jueves, 30 de junio de 2016

Sobre la separación del Reino Unido de la UE (IV)


(continuación del blog anterior. Ultima nota)
La Brexit también demuestra que los temas económicos han perdido fuerza entre los votantes. Las elecciones y los referendos a menudo colocan los temores al aislamiento económico y al empobrecimiento contra consideraciones más tradicionales como la seguridad nacional y la identidad. Habitualmente, se impone algún otro factor, lo que ayuda a explicar el voto de Escocia el año pasado por permanecer en el Reino Unido y la renuencia de los griegos a dejar la zona euro, a pesar de las penurias económicas.
Posibles impactos en la Argentina:
Mientras el mundo analiza las posibles consecuencias que el "Brexit" generará a nivel global, el Gobierno argentino ya comenzó a hacer el análisis de los problemas que el impacto por la salida del Reino Unido de la Unión Europea podría provocar en la economía local. Una fuente importante del Ejecutivo reveló que "estamos muy preocupados. El “Brexit” es malo para el mundo globalizado y una mala señal para la Argentina. “En un momento en el que nosotros nos estamos abriendo, ellos se cierran. Además, se retrasarían todos los acuerdos firmados con la UE".
El presidente argentino buscará comunicarse con su par de EEUU, para tratar sobre el tema y "analizar acciones en conjunto". El diagnóstico oficial es claro: "El mundo crece con las integraciones y esto es una desintegración". El impacto regional y local  en lo inmediato será "un dólar más fuerte a nivel mundial que supone a la vez commodities más bajos, lo que para la Argentina y Latinoamérica implicaría complicaciones".
¿Qué indica el art. 50 del Tratado de Lisboa?
Hemos mencionado más arriba que existe un articulo 50  en el Tratado de Lisboa, que, precisamente,  prevé un mecanismo para la retirada voluntaria y unilateral de un país de la Unión Europea (UE). El Artículo 50 regula ese procedimiento. “Todo Estado miembro podrá decidir retirarse de la Unión de conformidad con sus normas constitucionales. La retirada de un Estado miembro puede producirse de dos maneras:
1) Previa celebración de un acuerdo internacional entre la Unión y el Estado miembro de que se trate. El Estado miembro que decida retirarse notificará su intención al Consejo Europeo. La Unión negociará y celebrará con ese Estado un acuerdo que establecerá la forma de retirada, teniendo en cuenta el marco de sus relaciones futuras con la Unión. Este acuerdo se negociará con arreglo al artículo 218.3 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. La Comisión o el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad presentará recomendaciones al Consejo, que adoptará una decisión por la que se autorice la apertura de negociaciones y se designe al negociador o al jefe del equipo de negociación de la Unión. El Consejo celebrará el acuerdo en nombre de la Unión por mayoría cualificada, previa aprobación del Parlamento Europeo.
2) Pasados dos años (salvo que el Consejo Europeo ampliara el plazo) desde que el Estado miembro en cuestión notificara su deseo de hacerlo al Consejo.
Los Tratados dejarán de aplicarse al Estado de que se trate a partir de la fecha de entrada en vigor del acuerdo de retirada o, en su defecto, a los 2 años de la notificación de retirada al Consejo Europeo. El miembro del Consejo Europeo y del que represente al Estado miembro que se retire no participará ni en las deliberaciones ni en las decisiones del Consejo Europeo o del Consejo que le afecten.
La mayoría cualificada, se definirá como un mínimo del 72% de los miembros del Consejo que represente a Estados miembros participantes que reúnan como mínimo el 65% de la población de dichos estados.
Si el estado miembro que se ha retirado de la Unión solicita de nuevo la adhesión, su solicitud de someterá al el procedimiento establecido en el Artículo 49 del Tratado de la Unión Europea.
El Tratado de Lisboa configura el derecho de retirada como un "derecho unilateral" de todos los Estados miembros de la Unión. Esto es así, en primer lugar, porque el Estado interesado en retirarse de la Unión no solicita, sino que notifica al Consejo Europeo su voluntad de dejar de pertenecer a la Unión como Estado miembro. En segundo lugar, porque la retirada no está sometida a ningún tipo de condición. Y, en tercer lugar, porque la retirada no queda condicionada al cumplimiento de ningún requisito.
El derecho a no seguir tomando parte en la estructura jurídico-política de la Unión Europea es una garantía para los Estados miembros y así evitar quedar implicados por un grado de integración no deseado.



Fuente: Wall Street Journal - La Nación - Tratado de Lisboa - BBC

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