía desde hacía 14 años. La firmeza de la moneda china evidencia dos cosas: el hasta ahora reiterado crecimiento económico del país asiático y el mayor uso de la divisa en el intento de China por combatir una inflación que por ahora no cede. China esta bajo presión tanto internacional como interna para que el yuan se aprecie a un rápido ritmo. El Banco Central Chino controla de forma estrecha el mercado a través de regulaciones y de la intervención indirecta, y ha limitado el ritmo de la suba del yuan para apuntalar las exportaciones chinas. Se recuerda que en 1994, para sacar al país del estancamiento, devaluó la moneda de 5,8 a 8,1 yuanes por dólar, y a partir de allí estableció una convertibilidad que duró diez años. En 2005 el yuan se revaluó 2,6% contra el dólar, en 2006 subió 3,4%, en 2007 casi 7% y en cien días de 2008 ta se acercaba al 4,5%. El incremento del valor del yuan frente al dólar es sólo una señal que la economía de más rápido crecimiento, continúa expandiéndose a un paso acelerado. El yuan ha ganado 4,5% frente al dólar en 2008, luego de subir 7% el año pasado. Muchos observadores esperan que la tendencia continúe. El fortalecido yuan y la fuerte economía china indican que los inversionistas en el extranjero están colocando dinero en el país rápidamente. En una petición de estos días el Grupo de los Ocho (G7) urgió a China a que permita una apreciación “acelerada” de su moneda. La razón era quela moneda china había ganado más de 18% versus el dólar en menos de tres años, aunque se había mantenido igual o hasta se habría depreciado frente otras monedas como el euro. Las ganancias en la moneda llegaron poco antes que el gobierno de China aumentara su reciente pronóstico del crecimiento del PBI del año pasado de 11,4 a 11,9%. La trayectoria de la moneda también se ve afectada por la debilitada confianza en el dólar, a medida que el tradicional impulsor de la economía global pierde potencia. Los críticos más encendidos de las políticas cambiarias chinas, argumentaron hace algunas semanas, que la subvaluación del yuan, ha hecho a las exportaciones chinas excesivamente baratas en los mercados mundiales. Toman como evidencia el crecimiento de 1,500 por ciento que han experimentado las importaciones de textiles chinos, desde que nació el sistema de cuotas que normaba el comercio mundial de este producto. Propusieron una ley que amenaza a China con una tarifa de 27,5 por ciento sino no decide en un plazo de seis meses apreciar el yuan. Por otro lado, el departamento de Comercio de Estados Unidos, impuso, a principios de esta semana, una salvaguardia a cuatro categorías de confecciones chinas y parece contemplar sanciones adicionales Cuando en 1995, el gobierno chino, anunció que la paridad del yuan con respecto al dólar sería de 8,28, era difícil imaginar , dadas las circunstancias que en ese momento imperaban en el mundo, la importancia del anuncio para la estabilidad del sistema financiero global. No era China una potencia económica global y tampoco era miembro pleno de la organización mundial de comercio (OMC) . Probablemente, las autoridades chinas buscaban con esta decisión preservar cierta estabilidad monetaria y evitar las dificultades de administración asociadas con un sistema flexible de tasas de cambio. Para mantener la paridad del tipo de cambio, China, como todos los países del mundo, acumuló reservas internacionales, en lo fundamental, títulos de deudas emitidos por el gobierno de los Estados Unidos . Pero, en estos últimos diez años, el enorme empuje de la economía china ha alterado drásticamente estas condiciones iniciales ya que la enorme dimensión del gigante asiático tiene en la actualidad un claro y decisivo papel en el funcionamiento de la economía mundial y , por esta razón, se convierte en una pieza crucial para garantizar el éxito de las políticas de coordinación que diseñan, cada año, las principales potencias industriales con el propósito de preservar la estabilidad de la economía mundial. Sin embargo, China es sistemáticamente excluida de estas instancias de coordinación ya que no es miembro del G8 ni acude a las reuniones anuales que este organismo sostiene todos los años. Pero, tiene lugar esta exclusión, en ausencia de un mecanismo institucional internacional que pueda asegurar la consistencia de la política monetaria china con la postulada por las principales economías del mundo. Puede admitirse que se obtiene una mejor lectura de las políticas de las tasas de cambio chinas al compararla con varias monedas. Desde esta perspectiva, el yuan ha tenido un desempeño mucho menos destacado: apenas ha cedido este año frente a una canasta de monedas de sus principales socios comerciales. De hecho, el yuan se habría debilitado frente al euro.

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