lunes, 1 de diciembre de 2008

La ENERGIA NUCLEAR. Su aprovechamiento.

Es tal la importancia que adquiere día a día el empleo de la energía atómica en aplicaciones civiles, en reemplazo de los combustibles convencionales (carbón y petróleo fundamentalmente), que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) estima que en un futuro muy próximo, el 60% de la potencia eléctrica instalada en el mundo posiblemente se basará en esa forma de producirla. La energía nuclear es aquella que se libera como resultado de cualquier reacción nuclear, es decir, procedente del núcleo de los átomos. Esta energía puede obtenerse por fisión (división de los núcleos de los átomos de los elementos pesados), o bien por fusión (unión de los núcleos muy ligeros). En las reacciones nucleares se produce una disminución neta de masa, la cual se transforma directamente en energía, tal como lo predijo Einstein, liberando una extraordinaria cantidad de energía. Una mayor demanda de energía en el futuro próximo, en las zonas densamente pobladas, debido a la urbanización, la continua industrialización y la suba del nivel de vida, particularmente en el mundo en desarrollo; es inevitable y necesaria de afrontar. Se trata del uso cada vez mayor de la energía en forma de electricidad. La energía nuclear, basada en la fisión, es una de las fuentes más adecuadas para satisfacer esta demanda - aunque requiere un manejo delicado -, y en muchos países contribuye ya de modo significativo al abastecimiento energético. El desarrollo económico-social y el progreso tecnológico no son posibles sin un suministro garantizado de energía. Dado que la necesidad de energía crece anualmente y su producción tiene un gran impacto en el medio ambiente, y que las fuentes de energía son limitadas para llegar a un Desarrollo Sostenible, es imprescindible crear un plan de estrategia energética que garantice un suministro suficiente y favorezca la eficiencia energética y al uso racional de la energía motivando a la vez que combine distintas fuentes para producir el menor impacto posible para el medio ambiente. Tras un periodo de estancamiento en su crecimiento, hoy la energía nuclear se percibe como parte de la solución al creciente requerimiento energético global. El sólido desempeño económico y la seguridad de la energía nuclear en Estados Unidos, la creciente demanda de energía y el convencimiento cada vez mayor de los beneficios para el medio ambiente de la energía nuclear limpia, han dado lugar al renacer de la energía nuclear, capaz de alcanzar las metas de seguridad energética, prosperidad económica y calidad ambiental en el siglo XXI. No obstante, antes de que dicho renacimiento pase a ser una realidad, los estrategas de políticas tienen que salvar importantes escollos en aspectos tales como el costo de capital relativamente alto de las nuevas centrales, la gestión sostenible del combustible nuclear irradiado y los riesgos de proliferación de plutonio apto para usos bélicos del ciclo de combustible de la energía nuclear Actualmente, cerca de 440 centrales de energía nuclear satisfacen 16 por ciento de las necesidades energéticas del mundo. Se han puesto en marcha interesantes programas de construcción de centrales nucleares, en particular en países del este de Asia, Rusia e India. Estados Unidos está a punto de reanudar la construcción de nuevas centrales de energía nuclear, proceso que ha permanecido en estado de letargo durante más de 25 años. Éste es el comienzo de la tercera era, el renacimiento de la energía nuclear. Para el año 2006 una estadística de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) ofrecía un listado de 30 países. Nos limitaremos a enunciar los países que están en los cinco primero lugares, y agregaremos a Brasil y Argentina. Los cinco primeros: EE.UU. con 104 centrales (100322 MW (NET); Francia con 59 (63260 MW(NET), Japón 55 (47587MW(NET), Rusia con 31 centrales (21743MW(NET) y Alemania 17 (20339 MW(NET). A gran distancia se encontraban Brasil con 2 centrales (1795MW(NET) y Argentina con dos centrales (935MW(NET). Las centrales nucleares producen actualmente alrededor de un tercio de la electricidad y un 15 % de la energía consumida en la Unión Europea (UE). Este sector representa una fuente de energía con baja emisión de carbono y costes relativamente estables, lo que la hace interesante desde el punto de vista de la seguridad del abastecimiento y de la lucha contra el cambio climático. No obstante, corresponde a cada Estado miembro elegir si desea recurrir a la energía nuclear o no. En 1957 la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) creó las condiciones para el desarrollo de la energía nuclear en Europa. Sus misiones incluían, en particular, el fomento de la cooperación en el ámbito la investigación, la protección de la población gracias al establecimiento de criterios de seguridad uniformes, el abastecimiento suficiente y equitativo de minerales y combustibles nucleares y el control del uso pacífico de las materias nucleares, así como la cooperación con otros países y organizaciones internacionales. En particular, las medidas específicas adoptadas a escala de la UE tienen por objeto garantizar la protección de la salud de las personas que trabajan en este sector y de la población, y proteger el medio ambiente frente a los riesgos vinculados a la utilización del combustible nuclear y a los residuos que derivan de su uso. La confianza pública en el funcionamiento de las centrales nucleares ha ido aumentando gradualmente, dado el mayor conocimiento de sus ventajas económicas y ambientales y su mejor desempeño en el aspecto de seguridad. Algunos sondeos de opinión indican que 70 por ciento de los estadounidenses están a favor del continuo funcionamiento de las centrales actuales y más de 50 por ciento son partidarios de construir otras nuevas. A largo plazo, los laboratorios en buena parte del mundo, están trabajando con las universidades y la industria de los países así como con la comunidad internacional, para producir la próxima generación de sistemas avanzados de energía nuclear, que serán aun más económicos, seguros y sostenibles, con un ciclo de combustible cerrado que convertirá una cantidad considerablemente mayor de combustible nuclear para extraer mucha más energía, mientras reduce al mínimo la cantidad de desechos nucleares. La energía nuclear tiene un lugar importante en el futuro de la energía de Estados Unidos, al suministrar combustibles económicos, limpios y sostenibles para los transportes y la generación de electricidad. Sobre la conveniencia o no de estas instalaciones (en especial luego de la catástrofe de Chernóbil); el ex presidente de la URSS Mijail Gorbachov desaconsejaba la promoción de la energía nuclear en Europa "por tratarse de una zona con gran densidad de población y por la vulnerabilidad ante ataques terroristas", esto lo manifestó durante su intervención en una conferencia en el Parlamento Europeo. La Energía Nuclear aporta un buen porcentaje de la energía consumida en Europa, de manera limpia, sin emisiones de gases de efecto invernadero y causantes de la lluvia ácida y sin perjudicar la capa de ozono. Además las centrales nucleares producen cantidades muy pequeñas de residuos sólidos en proporción a las grandes cantidades de electricidad que producen y el efecto de las emisiones líquidas y gaseosas en el medio ambiente es inapreciable. Otro problema distinto, es donde almacenar los residuos que se producen.. Por otro la, la Energía Nuclear no está sujeta a cambios en las condiciones climáticas, sino que las centrales nucleares operan 24 horas al día durante los 365 días del año, lo que supone una gran garantía de suministro. Además no sufre fluctuaciones imprevisibles en los costos y no depende de suministros del extranjero, lo que produce precios estables a medio y largo plazo. La operación a largo plazo de las centrales nucleares, hasta los 60 años en lugar de los 40 que funcionan hoy en día, es perfectamente viable en condiciones de total seguridad, como ya demuestran los precedentes en otros países, como Estados Unidos. Esto ayudaría a reducir en gran medida la dependencia que sufre la Unión Europea de productos importados, con los que cubre el 50% de sus necesidades energéticas, lo que produce importantes riesgos económicos, ecológicos y sociales.
En la Argentina las realizaciones y los proyectos en este terreno nos muestran que ha tomado decididamente un camino, con un vasto programa de aprovechamiento hidroeléctrico, a efectos de atenuar la presión de la demanda creciente sobre el petróleo, tratando así de preservar sus reservas para usos más productivos. En 1950 fue creado un organismo: la Dirección Nacional de Energía Atómica (CNEA). Desde el comienzo de su actuación la CNEA se ha guiado por el principio de la utilización pacífico del átomo. Las principales centrales nucleoeléctricas del país son: Central atómica de Atucha (Zárate), Central Nuclear de Embalse Río Tercero (Córdoba), Central Atucha ll (comenzó a ser construida en julio de 1981. Por decreto 1540 del Poder Ejecutivo de agosto de 1994, se creó el Ente Nacional Regulador Nuclear (ENREN) el cual debe fiscalizar y regular la actividad nuclear que, hasta ese momento, estaba a cargo de la CNEA

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