martes, 11 de marzo de 2014

La Secretaría de Economía en el Vaticano



 Esta Secretaría creada recientemente en el Vaticano por el Papa Francisco, constituye una novedosa disposición  que tiene como fundamento principal transparentar la administración y los asuntos económicos, tanto de la Santa Sede como del Estado de la ciudad del Vaticano. Prácticamente, hará las veces de un ministerio aplicado a estos fines. La nueva superestructura creada por el papa Francisco deberá administrar y controlar todas esas instancias con la finalidad de transparentar la gestión y ponerla en línea con los criterios del Consejo de Europa. Esto implicará, entre otras cosas, por ejemplo, que el Banco de Italia podría acceder a información financiera del Vaticano, incluyendo nombres de titulares de cuentas, algo hasta ahora resistido por muchos en el seno de la Curia.

El elegido por Francisco para desempeñar el rol de secretario de Estado para asuntos financieros (el nombre es Prefecto de la Secretaría de Economía) es el cardenal australiano George Pell, un hombre que no pertenece a ningún círculo de la Curia vaticana. Tampoco es un tradicionalista, sino que tiene un perfil de católico social, afín al de Bergoglio. El "ministerio" vaticano no tendrá obviamente una economía productiva que administrar, sino flujos de dinero que no pasan por los grandes organismos financieros internacionales, dado que los fondos que ingresan a la Santa Sede provienen de donaciones y colectas en las parroquias del mundo entero, mediante mecanismos dispersos y variados.

Ahorro, transparencia, planificación, simplificación, son los objetivos buscados, pero también poner fin a los escándalos financieros y al estado de sospecha constante sobre el banco Vaticano. Las acusaciones de blanqueo de dinero afectaron fuertemente la imagen de la Santa Sede. Con esta reforma, Francisco reafirma su voluntad de poner realmente en marcha una organización más eficiente y transparente de las finanzas vaticanas. Pero todavía queda un camino por recorrer que no estará libre de obstáculos.
Con esta finalidad, el Papa dispondrá desde ahora de una herramienta más eficiente, centralizada, un aparato único que estará en condiciones de preparar un presupuesto anual, asegurar una planificación financiera, con sus correspondientes balances.  Debemos reconocer que Benedicto XVI abrió el camino, no sólo por las iniciativas que tomó –muchas de las cuales fueron frenadas por su entorno-, sino porque su salida anticipada abrió la vía para una oxigenación política en la cúpula.

Esta nueva estructura tiene como inicio el 8 de agosto de 2013, cuando Su Santidad firmó un motu proprio (decreto papal) para la creación de un Comité de seguridad financiera "a fin de coordinar las autoridades competentes de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad de Vaticano en materia de lucha contra el blanqueo de dinero". En octubre de 2013, se reveló que el IOR había ordenado el cierre de 900 cuentas –sobre un total de 19.000- por presunción de blanqueo de dinero y como resultado de una verificación iniciada ya en 2012. Finalmente, el 8 de octubre de 2013, el Vaticano promulgó una ley sobre transparencia, vigilancia e información financiera, estableciendo normas especialmente severas en materia de lucha contra el reciclado de fondos y financiamiento del terrorismo.

En el caso del Estado Vaticano, los recursos que dispone se originan en buena medida en el turismo -entradas a los museos y a la Basílica de San Pedro; venta de estampillas y depósitos del IOR. Su gasto lo conforman el mantenimiento edilicio y los sueldos del personal. Su presupuesto en realidad se encontraría equilibrado.

En el caso de la Santa Sede, lo esencial de sus ingresos proviene de las donaciones de las iglesias locales, es decir, flujos irregulares y difíciles de medir. Los gastos derivan del funcionamiento de la Curia y de los viajes pontificios, pero también tiene erogaciones fuera de Roma: fundamentalmente, las embajadas (nunciaturas) de la Santa Sede en todos los países del mundo y el apoyo a las iglesias locales. El presupuesto del Vaticano era de 245 millones de dólares en 2011. Pero el tesoro de la Iglesia se eleva a varios miles de millones de dólares.

La misión del cardenal Pell será la de administrar los fondos del Estado vaticano y de la Santa Sede, reportando directamente al Papa, y con el auxilio de un Consejo de Economía, de 15 miembros, de los cuales 8 serán cardenales u obispos y 7, laicos expertos en finanzas. La designación de Pell es también un claro signo de una nueva estructura de la Curia romana; algo que también se reflejó en las designaciones de los nuevos cardenales. El consistorio del pasado es histórico porque marca el fin de una época. Si la elección de un nuevo Papa debiera tener lugar mañana, los cardenales surgidos de la vieja Europa no tendrían mayoría en una votación.

Actualmente, en el interior de estos dos ámbitos – el Estado Vaticano y la Santa Sede -, existen organismos como por ejemplo: la Congregación de Propaganda FIDE o el propio Banco Vaticano (llamado en realidad Instituto para las Obras de la Religión, IOR), creado en su origen para administrar la indemnización otorgada por Italia al Vaticano en 1929, una suma destinada a indemnizar a la Iglesia por la desaparición de los Estados Pontificios en 1870, al momento de concretarse la unidad italiana.


Fuente: Disposiciones y normas del Papa Francisco – también ver nuestros blogs referidos al tema de fechas; 01/08/2013; 03/11/2013 y 4 y 5 de dic.2013..


No hay comentarios: