(continuación del blog anterior)
Ese fenómeno fue utilizado por los
partidarios del Brexit para propagar sus ideas de "independencia", mientras el poder político a favor de
esta premisa confrontaba a los líderes europeos con el concepto de la
"falsa unión". Quienes votaron por salir de la UE, la mayoría de
los británicos, consideran que esa unión regional amenazaba la soberanía del
Reino Unido y esa visión fue compartida por amplios sectores
de la sociedad que optaron por el Leave en el referéndum. La autoridad que ejerce Bruselas sobre la política, la seguridad, la
agricultura, el comercio, la energía e incluso la Justicia de cada país
miembro atenta, según los euroescépticos, contra las libertades y la decisión
soberana de los británicos.
En definitiva, a partir de esos y otros
argumentos, el 51,9% de los ciudadanos de Reino Unido optó por la salida porque
creen en aquella premisa que reclama "retomar el control del país" y tal decisión se
configura en uno de los cambios más delicados en el equilibrio de poder
político europeo de los últimos 60 años. Además, al tratarse la Eurozona de un mercado integrado, los
países con mayor desarrollo económico, tales como Reino Unido, Alemania,
Holanda y Francia, deben destinar un porcentaje equivalente al
PIB de cada país a la UE para el sostenimiento de la economía regional. Este hecho fue un argumento clave en
la campaña del Leave, con frases contundentes de algunos
políticos, que declararon "la necesidad" de "no mantener más" a otros países,
centrarse en sus propios problemas locales y ayudar al continente desde su
propia visión económica y no la impuesta por la UE. Los índices de desempleo
aumentaron exponencialmente en países como Grecia y España, que enfrentan los problemas económicos
más graves de las últimas décadas.
Otro tema trascendente es que la discriminación religiosa aumentó entre los
británicos en los últimos años producto del miedo creciente al avance del terrorismo
yihadista en Europa. Esa
problemática, en conjunto con las crisis migratorias, creó el escenario
perfecto para que figuras con ideas cercanas a la ultraderecha tomasen la
palabra en la política local para pedir "retomar
el control del país".
Reacciones luego
del resultado:
Los cancilleres de Alemania, Francia, Italia,
Luxemburgo, Holanda y Bélgica se reunieron en Berlín para diseñar el proyecto de una nueva
Unión Europea. Los países fundadores de la UE solicitaron que Gran
Bretaña acelere su salida del bloque y advirtieron que demorar el trámite traerá consecuencias económicas,
políticas y financieras para los otros 27 miembros del grupo. Además, informaron
que comenzaron a diseñar el proyecto de una nueva Unión Europea que será más
"flexible". "Ese proceso debe
empezar lo antes posible para poder concentrarnos en el futuro de
Europa".
Retrasar la invocación del
artículo 50 del Tratado de Lisboa -que regula la salida de un Estado
miembro de la UE y que solo puede invocarse a pedido del país que quiere salir-
tendría consecuencias "económicas", "financieras" y
"políticas". De acuerdo a los especialistas que analizaron cómo serán los pasos a seguir y cuánto tardará el Reino Unido para abandonar la UE, entienden que la salida durará dos años. De hecho, hasta cuatro. El reordenamiento
de las relaciones diplomáticas, las políticas sociales y públicas y el
acomodamiento del comercio tampoco será cuestión de meses.
(continuará)
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