lunes, 18 de febrero de 2008

Un breve comentario sobre la actividad olivera en nuestro país

La producción olivarera, concentrada en las provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca y Córdoba, tiene importancia socioeconómica, porque es uno de los motores del desarrollo del comercio exterior. Esta industria, necesariamente, debe buscar mercados externos ya que el consumo per cápita local es aún muy bajo, durante la década del 90 el consumo rondaba los 30 gramos, si bien para el año 2001 el consumo ascendió a 200 gramos se retrajo luego de la crisis Nuestro país y nuestros productores han realizado un enorme esfuerzo para incrementar la superficie plantada, 90.000 hectáreas en la actualidad, y la producción de aceite de oliva que se estima llegará a las 115.000 toneladas en 2010. El olivo posee la característica en la producción de poder alternar campañas con buena producción con otras en las que el volumen cosechado que podría llegar a paralizar algunas de las inversiones en curso destinadas a aumentar la oferta de la materia prima y la capacidad de molienda. La Argentina está proyectándose a paso firme como un actor importante de la olivicultura mundial, compitiendo en calidad con España e Italia, los dos mayores productores globales. Durante buena parte del siglo XX, el cultivo del olivo en la Argentina tenía lugar en pequeñas fincas familiares, de acuerdo con la tradición de los inmigrantes de las diversas regiones mediterráneas. En la última década, sin que esas unidades productivas hayan dejado de existir, se incorporó tecnología de punta - fertilización y riego por goteo, y monitoreo computarizado, entre otros aspectos -, lo que permite producir con estándares internacionales de productividad y calidad. La gran ventaja de la Argentina es la calidad y el precio de la tierra. Una hectárea apta para el cultivo de olivo es muy accesible aquí si la comparamos con lo que vale en cualquier país europeo - que son nuestros principales competidores - y lo prorrateamos por unos 100 años, que es el ciclo vital de un olivo. Comienza la década de los 90 en nuestro país con una superficie olivarera de 29.500 Has. distribuidas principalmente en Mendoza, San Juan y Córdoba, para pasar en 1998 a tener plantadas unas 71.000 Has. De las cuales, el 70% estaban destinadas a la producción aceitera y creciendo, hasta llegar en 2005 a contar con 110.000 Has de olivos, de las cuales 80.000 Has eran plantaciones de alta densidad. El año 2004 tuvo un buen cierre para el sector olivarero nacional. Por Resolución. 827/2004, el Ministerio de Economía ratificó por un período de 2 años más la vigencia de los derechos compensatorios aplicables a la importación de aceite de oliva. Los nuevos derechos son de 0,99 US$/kg de aceite de oliva importado, tanto a granel como fraccionado, y se aplicaba a todos los cargamentos procedentes de la Unión Europea. Este fue el resultado del trabajo conjunto entre la Subsecretaría de Política Agropecuaria y Alimentos, a través de la Dirección Nacional de Alimentos y las empresas del sector. En la actualidad el país está divido en dos grandes centros de producción de materias primas: 1) Regiones productoras de aceitunas sin diferenciación por variedades. 2) Regiones productoras de aceitunas por variedades, tradicionales y modernas. Respecto de la 1) fundamentalmente corresponde a la provincia de Mendoza, donde se encuentra el 40% de la superficie plantada con olivos. Alrededor de 5.500 has, pertenecen a variedades aceiteras y doble propósito, generalmente plantadas en montes multivarietales. Debido a que los montes de olivos cuentan con diferentes variedades en una misma parcela, resulta difícil que una fábrica reciba cargamentos homogéneos de materia prima. Sin embargo, las empresas suelen realizar una buena clasificación de lo ingresado por grado de madurez y estado sanitario. Esta segunda práctica se está generalizando en los centros tradicionales de producción. En el resto de las regiones productivas tradicionales la situación es un poco diferente: Córdoba y la región catamarqueña de Tinogasta cuentan con grandes superficies de la variedad Arbequina, por lo que es factible conseguir que los productores se asocien con los industriales para entregar materias primas clasificadas conformeo con los requerimientos del elaborador. En cuanto a 2) con la implementación del diferimiento impositivo, el país pasó a contar con grandes plantaciones de montes puros y cuadros monovarietales. Este sistema de cultivo se diseñó especialmente para facilitar el manejo de la cosecha y la clasificación de las aceitunas por variedad y grado de maduración. Cabe aclarar que Argentina es el único país, fuera de las naciones de donde son originarias las variedades, que cuenta con grandes extensiones de plantaciones monovarietales. Esto posibilita la existencia de grandes cantidades de aceituna Manzanilla aceitera, Arbequina, Picual y Frantoio, entre otras. Según los últimos relevamientos productivos, las nuevas regiones olivareras se pueden clasificar de acuerdo con las variedades dominantes en la producción de aceitunas. Las áreas más características son: Valle Central de Catamarca: Arbequina, Manzanilla y Coratina; Bolsón de Pipanaco: Arbequina y Manzanilla; Tinogasta y Fiambalá: Arbequina; Chilecito: Arbequina y Barnea; La Rioja Capital: Arbequina y Manzanilla; Gran San Juan: Arbequina y Frantoio; Jachal y Rodeo: Arbequina y Changlot Real Durante 2005 se logró una producción de 25.000 toneladas de aceite de oliva y cerca de 90.000 toneladas de aceitunas de mesa, de acuerdo con los datos relevados por la Dirección de Alimentos. El aumento de la producción se debe a la expansión de la superficie implantada en distintas regiones del país así como al rendimiento alcanzado en las nuevas plantaciones de alta densidad, bajo sistemas de manejos intensivos, ocurridos en los últimos años, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA). En una década, Argentina pasó de 50.000 a 75.000 hectáreas con olivares en producción y con un rendimiento de hasta 30 toneladas por hectárea en las nuevas plantaciones. La campaña olivarera 2006 redondeó en cerca de las 160.000 toneladas, un 46% menor a la del año anterior. Del total producido 100 mil se destinaron a aceite y 60 mil a aceituna conserva. La producción se vio fuertemente afectada por heladas que habrían generado importantes pérdidas en la mayoría de las zonas productoras. En Mendoza se registraron caídas de entre el 40% al 50% de su producción, en La Rioja y Catamarca fueron del 40%, mientras que en San Juan alcanzaron al 30%. Respecto del comercio exterior, Argentina mejora su presencia internacional de año en año debido a los rindes obtenidos, a la calidad de sus productos y a la cosecha respecto de los países del mediterráneo europeo, principales actores en este mercado. En los primeros diez meses del 2005, las exportaciones de aceitunas alcanzaron un volumen de 47.620 toneladas, por un monto de U$S 59 millones, con un incremento del 32,5% en valor, y 10,2% en volumen respecto al mismo período del año anterior, registrando un incremento en su precio del 20,7%. Respecto del aceite de oliva, Durante 2002 las exportaciones de aceite de oliva se incrementaron en un 50% respecto al año precedente, alcanzando un total de 5652 toneladas por un monto de 17 millones de dólares. Entre enero y octubre de 2005 el volumen exportado fue de 11,3 mil toneladas, por un valor de U$S 38 millones. Lo que significó un incremento en ambos guarismos del 169,2% con respecto al mismo período del año anterior. El valor promedio por tonelada exportada rondó los U$S 3.400. Respecto de las importaciones, se mantienen hasta fin de 2006 los derechos compensatorios a las mercaderías ingresadas desde la Unión Europea. Al igual que en el caso de la vitivinicultura se esta desarrollando “El Plan Estratégico Olivicola” el que planean para 2010 un fuerte crecimiento que llegaría a las 350 mil toneladas. Consideramos interesante comentar que para determinar el costo aproximado de producción de la aceituna aceitera deben considerarse por separado el sistema de manejo tradicional y el moderno. En el caso del sistema tradicional el costo de producción ronda los 80 US$/ton. de aceituna para un rendimiento promedio de 4 -5 ton/ha., que corresponde a 400 US$/ha. Este sistema implica un monte puro de olivos con plantas a 10X10 en marcos puros con algunas plantas faltantes (la situación normal es de 80 plantas/ha), en el que las prácticas culturales se limitan a una reparación anual de las acequias, 6 -7 limpiezas anuales de los montes y alguna práctica de poda. En contraposición, en un sistema moderno con marcos de montes puros de 250 a 300 plantas/ha., el costo operativo anual ronda los 900 a 1200 US$/ha., lo que representa un costo promedio de 105 US$/ton. de aceituna cosecha (rendimiento considerado 10 ton/ha).El costo es mayor en el sistema moderno debido a que incluye tratamiento químico, fertilizaciones y podas, labores culturales, etc. Destaquemos que se realizó en Catamarca, del 13 al 16 de setiembre de 2007, la tercera edición de Expolivo, la feria y exposición más importante de la olivicultura argentina. La Expolivo 07 se llevó a cabo en el nuevo predio ferial de la Ciudad de Catamarca y simultáneamente se realizaron demostraciones de maquinarias para la poda, el cultivo y la cosecha en Paso Viejo, a pocos kilómetros de la ciudad capital. Fue visitada por empresarios, productores y profesionales de todas las regiones productoras de olivo: Mendoza, Córdoba, San Juan, La Rioja y de la provincia de Catamarca. En el citado Foro, se trataron temas fundamentales de la actividad olivera en todos sus aspectos vinculados también a reclamos y peticiones a las autoridades nacionales para un mejor desenvolvimiento de este interesante sector productivo.

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