Nos consultan mucho sobre estas
formalidades en el campo de las finanzas. Tratamos de buscar las explicaciones
más sencillas, y éstas nos parecen las más accesibles a la comprensión del
tema.
Comprar un derivado es como hacer
una apuesta. Un derivado no tiene valor en sí mismo, depende del resultado de
una operación financiera. Dicho valor puede estar
fijado según el precio del oro, las tasas de interés, el mercado de valores u
otros derivados. Por ejemplo: durante el mes de julio supongamos que un
amigo les paga $ 30 para que les compren
una cerveza cada vez que haga más de 30 grados de calor. Esto es un derivado.
El mercado de derivados tiene un valor de cientos de billones de dólares,
superior al de la economía mundial. Los inversores emplean los derivados tanto
de forma preventiva como para arriesgarse e intentar obtener grandes
beneficios. Aunque algunos tipos de derivados llevan mucho tiempo en marcha, en
los últimos años han aparecido algunos muy complicados y de riesgo. Algunos inversores
los han bautizado como “armas financieras de destrucción masiva”: unas cuantas
pérdidas pueden provocar crisis sistémicas.
En cuanto a los futuros
constituyen un tipo de derivados para proteger a vendedores y compradores
de productos agrícolas de las oscilaciones de precios. El vendedor se
compromete con varios meses de antelación a vender ciertos productos en una
determinada fecha y a un precio preestablecido. Los futuros reducen los riesgos.
Si los precios disminuyen, el vendedor no perderá dinero, si se incrementan, el
comprador no pagará más.
Pero la gente compró futuros sin
intención de vender ni comprar el producto en cuestión, sino para cobrar las
diferencias de precios. También se crearon los futuros en moneda para proteger de las fluctuaciones en los tipos
de cambio y así poder especular. Desde entonces se han creado futuros de petróleo,
de tasas de interés, de índices bursátiles e incluso de deuda pública.
A diferencia de los derivados,
tiene un contrato tipo, están regulados por agencias y se negocian en las cámaras
de compensación.
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