viernes, 15 de febrero de 2008

Convergencia Económica

La hipótesis de convergencia significa que los países con menores niveles de PBI per cápita tienden a crecer en forma más rápida que aquellos con mayores niveles de PBI per cápita, lo que implica que, con el paso del tiempo, los niveles de PBI per cápita tienden a igualarse. Las opiniones y los resultados de muchas investigaciones difieren entre sí, pero muchos estudiosos sostienen que la convergencia no siempre se concreta, pero que, sin embargo, en muchos casos se verifica una "convergencia condicional". La condicional significa que la convergencia se constata para grupos de países que tienen determinadas características comunes. Luego de esta introducción, debemos destacar que uno de los rasgos más marcados de la geografía económica mundial es la profunda desigualdad en los niveles de actividad productiva, y por tanto de riqueza de los países que la integran. En efecto, el 50% del PIB global es producido por el 15% de la población mundial, que sólo ocupa el 10% de la superficie terráquea, y la brecha de ingreso per cápita entre los países más ricos y los más pobres es de 19:1, y tiende a aumentar. Estos mismos países concentran los flujos tecnológicos y financieros (un 70% de las entradas de IED) y en el comercio internacional (un 80% de las exportaciones mundiales). Tales disparidades son también manifiestas en el interior de los países, entre las áreas urbanas y las rurales, entre las regiones prósperas y las rezagadas, y entre las áreas metropolitanas y las ciudades medianas y pequeñas. El fenómeno es todavía más acusado en los países en desarrollo, en donde la diferencia en los niveles de ingreso entre las regiones más ricas y las más pobres puede llegar a ser de 6:1, como en México y Brasil. En Colombia la brecha es de 4:1. La cuestión de por qué se concentra la actividad económica en unos determinados emplazamientos ha sido una de las preguntas clásicas de la economía espacial, desde las primeras conceptualizaciones formuladas por especialistas a principios del siglo XIX. A este interrogante se ha venido a agregar más recientemente (en la década de los ‘90), el de si las disparidades en dicho nivel de actividad tienden – en el largo plazo - a ampliarse o a disminuir. Si las brechas tienden a acortarse, se verificaría la hipótesis de convergencia comentada pero nuevos enfoques del crecimiento, según los cuales en el largo plazo el funcionamiento del mercado pone en marcha mecanismos que le permiten a las economías atrasadas crecer más rápidamente que las avanzadas, hacen de esta manera más accesible la
posibilidad de la igualación de los niveles de bienestar. A esta lectura optimista del desarrollo se opone la de las teorías del crecimiento endógeno que postulan una hipótesis de divergencia, en el sentido de que la dinámica de las fuerzas del mercado impulsarían una acumulación creciente de riqueza e ingreso en las economías más desarrolladas, aumentando la divergencia entre países y regiones. Así planteado, el debate tiene una alta relevancia, en la medida en que sus implicaciones tocan algunas de las cuestiones más cruciales en el tratamiento del desarrollo contemporáneo. Entre estas están, por ejemplo, la de los impactos territoriales de la globalización y los procesos de integración económica (Unión Europea, NAFTA y otros); las condiciones de viabilidad del Estado-Nación; la pertinencia de las políticas orientadas a lograr una mayor equidad inter-territorial (descentralización fiscal); la influencia de las dinámicas territoriales en las estrategias de localización de las empresas; y las relaciones entre los patrones de concentración de la actividad productiva y los niveles y estabilidad del crecimiento. Los modelos teóricos de crecimiento económico suelen predecir que habrá convergencia, es decir, que los países pobres verán aumentar sus rentas a mayor velocidad que los ricos. Sin embargo, los datos de la realidad parecen indicar justamente lo contrario. El estudio del crecimiento y de interpretar las causas que lo promueven ha tomado un marcado interés en el ámbito de la investigación económica, que aumentó con la aparición de bases de datos a nivel países comparables internacionalmente. Esto motivó un análisis entre la teoría y la evidencia empírica, que dio lugar a un enriquecimiento substancial de la primera. Lo fundamental de este interés es explicar las causas y prever el recorrido de la tendencia del comportamiento de los valores del producto por trabajador, que es el indicador del bienestar que caracteriza a todos los sistemas económicos. Entre otros aspectos, los resultados obtenidos mostraron la necesidad de realizar un análisis más desagregado y los últimos estudios enfocan el análisis del crecimiento y convergencia desde el ámbito regional. Es posible definir conceptos de convergencia: Convergencia absoluta: donde, analizando los datos relativos al crecimiento de un grupo de economías, se debiera comprobar en el nivel empírico, una relación inversa entre el nivel del ingreso per capita y el crecimiento del agregado, de forma ta,l de generar una tendencia a la igualación de los niveles de producto per capita, de un conjunto de países. Convergencia sigma: Concepto que involucra el análisis de la dispersión a través de las regiones. Existe sigma-convergencia si la dispersión y las desigualdades entre países disminuye con el tiempo. Para que exista sigma-convergencia es necesario que haya beta-convergencia, es decir, para que haya convergencia del tipo que sea es necesario que los pobres tiendan a crecer más que los ricos. Pero para que haya sigma-convergencia es necesario además que los "otros factores" no actúen en sentido contrario. Por su parte, se indica que entre diversos países ha habido beta-convergencia si se observa que las naciones pobres han crecido más que los países ricos. Es decir, si se puede demostrar que el hecho de tener una renta menor que la media de los demás países está asociada a unas tasas de crecimiento más altas. La expresión "beta" se refiere a un parámetro que serviría para medir la velocidad de esa convergencia. Cuanto mayor sea beta, mayor será la velocidad de convergencia. Para que haya convergencia, beta tiene que ser mayor que cero, pero no puede ser mayor que uno, ya que en ese caso se producirían "adelantamientos sistemáticos" es decir los países pobres crecerían hasta superar a los ricos para, en el siguiente período, dejarse superar de nuevo. Convergencia condicionada: Se puede definir como un proceso por el cual los fenómenos antes descriptos serán verificados empíricamente, después de tener en cuenta la diversidad en los estados estacionarios de los sistemas económicos examinados. Es decir se deben tener en cuenta las peculiaridades de las características estructurales. Para encontrar una explicación satisfactoria de estos fenómenos se han introducido dos nuevos conceptos de convergencia: la convergencia absoluta y la condicional o relativa. Éstos utilizan el viejo concepto de estado estacionario. Se considera que todos los países tienden a converger hacia un estado estacionario, pero el nivel de renta de ese estado estacionario depende de la cultura y las preferencias de las personas, de sus instituciones y sistemas impositivos y legales. Cuando decimos que los datos de todos los países del mundo muestran que no hay ni beta-convergencia ni sigma-convergencia, nos estamos refiriendo a criterios de convergencia absoluta. Para saber si existe o no convergencia condicional tenemos que analizar solo economías que compartan las mismas instituciones y, en general, el mismo "estado estacionario". En cualquier caso, si consideramos los datos disponibles de todas las economías del mundo en los últimos decenios, podemos observar que no existe convergencia. Sin embargo, en algunas zonas o regiones sí se está produciendo convergencia. Los países ricos convergen. Los países de la Unión Europea convergen. Algunos países pobres tan importantes como China o la India, están convergiendo con los ricos de forma sostenida desde hace más de veinte años. Lo mismo podemos decir también de los llamados "nuevos países industriales" del sudeste de Asia. Por el contrario, también se observan países divergentes, que están perdiendo terreno con respecto a los ricos. El caso paradigmático de la mayoría de los países africanos. Las verificaciones empíricas sobre la existencia de la convergencia vienen a cumplir una importante función: analizar el desarrollo de las diferencias en la riqueza por trabajador y brindar un elemento de contraste esencial en el debate entre la teoría neoclásica y la teoría del crecimiento endógeno, sobre las características de la dinámica económica de los sistemas reales. La relevancia de tal debate aparece evidente si se considera el significado que representan los resultados obtenidos de la evidencia empírica, que demuestran (en varios trabajos empíricos) la efectiva existencia de fenómenos de convergencia, al menos condicionada. En las tasas de crecimiento de la renta influyen muchísimos factores. Podemos apuntar aquí algunos que parecen ser muy importantes: a) las decisiones políticas de los gobernantes, b) la estructura jurídica del país, c) el grado de educación de sus habitantes, e) el nivel tecnológico, y f) el grado de desarrollo inicial o volumen de capital pre-existente En efecto, cuando se analizan los datos de diversas regiones de un mismo país (convergencia intra-regional) o de países próximos geográfica y culturalmente, sí se descubren fuertes tendencias a largo plazo hacia la convergencia. De hecho se puede incluso encontrar una velocidad "normal" de convergencia condicional que suele estar en torno al 2% anual. Al utilizar el concepto de convergencia condicional se puede observar también que el factor que más influye en la velocidad de convergencia, además del nivel de renta, es la tasa de ahorro e inversión. Los países del este de Asia que han tenido tasas de crecimiento por encima del 5% anual de media, han tenido también tasas de ahorro e inversión altísimas, en algún caso de hasta el 70% del PIB, cuando en los países europeos o en USA esa tasa es inferior al 20%. La conclusión más clara de todo este análisis es que la fórmula más segura para crecer más deprisa que los países ricos consiste en adoptar las instituciones económicas, jurídicas y políticas de esos países. ·

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un magnífico artículo, muy bién estructurado y bellamente escrito. Se hecha de menos alguna referencia (bibliográfica, URL...) de las "verificaciones empíricas".
Un saludo cordial.

Manuel
(Graduado Ciencias Empresariales. Barcelona. España)

Indio Caricuao dijo...

Muy bueno su trabajo profesor, felicitaciones. He encontrado en su blog una muy buena fuente de información.
Noel Martello
Caracas- República Bolivariana de Venezuela